35. Eric y Gabrielle
-Eric, ¿sabes dónde está Charles?
No le he visto en todo el día.
-Se ha ido.
-¡¿Qué?!-exclamó Gabrielle,
alarmada.
-Tranquila, vamos, volverás a
verle-le aclaró-Ha tenido que irse unos días por un asunto
familiar. Mientras tanto yo me encargaré de tu rehabilitación.
Gabrielle fue caminando poco a poco
con su andador hacia la sala de rehabilitación.
Eric le dijo que se sentara en uno
de los bancos y empezó a colocarle los pesos en los tobillos.
-Charles me contó lo que estabais
haciendo. No te preocupes, seguiré sus indicaciones al pie de la
letra y no notarás que se ha ido.
Gabrielle empezó a levantar las
piernas, en silencio, pero esta vez ya no le pesaba tanto.
-¿Es algo grave?-preguntó,
temiendo la respuesta.
-¿Lo de Charles? Bueno, sé que no
es cuestión de vida o muerte, si te refieres a eso, pero podrás
preguntárselo mejor a él en cuanto regrese.
-Está bien, pero me habría gustado
que se despidiera de mí.
-Tampoco tuvo tiempo de despedirse
de mí. Tuvo que marcharse en plena madrugada y dejó una nota sobre
su cama.
-Entonces debe ser importante.
-La familia siempre lo es.
-Cierto. Él y tú siempre estáis
juntos. ¿Lo conoces bien?
-Lo conozco desde que llego al
hospital, hace unos tres meses, y sí, nos hemos hecho buenos amigos.
¿Por qué?
-Es que siempre lo veo por el
hospital y me preguntaba a qué dedica su tiempo libre.
-Pues a trabajar en el hospital. Él,
al igual que yo y el resto del personal, estamos aquí de voluntarios
y dedicamos todo nuestro tiempo a ayudar a todos los pacientes.
Charles y yo nunca salimos del hospital.
-¿Entonces su mujer también es
voluntaria?
Eric enarcó las cejas y sonrió.
Ahora veía por dónde iban los tiros.
-No, Charles no está casado.
-Ah, entonces su novia.
-No, tampoco tiene. Está libre y
sin compromiso.
-¿Por qué me miras así?
-Oh, por nada, por nada-Eric se puso
detrás de ella y apoyó sus manos sobre sus hombros-Lo mejor será
que lo hables con él.
-¿El qué?
-Pues que te gusta. Se te nota en la
mirada.
-Te has dado cuenta-dijo ella,
admitiéndolo.
-Hace tiempo.
-¿Charles también lo sabe?
-No-mintió-, pero no creo que tarde
mucho en descubrirlo. Mira, hablar de estas cosas no se me da
demasiado bien, pero será mejor que se lo digas, si es que quieres
que haya algo más que un amor secreto.
-Tengo miedo de que no...
-Créeme, con lo guapa que eres no
te dirá que no. Debes confiar más en tus posibilidades.
-¿Lo dices en serio?
-Me lo dice el corazón.
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