42. Ataque
-¿A qué estamos
esperando?-dijo Eric, lánzandose hacia adelante, pero Charles
lo agarró del cuello de la camisa y tiró de él
hacia atrás.
-¿Es que te has vuelto
loco?No podemos entrar así de golpe. No sabemos cuántos
son.
-Dijiste que Daniel había
visto a nueve, ¿no?
-Sí, pero puede que haya más,
y no sabemos qué armas tienen, ni dónde tienen retenida
a Gabrielle. Tenemos que pensar muy bien lo que vamos a hacer.
Eric soltó un bufido.
-Vamos, acerquémonos al
edificio.
Los dos corrieron agachados y se
apostaron debajo de la ventana, con la espalda pegada a la pared.
-Ahora espérame aquí-susurró
Charles-Voy a dar una vuelta al edificio y tratar de percibir dónde
la tienen-No te muevas de aquí.
-Sí, mamá.
Unos pocos minutos después
Charles apareció por el otro lado.
-¿Y bien?
-Está en esta misma planta,
pero hay un problema. Nada más entrar hay cinco nazis, con
armas automáticas. Obligatoriamente tenemos que pasar por
ellos.
-¿Y el resto?
-Dos están con Gabrielle. Los
otros dos no lo sé.
-Está bien. ¿Qué
tienes pensado?
-Yo iré a buscar a Gabrielle.
Necesito que distraigas a esos cinco.
-De acuerdo, yo me ocupo.
-Eric, no los mates-dijo, mirándole
a los ojos. Éste soltó otro bufido-Hablo en serio,
Eric.
-Está bien, lo que tú
digas.
-¿Me lo prometes?
-¿Qué?Por favor... sí,
te lo prometo. No los mataré.
Charles lo miró durante un
instante y luego asintió con la cabeza.
-De acuerdo.
Charles asomó un ojo por la
ventana y los vio sentados alrededor de una mesa, jugando a las
cartas, con sus armas colgando del respaldo de sus sillas. Luego se
volvió hacia Eric y le describió la escena.
-¿Qué tienes pensado?
-Lo improvisaré sobre la
marcha.
-Vamos allá.
Eric tiró la puerta abajo y
alzó las manos. Las ametralladoras salieron volando hacia
atrás, tirando las sillas en la que estaban sentados todavía
los nazis.
-¡Ahora, Charles!¡Corre!
-¡No los mates, Eric!
-¡Vete!
Charles le dio la espalda y corrió
por el pasillo. Ya tendría tiempo de preocuparse por Eric más
tarde.
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