47. La escuela abre sus
puertas
A finales de año las obras en la
mansión llegaron a su fin, pero hasta octubre del año
siguiente no abrió sus puertas.
Durante aquellos diez meses Xavier
habló con amigos suyos acerca de su proyecto, y estos a su vez
hablaron con sus amigos y conocidos, y en unos meses prácticamente
todos los mutantes conocían la existencia de su escuela. Antes
de darse cuenta ya tenía a doscientos chicos matriculados, y
se sintió muy orgulloso de ello.
La primera en matricularse fue la hija
de su buen amigo John Grey. En apenas año y medio Jean se
había convertido en una chica preciosa que rebosaba alegría
y vitalidad. No se parecía en nada a aquella chiquilla triste
y apagada que lo había visitado en el hospital. Cuando John la
llevó a ver cómo era el lugar, Jean corrió hacia
Xavier y se tiró a su cuello. Su padre la reprendió por
ello, pero Xavier le quitó importancia.
Xavier les llevó en una visita
guiada por las instalaciones, y Jean corrió delante de ellos
por los pasillos.
-Me gusta lo que has hecho aquí-comentó
John, maravillado-Y se ve que no has reparado en gastos.
-Gracias. Este es un proyecto deseado
desde hace mucho tiempo y me alegra poder llevarlo a cabo.
-Dime, ¿ya lo tienes todo
preparado para la gran apertura?
-Aún no. Me queda reunir la
plantilla de profesores, pero confía en mí, todo estará
listo para el día D. ¿Qué tal está Jean?
-Gracias a ti, de maravilla. Desde que
le pusiste esa barrera en la cabeza es una niña diferente. Sin
pesadillas, ya sonríe, tiene amigas, y no ha usado sus poderes
desde entonces.
-Bien. En cuanto empiecen las clases
quitaré la barrera psiónica de su mente y me ocuparé
personalmente de entrenarla en el uso de sus poderes.
-Te estoy muy agradecido por ello,
Charles-John le estrechó la mano y se despidió de él.
Jean le dio un beso en la mejilla, y poco después se
marcharon.
Unos dos meses antes de la apertura de
la escuela Xavier empezó a reclutar a los profesores, todos
ellos mutantes amigos suyos con deseos de ayudar. John, su terapeuta
del hospital, finalmente aceptó su oferta y se unió a
la plantilla como profesor de anatomía. Al igual que al resto
de los profesores, Xavier le facilitó una copia de los
expedientes de los alumnos (datos personales, poderes, etc...) para
que fuera conociéndolos.
Que John aceptara unirse a su equipo
fue una gran sorpresa, pero fue mayor la que se llevó una
semana antes de la inauguración.
Cuando recibió la visita de su
viejo amigo Eric.
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