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martes, 3 de marzo de 2020

Una columna de fuego, de Ken Follett

"Una columna de fuego" es la tercera parte de "Los pilares de la Tierra" y transcurre entre el siglo XVI y XVII a lo largo de 60 años (1558-1620). Básicamente la novela trata sobre las guerras religiosas entre católicos y protestantes que tuvieron lugar en media Europa (Inglaterra, Francia y los Países Bajos) a raíz de que Isabel ascendiera al trono de Inglaterra tras la muerte de María Tudor. La mayoría de los ingleses eran católicos y los que eran protestantes no podían decirlo abiertamente, pues era una corriente religiosa que era considerada herética, y si te acusaban de ser protestante ibas a la hoguera.
Isabel era hija ilegítima del anterior rey y encima protestante y a quien el pueblo quería era a María Estuardo, reina de Escocia, heredera legítima (ella y María Tudor eran como primas segundas o algo así, la bisabuela de una era la abuela de la otra) y católica. Y de esto vinieron las guerras entre católicos y protestantes que asolaron Europa.

La novela se centra mucho en la trama concerniente al trono de Inglaterra, los varios intentos de los católicos por deshacerse de Isabel, todo lo referente a María Estuardo desde sus 15 años hasta su abrupta muerte, la creación por parte de Isabel del primer Servicio Secreto de Inglaterra destinado a prevenir cualquier ataque y/o conspiración contra su persona, lo de la Armada Invencible e incluso la Conspiración de la Pólvora de Guy Fawkes.

El protagonista de la novela es Ned Willard, un joven de 18 años que regresa a Kingsbridge tras un año fuera. La madre de Ned es la comerciante más rica de la ciudad y Ned ha estado un año en Calais, aprendiendo el oficio con su tío y su primo. Ahora regresa a casa para ayudar a su madre a llevar el negocio familiar, pero lo que más desea en el mundo es reencontrarse con Margery Fitzgerald, la joven de la que está enamorado y con la que pretende casarse. Pero los padres de ella tienen otros planes para su hija. El padre de Margery es el alcalde de Kingsbridge y él y su esposa pretenden que Margery se case con el hijo del conde de Shiring, así sus hijos serán auténticos nobles y le dará un gran prestigio a la familia.
Al principio Margery se niega pero como católica devota que es no puede dejar de cumplir el cuarto mandamiento, "honrarás a tu padre y a tu madre", así que con todo el dolor de su corazón rompe con Ned y se casa con alguien al que no ama.

Este no será el único revés que sufrirá Ned. Tras 200 años en poder de los ingleses, los franceses recuperan Calais, lo cual supone la ruina para la madre de Ned, pues buena parte de su negocio dependía de esa ciudad. Por fortuna, consigue que el consejero de la reina Isabel le dé trabajo como su ayudante (en un anterior visita a Kingsbridge, este se mostró muy interesado en Ned), pasando así a formar parte del recién creado Servicio Secreto. Durante las siguientes décadas, el papel de Ned será trascendental para frustrar los distintos intentos de derrocamiento de la reina Isabel, así como las conspiraciones e intentos de asesinato contra ella.

Este libro llevaba mucho tiempo en mi lista de pendientes y ya iba siendo hora de leerlo. Me encanta Ken Follett y me he leído todos sus libros, especialmente me gustan sus novelas largas, esas que transcurren a lo largo de varias décadas y nos presentan a una gran cantidad de personajes, generación tras generación. Sabía que me gustaría, pero lo cierto es que lo he disfrutado más de lo que pensaba.
Al principio, cuando te pones con un tocho de 1000 páginas, da un poco de pereza, pero una vez que te metes en la historia avanza rapidísimo. Además es muy didáctico, aprendes mucho acerca de la reina Isabel y María Estuardo y de las batallas históricas que sucedieron en esa época, así como de la famos Conspiración de la Pólvora, que yo no tenía ni idea de por qué Guy Fawkes quiso volar el Parlamento por los aires.
Tengo que decir que me parece una estupidez que Margery renuncie al amor de su vida y se case con Bart solo porque se lo digan sus padres. Vale que esa época no era como la de ahora, que era muy represiva (joder, si te metían una multa por no ir a misa), pero tener que respetar a rajatabla el cuarto mandamiento es de risa, vamos. Un ateo como yo habría acabado en la hoguera a la primera de cambio.
Lo dicho, que es una muy buena novela, con mucho drama e intriga, su dosis de romance imposible y unos antagonistas muy interesantes. Una excelente tercera parte del clásico de Ken Follett, aunque aquí la catedral tiene mucha menos relevancia que en las novelas precedentes. Es la única pega.