46. Rumbo al hogar
Una semana después de recibir la
carta de Gabrielle, Charles decidió que ya había
llegado el momento de abandonar el hospital, aun en contra de los
deseos de los médicos.
-Pero, señor Xavier-protestó
el doctor Marvin-, ¿está usted seguro? Le ruego
encarecidamente que lo piense. Aún podemos seguir haciéndole
más pruebas y su rehabilitación...
-Mi rehabilitación no está
dando los resultados esperados, y ambos lo sabemos. Yo sé que
no volveré a caminar y usted también. Aquí no
hago más que perder el tiempo y ocupar una habitación
que podría utilizar alguien que la necesitara más que
yo, así que ahora mismo voy a firmar los papeles del alta y me
marcharé por esa puerta.
-¿No puedo convencerlo de que
cambie de idea?
-No.
-Está bien, es decisión
suya aunque no la comparto-el doctor Marvin le estrechó la
mano y le deseó suerte.
Xavier entró en la sala de
rehabilitación para despedirse de John.
-Entonces es cierto que nos deja-dijo
John con tristeza.
-Sí, aquí ya no pueden
hacer nada más por mí, así que lo mejor es que
vuelva a la rutina de mi vida.
-Le echaré de menos. Me gustaba
mucho su compañía. ¿Con quién voy a
hablar ahora de...? Ya sabe, de nuestras cosas.
-Verás, John, voy a abrir un
colegio para jóvenes mutantes a finales de año, para
que aprendan a usar sus poderes, a controlarlos, etc., y necesitaré
profesores. Si te cansas de este lugar, ven a verme.
-¿Está hablando en serio?
-Sí.
-¿Yo profesor? Pero yo no tengo
ni idea de enseñar. No sabría...
-Tú tienes mucho que enseñar,
John, eres bueno en tu campo. Tú piénsalo, ¿quieres?
Sólo piénsalo.
-Está bien, lo pensaré-John
le estrechó la mano-Y cuídese.
-Gracias, John. Tú también.
Xavier giró su silla en el aire
y se fue de allí. Al salir del hospital vio a Eric que se
dirigía hacia él.
Cuando lo vio salir, se detuvo.
-Charles.
-Eric.
-Venía a visitarte. ¿Qué
haces aquí fuera?
-Me marcho del hospital. Aquí
estoy perdiendo el tiempo.
-¿Vuelves a casa?
-Sí.
Eric asintió.
-Siento no haber venido a verte esta
semana, pero he estado ocupado.
¿Haciendo qué?, pensó
Xavier. La barrera de su mente aún seguía ahí, y
Xavier no lograba atravesarla. ¿Dónde aprendiste a
levantar barreras mentales?
-Sigues con tu vida, y yo también
tengo que hacerlo.
-¿Vuelves a la mansión
familiar o adónde tienes pensado ir?
-No, vuelvo a la mansión. Tengo
cosas que hacer allí.
-Bien, entonces me marcharé. Me
ha alegrado verte, Charles.
-Y a mí.
-Seguramente nuestros caminos volverán
a cruzarse, amigo. Hasta entonces.
-Espero que no tengan que pasar otros
15 años hasta entonces.
Eric sonrió.
-Sí, yo también lo
espero.
-Puedes pasarte por la mansión
cuando quieras. Eres bienvenido.
-Gracias. Tal vez lo haga-se tocó
el ala del sombrero y se dio la vuelta.
Poco después un coche se detuvo
delante de Xavier y lo llevó a su hogar.
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