Yo
pensaba que “Black Mirror” era una de esas series de una sola
temporada, como tantas que hay por ahí. Por eso me sorprendió
descubrir hace unos meses que habían hecho una 2ª
temporada. De inmediato me hice con ella, pero no la he visto hasta
ahora porque suelo hacer una entrada para cada libro, serie y
película que veo (de esta última categoría,
menos) y al final se me acaban juntando, así que esperé
hasta estar un poco libre.
Esta 2ª
temporada sigue los pasos de la 1ª, es decir, son tres capítulos
de unos 40 minutos que rozan la ciencia-ficción y que critican
algunos aspectos de nuestra sociedad sin ningún tipo de
miramiento.
En el
2x01, “Ahora mismo vuelvo”, tenemos a un tipo, Ash, obsesionado
con las redes sociales y que lo twitea todo, olvidándose
incluso de comer. Ash muere en un accidente de coche y su novia, que
es la verdadera protagonista, se queda destrozada, y más aún
al saber que está embarazada. Una amiga le habla de una nueva
aplicación con la que puede seguir enviándose mensajes
con Ash después de muerto. En realidad se trata de un programa
que analiza todos los mensajes que Ash publicó en Internet y
hace como una copia de su personalidad. Ella no quiere saber nada del
tema, pero la amiga la apunta sin ella saberlo. De entrada no le hace
caso, pero al descubrir que está embarazada y necesitar
alguien con quien hablar, empieza a enviarse mensajes con él,
y acaba obsesionándose tanto como el propio Ash. Primero son
los mensajes, luego habla a todas horas con él por teléfono
y luego... bueno, para no destripártelo solo te diré
que va a más.
Este
capítulo es el más flojo de los tres. No es que sea
malo, los tres son geniales, pero los otros dos le dan cien vueltas.
En el
2x02, “Oso blanco”, tenemos a una chica que se despierta en una
casa, sin recordar quién es ni cómo ha llegado allí
ni le suena nada de lo que hay en la casa. Las calles están
casi desiertas y las pocas personas con las que se encuentra se
comportan de una form amuy extraña: haciendo oídos
sordos a sus súplicas se limitan a grabarla con sus móviles.
Luego hay unos tipos enmascarados que la persiguen para matarla y
ninguno de los que la graban mueve un dedo para ayudarla. Al llegar a
una gasolinera una chica la ayuda a escapar y le habla de “Oso
blanco”, una estación repetidora que emite una señal
que convierte a todo aquel que usa un móvil en un mirón,
así que se dirigen las dos hacia ella para destruirla. Una vez
allí acabaremos descubriendo que nada es lo que parece.
El
capítulo me ha encantado. Me ha recordado mucho a series como
“Los límites de la realidad” o “La dimensión
desconocida”, porque como en ellas, pasan cosas muy extrañas
y desconcertantes, y la explicación del final es muy fuerte.
Pero me ha gustado este peculiar tipo de justicia. No digo más.
El 2x03,
“El momento Waldo”, es sin duda el capítulo más
crítico de los tres y el que más me ha gustado, porque
se mete con el mundo de la política y no deja títere
con cabeza. Solo la idea ya es divertidísima: un dibujo
animado que se presenta a las elecciones. Waldo es un oso azul que
tiene una sección en un programa de entrevistas y se dedica a
entrevistar a políticos a los que les da bastante cañ
(es un poco como Trancas y Barrancas). Tras humillar al principal
candidato en televisión, a los directivos se les ocurre la
genial idea de enviarlo a los mítines de este mismo político
para continuar metiéndose con él, y como tiene
tantísimo éxito de ahí surge la idea de
presentarse a candidato.
El
capítulo se centra sobretodo en Jamie, el tipo que lo maneja,
un humorista venido a menos que está empezando a cansarse de
manejar a Waldo y que comienza a preguntarse si lo que están
haciendo es lo correcto.
El
capítulo me encanta porque yo no puedo a ver a ningún
político ni de lejos y aquí los ridiculizan a más
no poder. ¿Hay algo más humillante que tener que
competir con un dibujo animado? Ja ja. Yo por mi parte votaría
encantado por Waldo. La otra cosa que me gusta es que empieza en plan
coña y hacia el final adquiere un tono serio y muy amargo.
Esto hace que te plantees algunas cosas. En definitiva un gran
capítulo.
La serie
es genial, lo malo es que son solo tres capítulos y se ven
enseguida, y te dejan con ganas de más. Supongo que al igual
que pasó con esta habrá que esperar otros dos años
hasta la 3ª temporada. Buff.
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