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lunes, 30 de junio de 2014

Posesión, de Stephen King (Richard Bachman)


En 1996 Stephen King llevó a cabo un experimento bastante peculiar: escribir dos versiones diferentes de la misma historia y publicarlas conjuntamente. Así nació el tándem Desesperación-Posesión. Ambas historias son ligeramente diferentes (aunque la base es la misma) pero lo más interesante de todo es que los personajes son los mismos pero aparecen con los roles cambiados (solo hay tres que los mantienen; John Marinville sigue siendo escritor, Collie Entragian es policía y Steve Ames es camionero): los que son padres en uno son hijos en el otro y los que viven en el primero mueren en el segundo, en mayor o menor grado.
En “Desesperación”, el sheriff de dicho pueblo está poseído por un ser llamado Tak y detiene a los que pasan por la Interestatal 50, metiéndolos en las celdas de su pequeña comisaría para tenerlos en reserva, pues los cuerpos que ocupa se deterioran en poco tiempo.

El de “Posesión” transcurre en la calle Poplar de Wentworth, Ohio, a lo largo de dos intensas horas de un día de verano. Una furgoneta de aspecto futurista aparece en la calle Poplar y desde su interior alguien dispara a su paso contra los vecinos que están en la calle y en sus jardines. Los supervivientes se refugian en dos casas y tras los primeros momentos de pánico aúnan fuerzas para tratar de averiguar lo que pasa y quién es el responsable, y conseguir sobrevivir a los siguientes ataques.
El responsable es Seth Garin, un niño autista poseído por Tak, que utiliza el poder latente del chico para materializar de la anda esas furgonetas, sacadas de la serie de dibujos animados Motokops 2200, para matar a todos los que viven en la calle Poplar. ¿Y por qué? Pues porque a Tak le divierte, pero también porque con cada muerte su poder aumenta.

La primera vez empecé por el de “Desesperación” y ese me gustó más porque lo consideré como la novela original y a este como la versión alterna; me pareció simplemente entretenido. Ahora que he vuelto a leerlo me ha gustado mucho más. Me encanta cuando King coge a un puñado de personajes y los pone en una situación de gran tensión y riesgo o irracionalmente sobrenatural. El libro destila tensión en cada una de sus páginas y King no pierde el tiempo en prolegómenos, a las pocas páginas ya estás inmerso en la locura que Tak ha puesto en marcha, y es tan absorbente que el tiempo se te pasa volando. Y los interludios entre los capítulos están geniales (los extractos de diarios y los guiones televisivos), son mi parte favorita. Es increíble que todo ocurra en apenas dos horas.

viernes, 27 de junio de 2014

Blade. La serie. Temporada única


Esta serie del 2006 retoma las aventuras del personaje de la Marvel que encarnó Wesley Snipes en el cine, y sabemos que sigue tras las películas y no es un reboot por dos cosas: Whistler no está presente (murió en la tercera película) y hay algunas referencias a los federales acólitos de vampiros de la misma película.
La serie arranca cuando una mujer, Krista, veterana de la guerra de Irak, regresa a casa de la guerra y recibe la noticia de que su hermano pequeño Zack ha muerto en un tiroteo. Zack siempre estuvo metido en asuntos de bandas y pandilleros, pero ya llevaba un tiempo alejado de todo eso. Al identificar su cuerpo le descubre un extraño tatuaje (el glifo de una Casa vampírica) y al ponerse a investigar su camino se cruza con el de Blade.
Aquí el malo es un hombre llamado Marcus, un millonario filántropo que siempre sale en los medios, inaugurando edificios, acudiendo a galas benéficas y tal, pero en realidad es un vampiro y está llevando a cabo algún proyecto ultrasecreto. Resulta que Zack trabajaba para Blade y se había infiltrado en la organización de Marcus para averiguar todo lo posible sobre dicho proyecto, pero lo descubrieron y por eso lo mataron.
Krista se ofrece a ocupar el lugar de su hermano y acercarse a Marcus para descubrir lo que está haciendo, y Blade accede, pero Marcus la descubre enseguida y la muerde, convirtiéndola en vampiro. Pero Blade le suministra su suero, que anula su sed de sangre y la utiliza de infiltrada como hizo con su hermano.

Los responsables de esta serie son dos pesos pesados del mundillo: David S. Goyer, guionista de las películas de Blade, de la trilogía de Batman de Nolan y de Man of Steel, y Geoff Johns, uno de los mejores escritores de cómics de todos los tiempos (sus historias son las que le dan vidilla a la DC Comics). Este es uno de los pocos puntos a favor de la serie, porque nada de lo que hagan estos dos fenómenos puede estar mal. La temporada es bastante entretenida y los efectos están a la altura de los de las películas, pero el que hace de Blade no me gustó nada. No sé a quién se le ocurrió darle el papel a un rapero que tiene de dotes interpretativas lo que yo de ingeniero, y que encima es calvo, y eso desluce mucho.
Pero al final ya sabes, corrió la misma suerte que otras muchas series, que sufrió un fuerte bajón de audiencia y la cancelaron dejándole un final abierto. Yo eso ya lo sabía cuando me puse a verla, es que hay veces que se me mete en la cabeza ver una serie que sé que está cancelada y sin final y no puedo evitarlo, aunque al final acabe tirándome de los pelos. Pero bueno, al menos ya puedo decir que la he visto.

jueves, 26 de junio de 2014

Flores en el ático, de V. C. Andrews

Hace un par de años surgió una conversación bastante interesante con unos colegas sobre libros desagradables, esos libros que te revuelven el estómago y te quitan las ganas de seguir leyendo. Se mencionaron, entre otros, “Flores en el ático” de V. C. Andrews y “La vecina de al lado” de Jack Ketchum. Casualmente, poco después, encontré el primero en un mercadillo de libros de segunda mano (gratis) y me lo quedé para comprobar si efectivamente era tan desagradable como decían, pero como tengo tantos libros amontonados fui dándole largas hasta ahora, que me he decidido a leerlo porque una amiga me lo pidió prestado y lógicamente antes tenía que leerlo.

El libro no es tan desagradable como yo me imaginaba pero sí es bastante fuerte.
“Flores en el ático” es el primer libro de la saga Dollanganger, formada por cinco libros (aunque el último es una precuela) y por ello es el más conocido. Al principio del libro Christopher Dollanganger muere en un accidente de coche. Su mujer, Corrine, no se ve capaz de mantener a sus hijos (es de esas mujeres que necesitan un hombre a su lado) así que le escribe varias cartas a sus padres para ver si pueden irse a vivir con ellos y tras varios intentos la madre responde que sí, pero lejos de alegrarse Corrine se lo toma como la peor noticia posible, porque sus padres son muy jodidos, unos fanáticos religiosos a los que todo les parece mal y a la mínima sacan la vara. Los padres de Corrine son ricos pero Corrine no se habla con ellos desde hace 15 años, cuando ella y Christopher se conocieron, se enamoraron y se fugaron. Porque resulta que su marido era también su tío, aunque era solo 3 años mayor que ella, y por eso la desheredaron y desde entonces no quisieron saber nada más de su hija (a mi modo de ver aquí no hay verdadero incesto, porque Christopher es hermanastro de su padre, así que no es su tío carnal).

El padre de Corrine está enfermo; tiene problemas de corazón y va en silla de ruedas y siempre está rodeado de enfermeras, y Corrine pretende volver a congraciarse con él para que la incluya de nuevo en su testamento, y así, cuando se muera, quedarse con toda su fortuna y poder darle a sus hijos todo aquello que necesiten. Él no sabe que tuvo cuatro hijos con su hermanastro y si se enterara seguramente los pondría de patitas en la calle, o algo incluso peor, así que con ayuda de su madre los esconde en el ático, solo unos días, hasta que vuelva a incluirla en su testamento. Pero esos días dan paso a las semanas, y las semanas a los meses y estos se convierten en tres largos años durante los cuales los cuatro hermanos viven un auténtico infierno, encerrados allí como si fueran animales, bajo el cuidado de su cruel abuela, que no alberga el más mínimo sentimiento hacia ellos, mientras su madre va desentendiéndose poco a poco de ellos, dedicándose a ir de fiesta y a viajar, e incluso volviendo a casarse, y les lleva regalos para compensar sus largas ausencias, como si con eso fuera suficiente, y soltándoles excusas sobre por qué está tardando tanto en arreglar las cosas con su padre.
Durante todo este tiempo son los dos hermanos mayores, Chris, de 14 años y Cathy de 12 los que ejercen de padres de los gemelos, Carrie y Cory, de 4 años, y como están en esa edad en la que sus cuerpos experimentan cambios, empiezan a sentir curiosidad y claro, ellos sí, acaban cayendo en el incesto.

V. C. Andrews
Si me hubiera leído el de “La vecina de al lado” de Jack Ketchum (cosa difícil ya que no es fácil de encontrar) habría dicho sin ningún asomo de duda que es un libro realmente desagradable, porque me leí un resumen del caso real en que se basa, incluído en el libro “Jasper Jones”, y solo con eso ya se me revolvió el estómago. Yo no diría que este es desagradable pero sí es bastante fuerte y contiene algunas escenas muy impactantes.
La abuela es un auténtico monstruo y me parece increíble que trate así a sus propios nietos. En su fanatismo religioso los considera hijos del diablo al proceder de una relación incestuosa, pero vamos, de todas formas son sus nietos. La sangre siempre tira, ¿no? Pero por increíble que parezca es peor la madre que la abuela. Es que no me entra en la cabeza que a alguien pueda cambiarle tanto el chip, pasar de querer a sus hijos con locura a dejarlos abandonados en un lúgubre ático e irse de farra por ahí, y las pocas veces que va a visitarlos les lleva unos regalos para limpiar su conciencia y contarles lo bien que se lo está pasando, con sus fiestas y viajes en yate y su luna de miel, recorriendo toda Europa y encima cuando se lo echan en cara ella se hace la ofendida, que lo que hace lo hace por ellos. Manda huevos. Pero lo peor de todo no es esto sino lo que descubrimos en el tramo final del libro, lo que llega a hacer para conseguir la fortuna de su padre. No hay palabras para describir el grado de indignación e impotencia que invade al lector (o sea, a mí). Pero claro, para saber qué pasa con la madre y la abuela, si reciben o no su merecido, hay que esperar a la siguiente entrega, “Pétalos al viento”. Yo espero poder leerme la saga entera este mismo año.


miércoles, 25 de junio de 2014

Maleficio, de Stephen King (Richard Bachman)


William Halleck es abogado y pesa 111 kilos. Una noche atropella accidentalmente a una gitana y la mujer muere. A William lo juzgan por homicidio involuntario pero el juez es amigo suyo y sale libre. Cuando se dirige a su coche, un anciano gitano, Taduz Lemke, el padre de la fallecida, se acerca a él, le acaricia la mejilla y le dice “Más delgado”. Y a partir de entonces William empieza a perder peso. Al principio no le da importancia, solo son 1 kilo o 2, pero a medida que van pasando los días va adelgazando más y más, pese a que sigue atiborrándose de comida. Su mujer empieza a preocuparse y cree que podría ser cáncer, así que va al médico y le hacen un montón de pruebas pero no le encuentran nada. Opinan que podría tratarse de una especia de anorexia nerviosa y quieren internarlo para seguir haciéndole pruebas, pero William no quiere ni oír hablar de ello. Está convencido de que el gitano le echó una maldición y más aún al saber que no es el único. Su amigo el juez Rossington oficialmente está ingresado por un caso de cáncer de piel, pero su esposa le confiesa que empezaron a salirle escamas como un lagarto, y Duncan Hopley, el jefe de policía, que echó a los gitanos del pueblo, sufre un terrible caso de acné que lo ha covertido en un monstruo supurante de pús.

William le cuenta todo esto a su mujer, que no se cree nada y piensa que es una paranoia de su marido y le insiste para que regrese a la clínica y siga haciéndose pruebas. Así que abandona el hogar familiar y se va en busca de los gitanos para que Lemke le quite la maldición antes de que sea demasiado tarde. Para ello contará con la ayuda de Richard Ginelli, un mafioso amigo suyo al que libró de la cárcel.

La verdad es que esto de la maldición gitana parece una tontería, pero Stephen King es muy bueno en lo suyo y consigue transmitirte el terror de la situación que vive el protagonista, ese pánico al ver que hagas lo que hagas sigues adelgazando y adelgazando y adelgazando aunque comas el doble de lo que sueles comer, hasta parecer una víctima del Holocausto judío. Yo personalmente no volveré a tomarme a risa lo del mal de ojo. El libro es muy ameno y poco a poco va metiéndote el terror en el cuerpo, como esas historias de campamento que se cuentan a la luz de una hoguera. La pega es que el final es algo decepcionante. Después de todo por lo que pasa el protagonista, creo que no se merece terminar así. Menuda recompensa.

martes, 24 de junio de 2014

El fugitivo, de Stephen King (Richard Bachman)


Este libro es como el de “La Larga Marcha”. En aquél tenía lugar una maratón cuyo ganador era el único superviviente; los que bajaban de la velocidad mínima o se paraban recibían un tiro en la cabeza. “El fugitivo” tiene lugar en un futuro en el que los reality shows han degenerado de tal forma que lo que buscan es la muerte del concursante.
El programa de más éxito es “El fugitivo”, en el que el concursante es perseguido hasta la muerte por unos cazadores, y cuanto más tiempo sobreviva más dinero ganará. Asímismo, si el concursante mata a algún cazador también ganará dinero, y si sobrevive todo un mes recibirá la friolera de mil millones de dólares, aunque todo aquel que lo vea puede o bien ayudarle o informar a la Cadena, y si lo atrapan recibirá su recompensa. Ningún concursante ha durado más de una semana.
La hija de Ben Richards está muy enferma y Ben no tiene dinero para comprarle medicinas, así que toma la drástica decisión de presentarse a las pruebas de la Cadena, y allí lo consideran el candidato perfecto para “El fugitivo”.

Personalmente me gustan mucho esas novelas de ciencia-ficción en las que se critica duramente la sociedad en que vivimos, historias distópicas en las que la gente carece de derechos y privilegios y el libre pensamiento está prohibido. Este libro me gusta especialmente porque aquí King se mete con la caja tonta. Con el paso del tiempo los programas televisivos han ido degenerando cada vez más (los peores son los japoneses, que se centran en la humillación y sufrimiento del concursante); no sé qué puede tener de interesante ver a unos famosillos en una isla, o tirándose de un trampolín, o vendiendo sus miserias a los cuatro vientos. Stephen King simplemente lo lleva al extremo y el resultado es inmejorable. El libro tiene unas 300 páginas y se leen casi sin darse uno cuenta. En concreto me gusta el principio, cuando conocemos la situación personal de Ben Richards y la sociedad decadente en la que le ha tocado vivir, y las diferentes pruebas a las que lo someten en la Cadena. El final es brusco e inesperado, pero si lo piensas un poco no cabía otro posible.
En definitiva, un buen libro que te hace reflexionar sobre hasta dónde está dispuesta a llegar la gente por dinero. Visto lo visto, no creo que King anduviera muy desencaminado.

lunes, 23 de junio de 2014

El médico, de Noah Gordon


Cuando se publicó el libro en 1986 se convirtió en todo un fenómeno literario y encumbró a Noah Gordon como uno de los grandes, pese a que ya tenía publicados tres libros con anterioridad. “El médico” dio lugar a una trilogía (El médico, Chamán y La doctora Cole) y yo me la leí hará sus buenos 12 años. Cuando en diciembre del año pasado hicieron la película me prometí a mí mismo que volvería a leerlo para refrescar la memoria antes de verla, y ya de paso leerme la trilogía entera, y ahora que ha salido en DVD pues decidí ponerme manos a la obra.
El libro narra la epopeya de Rob J. Cole para hacerse médico bajo la tutela del médico más importante de la época, Ibn Sina (Avicena), en la convulsa Edad Media, concretamente en el siglo XI. Rob se queda huérfano siendo niño, cuando su madre muere durante el parto de su nuevo hermano y su padre de unas fiebres. Al no quedar ningún progenitor vivo, el gremio de carpinteros, al que pertenecía su padre, se reparte tanto sus bienes como a sus hermanos y Rob se va con un cirujano barbero que casualmente pasaba por allí con su carromato. Rob permanecerá con Barber hasta su mayoría de edad, aprendiendo los entresijos del oficio, a desarrollar sus habilidades para el espectáculo y a colarle a la gente una Panacea Universal que cura cualquier enfermedad cuando es simple aguardiente. Pero hay enfermedades ante las que Barber no puede hacer nada, pues es un simple cirujano barbero y no lo sabe todo y por ello, tras su repentina muerte, Rob decide hacerse médico y parte en un arduo viaje rumbo a Persia, para formarse con el legendario Avicena, el médico más importante de todo Oriente. Pero la Iglesia Católica prohibe que los cristianos estudien medicina con los muslumanes, así que Rob se hace pasar por judío, aún sabiendo que si lo descubren lo condenarán a muerte.

El libro es muy bueno, eso no hace falta decirlo. A veces se vuelve algo lento, pero aún así vale la pena, porque es un libro muy didáctico. Aprendes mucho sobre la cultura musulmana y hebrea y de cómo era la medicina en esa época, siempre supeditada a la religión. Algo normal hoy en día como abrir a una persona o hacer una autopsia, estaba castigado con la muerte hace mil años por el Corán. Irónicamente a ladrones y asesinos les cortaban una mano o la cabeza y no pasaba nada.
Además la historia del protagonista te atrapa desde el primer minuto. Pasa por tantas dificultades que resulta imposible no compadecerse de él. Sin duda “El médico” es una gran novela histórica y bien merece el éxito que cosechó. Noah Gordon aplicó a la perfección la regla nº1 de la escritura, escribir sobre lo que se conoce (estudió Medicina y es judío, blanco y en botella) y el resultado es inmejorable. Ahora espero ver pronto la película.

viernes, 20 de junio de 2014

El Resplandor, de Stephen King


Por Reyes me regalaron el de “Doctor Sueño”, la secuela de “El Resplandor”, protagonizado por un Danny Torrance ya adulto, algo por lo que estuve esperando dos largos meses, pero decidí que antes de leerlo volvería a leer “El Resplandor” para refrescar la memoria, pese a que ya me lo había leído dos veces. Tras cinco meses aún tenía los dos libros pendientes, así que decidí que iba siendo hora de buscar un hueco, y tras volver a ver la película me puse con el libro (la película me despertó las ganas).
“El Resplandor” es uno de los grandes clásicos del terror, y a estas alturas no hay nadie que no lo conozca. Cualquiera que oiga la palabra “REDRUM” sabe a qué se refiere.

Jack Torrance era profesor hasta que le dio un puñetazo a un alumno que le estaba rajando las ruedas del coche. Gracias a la influencia de un amigo, ex-alcohólico como él, consigue trabajo de conserje del hotel Overlook durante el invierno. El Overlook permanecerá cerrado durante esos meses y lo que tendrá que hacer son labores de mantenimiento. Controlar la presión de la caldera, recortar los setos, reparar el tejado, etc. Jack estará en el hotel con su familia, su esposa Wendy y su hijo Danny, de 5 años, y aprovechará el tiempo para terminar su obra de teatro. Pero el Overlook arrastra una larga lista de muertes violentas desde que se inauguró y algún que otro suicidio, como el caso del anterior conserje, Grady, que mató a su mujer y a sus dos hijas y luego se voló los sesos, y entre sus empleados circulan historias de fantasmas y sucesos extraños.

Y Danny lo sabe porque Tony se lo ha enseñado. Danny tiene un don especial. A veces sabe cosas antes de que se produzcan o cosas que tuvieron lugar hace mucho, o tiene visiones de extrema violencia, de crímenes que ocurrieron hace mucho o que aún no han sucedido, y en ocasiones puede saber lo que está pensando la gente que lo rodea. A veces suele quedarse en blanco y en esas ausencias Tony, su amigo imaginario, le muestra terribles imágenes de muerte. Tony le advierte que no se acerque a cierto lugar poblado de pesadillas, un lugar que Danny acaba descubriendo horrorizado es el Overlook, pero sabe que su padre necesita el trabajo, así que no les dice nada a sus padres...

“El Resplandor” es un clásico del terror, pero no es solo un libro de terror, pues confluyen varias cosas. Está la historia de fantasmas del Overlook y el resplandor de Danny, pero principalmente se centra en el drama familiar de los Torrance. La lucha de Jack por no recaer en el alcoholismo, su culpabilidad por haberle roto un brazo a Danny accidentalmente cuando estaba en su peor momento y su temor a volver a ser aquella persona durante el prolongado aislamiento invernal en el Overlook. A mí me ha gustado el libro por entero, pero sobretodo la parte del alcoholismo y el proceso por el que pasa Jack, cómo el hotel va influyendo en él hasta que pasa lo que pasa.
En definitiva, un libro fundamental del género que, creo yo, nunca pasará de moda. ¡37 años ya! Espero no tardar mucho en ponerme con “Doctor Sueño”.

miércoles, 18 de junio de 2014

Sangre fría, de Douglas Preston y Lincoln Child (¡Ojo Spoilers!)

Judson Esterhazy, el cuñado de Pendergast, es el misterioso desconocido que hirió de gravedad a D'Agosta en un intento fallido de matar a Pendergast, el hombre implicado en el Proyecto Aves que investigó la difunta esposa de Pendergast, Helen y en el propio asesinato de ésta, y el que trató de matar a Pendergast y a la capitana Hayward en las cercanías de Spanish Island, en los pantanos de Louisiana. Ignorando todo esto, Pendergast acepta la invitación de Judson de ir a cazar a los páramos de Escocia, sin saber que éste piensa asesinarlo. Pero una vez allí descubrimos que Pendergast ya se olía algo y ha ido preparado. Entonces tiene lugar entre ellos una persecución mortal, cada uno queriendo matar al otro, que termina con Pendergast herido de gravedad atrapado en un viscoso lodazal, y antes de hundirse del todo, Judosn le revela que Helen en realidad está viva.

A oídos del teniente D'Agosta llega la noticia de la muerte de Pendergast, que no acaba de creérselo, así que viaja hasta Escocia para tratar de seguir los últimos pasos de su amigo. Finalmente acaba encontrándolo en una cabaña en lo profundo de los páramos escoceses, muy débil y recuperándose de sus graves heridas. Pendergast le pide que mantenga en secreto que está vivo, pues necesita recuperarse para poder ir tras Judson, y él así lo hace, aunque no le agrada la idea. Una vez lo suficientemente recuperado, aunque no del todo. descubre que Judson ha regresado a Estados Unidos y no tiene forma de dar con él, pero lejos de rendirse decide investigar por su cuenta si es posible que su esposa siga con vida, escarbando en su pasado.
Por su parte, Judson se ve incapaz de ocuparse él solo de Pendegast y recurre a la Alianza, una poderosa y peligrosa organización de nazis responsable entre otras cosas del Proyecto Aves, a la que Judson le debe todo lo que tiene, los cuales también consideran a Pendergast una amenaza.

Si el libro anterior era impresionante, este ya es una auténtica locura. Imposible parar de leer, te lo aseguro. Tiene un ritmo rápido y tal grado de tensión que se vuelve tremendamente adictivo. La revelación de Judson nos deja con la boca abierta,, y con razón Pendergast se obsesiona mala manera con descubrir si es verdad. Ver a alguien como él, siempre frío e inalterable perder los nervios y convertirse en un ciclón de violencia es algo indescriptible.
Además en este libro obtenemos respuesta a algunas preguntas que quedaron en el aire en el primer libro de la trilogía. Descubrimos cosas muy interesantes y asombrosas sobre la familia Esterhazy, cómo se llevó a cabo la “muerte” de Helen y algo más sobre la enigmática Alianza, que en el libro anterior solo era una voz al otro lado del teléfono.
Otra cosa que me encanta es la reaparición de Corrie Swanson, de “Naturaleza muerta”. Me gustó mucho este personaje en aquel libro y es genial que Preston y Child la hayan rescatado del limbo literario en el que se encontraba. Y luego está el final, que es como un puñetazo en el estómago, un final brutal que te deja con el corazón en un puño, con unas ganas locas de leerte ya el último libro de la trilogía de Helen. Por suerte lo tengo listo y preparado en casita.
Pronto, “Dos tumbas”.

martes, 17 de junio de 2014

El Resplandor. Miniserie (1997)


A Stephen King nunca le gustó la película que hizo Stanley Kubrick, básicamente porque convertía a Jack Torrance en el villano de la historia desde el principio, saltándose toda la lucha interna del personaje, cuando en el libro al principio era bueno, luego se hacía malo y al final volvía a hacerse bueno, justo antes de que explotara la caldera. Lo cual, por cierto, se saltan a la torera en la película. Y luego también está lo de Hallorann, que no tiene perdón de Dios. Así que se juntó con Mick Garris (un tipo que hace muy malas adaptaciones de su obra) y en 1997 dieron a luz una versión mucho más fiel en forma de miniserie, de 3 capítulos de hora y media cada uno.
La miniserie en sí está bien. Personalmente me gusta cuando adaptan un libro y salen todos los detalles de éste, y en eso cumple. Pero he visto la película de Kubrick tantas veces y tantas otras películas de casas embrujadas que ver una puerta o un columpio moverse solos no me acojona en absoluto ( de hecho me da un poco la risa) así que la miniserie, al menos a mí, no me transmite miedo en ningún momento ( eso sí, la mujer de la habitación 217 es espeluznante). 

Del reparto, el que más me gusta es Steven Weber, que interpreta a Jack. Consigue transmitirte todo el conflicto interior del personaje, la culpa que arrastra por haberle roto el brazo a Danny y su lucha contra el alcoholismo, y sus arrebatos de ira no tienen nada que envidiar a los de Jack Nicholson.
A Rebecca De Mornay no la veo en el papel de Wendy, la veo un poco mayor, aunque por edad se corresponde. Por culpa de Kubrick me acostumbré a una Wendy morena echa un manojo de nervios, por eso me resulta extraño encontrarme a una Wendy rubia y fuerte. Quizás habría resultado mejor una actriz desconocida, como el resto del reparto. El niño no puedo verlo delante sin que me den ganas de darle una leche. Cuando entra en trance pone una cara de tonto que te dan ganas de arrearle. ¿Acaso no había más niños para interpretar a Danny Torrance? Éste es malísimo. 

También me gusta cómo va avanzando la historia (se nota la mano de S. K. ), cómo nos van introduciendo en la historia del Overlook poco a poco y cómo Jack empieza a desquiciarse paulatinamente. Y no podía faltar el cameo tan divertido de King, haciendo del director de la orquesta del Overlook, aunque algo breve. En definitiva, es una miniserie muy entretenida que te hace pasar un buen rato, aunque tiene cosas mejorables.

viernes, 13 de junio de 2014

Carretera maldita, de Stephen King (Richard Bachman)


Tengo que decir que la primera vez que leí este libro no me gustó. Estaba acostumbrado a los libros de terror de King, incluso a los de fantasía y ciencia-ficción, pero este me pareció demasiado realista, algo atípico en su obra. Pero ahora que he vuelto a leerlo he cambiado de opinión (suele pasarme con las segundas lecturas). Se me ha pasado volando y me ha gustado tanto precisamente por ese realismo que la primera vez no me gustó, porque lo que le pasa al protagonista podría pasarle a cualquier hijo de vecino, y más en los tiempos actuales.
Imagina que van a construir una autopista y que tu casa está en medio, y te dicen que tienes que irte a otra parte. O bien aceptas el dinero que te dan por ella y recoges tus bártulos y te trasladas, o bien te niegas a irte y te atrincheras en tu casa armado hasta los dientes. Pues esto es lo que le pasa a Barton Dawes. Tiene que abandonar su casa de toda la vida a causa de esa autopista, pero él se niega a hacerlo, aunque le hace creer a su mujer que está buscando casa, pero ninguna es de su gusto o son demasiado caras. 

Con su empresa pasa igual. Dawes es director de una lavandería industrial que se encuentra en el camino de la autopista y tiene que encontrar otra nave adonde trasladarse antes de que venza el plazo límite, y al igual que con su mujer les dice a sus jefes que el dueño de la nave que querían ha ampliado el plazo para darle una respuesta, cosa que no es cierta, y claro, cuando vence el plazo se quedan sin la nave y eso tiene terribles consecuencias tanto para la lavandería como para el propio Barton, y a partir de ese momento todo va cuesta abajo para él, hasta el punto de que no hay otro final posible más que el del libro.
La postura de Barton a lo largo del libro se debe, al menos en parte, a la muerte de su hijo a causa de un tumor cerebral. Su casa es como un altar a la memoria de su hijo y abandonarla es como si se meara en su tumba, así que cuando le dijeron que iban a derribarla, mentalmente decidió que ya le daba igual lo que le pasara de ahí en adelante, y por eso hace todo lo que hace. 

Personalmente entiendo su postura. Tu casa es tuya, has construido tu vida en torno a ella y nadie puede obligarte a renunciar a ella. Lo que no me parece tan bien es que se juegue el futuro de sus empleados como si no tuviera importancia. Ahí no actuó correctamente.
En resumen, es un libro muy ameno y de fácil lectura que describe una dramática situación que podría pasarle a cualquiera y que contiene una triste moraleja: no se puede luchar contra el sistema.

jueves, 12 de junio de 2014

Fundación y Tierra, de Isaac Asimov


Este quinto libro retoma la historia donde lo dejó el anterior. Golan Trevize tuvo que decidir cuál sería el mejor futuro para la Humanidad, un Imperio Galáctico basado en la tecnología, como el de la Primera Fundación; uno basado en los poderes mentálicos de la Segunda Fundación o el de una Galaxia viva, a semejanza de la conciencia colectiva que comparten los gaianos. Trevize optó por esta última, pero ahora empieza a tener dudas de haber escogido la opción correcta. Trevize necesita estar seguro al 100% de que ha elegido bien y por eso decide retomar la búsqueda del legendario planeta Tierra, pues está convencido de que el hecho de que alguien haya eliminado toda información acerca de su ubicación guarda relación con su decisión de escoger Galaxia y cree que cuando sepa toda la verdad sabrá si ha escogido bien o no. 

Janov Pelorat se apunta al viaje, pues si ha llegado hasta allí con él quiere llegar hasta el final, además de que lleva años buscando la Tierra, y la gaiana Bliss también les acompaña, porque su destino está ligado a Pelorat, pero también porque, como parte de Gaia, quiere saber si Trevize se ratifica en su decisión o si cambia de opinión.
El primer alto en el camino es el planeta Comporellon, planeta natal del antiguo amigo de Trevize Munn Li Compor, quien lo traicionó ante la alcaldesa de la Primera Fundación. Allí existe una leyenda que habla de una Tierra radiactiva y Trevize quiere comprobar si tiene algo de cierto. En Comporellon pasan por algunas dificultades pero no descubren nada sobre la Tierra, aunque obtienen las coordenadas de tres de los primeros planetas colonizados por los humanos de la Tierra, así que en teoría el planeta debería estar cerca de ellos, y parten hacia allá.

Este libro lo leí hace 12-13 años y entonces me pareció algo parado. Ahora ya me considero un lector curtido y en esta ocasión el libro me pareció muy bueno. Los protagonistas van viajando de planeta en planeta, pasando dificultad tras dificultad, tratando de seguir las pistas para llegar a la Tierra, a veces perdiendo la esperanza de llegar algún día y cuando creen haber llegado resulta ser otro chasco. Finalmente llegarán a la ansiada Tierra y entonces por fin recibirán respuesta a todas sus preguntas, acerca de la Tierra (si es radiactiva o no) y quién ha estado manipulando a las dos Fundaciones desde hace miles de años y hasta al propio Trevize para llegar a este momento, una de las cosas que más me gustan del libro es su relación con el ciclo de novelas robóticas protagonizado por Elías Baley y su compañero robot R. Daneel Olivaw, pues dos de los planetas que visitan los protagonistas son Aurora, donde fue construido R. Daneel, y Solaria, de “El sol desnudo”, aunque han pasado 20.000 años y los planetas no se parecen en nada a como eran en esos libros. Además, el que está detrás de todo resulta ser la mayor sorpresa de todas, no digo más. 

Bueno, quedan dos libros más para acabar la saga (sin contar esa Segunda Trilogía de la Fundación, que es aparte) aunque como son precuelas, este es el último libro, cronológicamente hablando. Es una pena porque me hubiera gustado leer más libros protagonizados por Golan Trevize.

martes, 10 de junio de 2014

Odd Thomas. Cazador de fantasmas


Esta película es la adaptación de una novela de Dean Koontz y es en la línea de “El Sexto sentido”. Odd Thomas es un veinteañero que posee un don especial, puede ver a los muertos, y utiliza ese don para llevar a sus asesinos ante la justicia. Solo dos personas conocen su secreto, su novia Stormy y el jefe de policía, al que ayuda a pillar a estos asesinos, y éste a veces tiene que cubrirlo para que no se sepa lo de su don.
Aparte de a los muertos, Odd también puede ver a unas criaturas llamadas “acechones” que rondan a las personas que van a morir de forma violenta, pues se alimentan de este tipo de muerte, pero finge que no porque si los acechones descubren que puede verlos, lo matarán. Los acechones aparecen en gran cantidad cuando va a producirse una catástrofe o una gran masacre, y últimamente está viendo a muchos de ellos por el pueblo, lo cual significa que algo terrible va a pasar, así que Odd tratará de averiguar qué es y cómo detenerlo.


Lo cierto es que la película mola bastante. Me gusta el tema de lo sobrenatural, los fantasmas, lo de los acechones, que son como Parcas y lo de Odd Thomas tratando de evitar la catástrofe, algo habitual en los libros de Dean Koontz. Lo que me gustaría ahora es poder leer el libro (que por cierto, ya lleva cinco secuelas), lo malo es que, no sé por qué, hace unos años que han dejado de traducir sus libros (y eso que es autor de bestsellers) y la única forma de encontrarlos es mediante ejemplares de segunda mano en mercadillos y tal, y esto es un fastidio. Una lástima.

Jugar duro y Fulgor de muerte, de Elmore Leonard


Este libro es en realidad dos libros, “Jugar duro” y “Fulgor de muerte”. Lo cogí en la biblioteca hace unos 9 años y quise volver a cogerlo cuando falleció Elmore Leonard el año pasado, pero no lo encontré en su sitio y en su lugar me leí el de “Touch” para rendirle homenaje. Esta vez lo busqué en el catálogo y estaba disponible, pero no a la vista. Resulta que la biblioteca está hasta arriba de libros y para hacer sitio los libros que menos se prestan los guardan en un pequeño almacén en el segundo piso. Desgraciadamente desde que lo cogí nadie ha vuelto a llevárselo, una lástima, la gente no sabe lo que se pierde. Total, que le comenté al bibliotecario que no lo encontraba, y él, tras mucho buscar, lo halló en el almacén. De entrada no lo encontró y pensé que había pasado como con la biografía del Marqués de Sade, que lo mangaron, pero al final sí que estaba. Él ya me recomendó unos cuantos libros (gracias a él conocí a John Connolly) y cuando cogí este libro me preguntó que de qué lo conocía, así que me gustó poder decirle quién era Elmore Leonard y lo bueno que era.
Bien, al lío, que se nos hace tarde.
El protagonista de “Jugar duro” es Ernest Stickley Jr, “Stick”, un ex-presidiario que ha pasado 7 años en la cárcel por robo a mano armada. Allí conoció a René Moya, “Rainy”, y al salir éste les consigue un trabajo con un traficante de drogas llamado Chucky. Tienen que entregar una bolsa a unos cubanos, y a cambio Chucky les pagará 5.000 dólares. Resulta que Chucky la cagó en un negocio con los cubanos y perdió 200.000 dólares (confió para el negocio en un conocido que resultó ser de Narcóticos y se quedó con su pasta) y esa es la cantidad que hay en la bolsa.
Stick era quien tenía que hacer la entrega pero en el último momento es Rainy quien la hace, y al entregar la bolsa Stick ve cómo los cubanos lo acribillan a balazos, y sin perder un instante sale huyendo por patas. El único que estaba al tanto de que él haría la entrega era Chucky, así que está claro que el traficante lo quería ver muerto. Stick consigue trabajo de chófer de un hombre llamado Barry Stam, un tipo que está forrado y que resulta tener tratos con Chucky, algo que Stick ignora al principio. Por su parte Stick tiene que eludir a los cubanos y al propio Chucky, que quieren deshacerse de él ya que es un cabo suelto.

“Fulgor de muerte” es ya una novela más policial. El teniente Vincent Mora recibe un tiro en la cadera cuando un ladrón intenta atracarle de camino a su casa. Para recuperarse decide pasar unos días en Puerto Rico y allí se encariña de una prostituta llamada Iris Ruíz, con la que solamente conversa. Vincent metió en la cárcel a Teddy Magyk hace 7 años por violar a una anciana y casi matarla. Ahora ha salido en libertad y se presenta en Puerto Rico dispuesto a vengarse de Vincent. Empieza a seguirlo a todas partes y a sacarle fotos y a acosarlo, y cuando Vincent descubre quién es decide darle un buen susto con ayuda de unos polis portorriqueños, advirtiéndole que si no se va ya de Puerto Rico puede que acabe pasándole algo. Vincent cree haberse librado de Teddy, pero nada más lejos.
Iris informa a Vincent de que va a trasladarse a Atlantic City. Ha conocido a un hombre llamado Tommy Donovan, dueño de un casino en Atlantic City, que le ha ofrecido trabajo como azafata en él, pero Vincent no se fía del tipo y cree que azafata significa chica de compañía, aunque no puede hacer nada para hacerla cambiar de opinión. Unos días más tarde le informan de que Iris ha aparecido muerta, así que viaja a Atlantic City para investigar el asesinato por su cuenta.

Elmore Leonard ya me gustaba de antes, aunque lo mismo que cualquier escritor del montón, pero no fue hasta después de muerto que me dio fuerte con él. Ahora me pasa como a Stephen King, que entro en una librería y me llevo todo lo que encuentro de él. El estilo de Elmore Leonard es rápido y directo y no pierde el tiempo en adornos innecesarios. Por ejemplo, “Jugar duro” empieza así:

Stick dijo que él no iba si tenían que recoger algo. Rainy declaró que no, que no entraba ningún producto en el trato; lo único que tenían que hacer era entregar una bolsa.

Solo con estas pocas líneas ya despierta la curiosidad del lector y hace que se pregunte quiénes son Stick y Rainy y qué puede haber en la bolsa. Además Leonard utiliza mucho el lenguaje de la calle y sus diálogos son muy frescos, muy naturales, y por eso es tan fácil de leer y tan ameno, por eso fue uno de los mejores del género.
En el caso de “Jugar duro” se hizo una película en 1985, con Burt Reynolds en el papel principal, pero entonces Reynolds ya estaba de capa caída y la película no tuvo mucha fortuna. La novela en sí me gustó mucho, es muy fresca y tiene su buena dosis de humor negro. Además, no puedes evitar sentir cierta simpatía por Stick, a pesar de que sea un delincuente.
En su día, Stephen King dijo que “Fulgor de muerte” era la novela policíaca del año. Yo no diría tanto, pero sí es bastante buena. Además no es como la típica novela policíaca, porque tienen el mismo peso tanto la trama policial como los asuntos de los personajes de dudosa reputación. Una cosa que me disgustó es que en la sinopsis de la solapa ya se nos dice quién es el asesino y eso, en el libro, no se descubre hasta el tramo final, y es un chasco. Aunque de todas formas ya se veía venir. Bueno, espero leerme este año algún otro libro suyo.


viernes, 6 de junio de 2014

Breaking Bad. 1ª temporada


Empecé a fijarme en esta serie el año pasado, cuando empezó el tramo final de la última temporada (igual que Harry Potter y Crepúsculo, la última temporada la dividieron en dos para que durara más) y todo Dios hablaba de ella y la ponían por las nubes a ella y a su protagonista, Bryan Cranston, así que empecé a hacerme con ella y ahora, con bastante retraso, he decidido ponerme a verla de una vez por todas. Y, joder, ahora me arrepiento de no haberla visto en su día, porque es una auténtica maravilla. Cuando la serie acabó, el gran Anthony Hopkins le escribió una carta a Bryan Cranston diciéndole lo mucho que le impactó su interpretación, que gracias a él aún creía en esta profesión y que le gustó tanto la serie que se la vio entera en unas 3 semanas o así. La verdad es que no me extraña en absoluto, porque la serie es tan alucinante que resulta imposible ver solamente un capítulo. ¿Y qué decir de Bryan Cranston? Yo solo lo conocía de la serie “Malcolm in the Middle”, en la que hacía un papel cómico, y aquí demuestra ser todo un pedazo de actor (lo mismo que pasó con Hugh Laurie, que antes de House era conocido por películas como 101 dálmatas y las de Stuart Little, y con la serie demostró su talento para el drama).

Walter White es un tipo normal. Es profesor de química en un instituto pero también trabaja lavando coches para poder llegar a fin de mes. Tiene un hijo adolescente, Walter jr, que sufre alhún tipo de minusvalía que le ocasiona dificultades para caminar y hablar correctamente y su mujer, Skyler, espera su segundo hijo. Su cuñado, Hank, es de la DEA y siempre se está metiendo con él, porque, reconozcámoslo, Walter es un poco sosainas. Pues a Walter le detectan un cáncer de pulmón, inoperable, y le dan 2 años de vida. Poco después se encuentra con un ex-alumno suyo, Jesse, que es traficante, y para que a su familia no le falte de nada cuando él ya no esté, se asocia con él y empiezan a fabricar metanfetamina. Como Walter es profesor de química sus cristales son perfectos, los más puros que hay en el mercado, y el dinero empieza a llegarles a espuertas, pero no tarda en descubrir que ser traficante no es un camino de rosas y acaba metiéndose en serios apuros.

Esta 1ª temporada consta solo de 7 capítulos porque se vio afectada por la famosa huelga de guionistas de hace unos años, pero en estos 7 capítulos Walter White sufre un cambio espectacular. Solo hay que comparar el inicio de la temporada con el final. La primera vez que coge una pistola le tiembla la mano y casi se vuela un pie, pero luego no duda en cargarse a un traficante con gas mostaza y a otro lo ahorca con el cepo de una moto, aunque la prueba más radical del cambio operado en Walter es su primera escena como “Heisenberg”, el nombre que decide utilizar como traficante (yo sé todo lo que pasa después, y escuchar por primera vez este nombre me puso la piel de gallina), cuando se enfrenta a Tucco, uun narco muy loco y peligroso, como si llevara años en el negocio. Es increíble que en realidad estemos ante un simple profesor de química. Es para quitarse el sombrero. Qué grande, Walter.
No sé si a alguien más le pasó por la cabeza, pero la serie parece sacada de alguno de los libros de Elmore Leonard, porque él solía escribir sobre estas cosas, traficantes, ladrones, capos y tal. Un profesor de química que se mete a traficante. Es surrealista total. Espero ponerme pronto con la 2ª temporada.

miércoles, 4 de junio de 2014

Pesadillas y alucinaciones. Temporada única


Esta serie del 2006 adapta ocho relatos de Stephen King, pero que su título no te engañe. Pese a que se titula “Pesadillas y alucinaciones” solo cinco relatos de los ocho pertenecen a dicha antología (Crouch End, El último caso de Umney, El final del desastre, El quinto fragmento y ?Sabes?, tienen un grupo de la leche), dos a “Todo es eventual” (Sala de autopsias nº 4 y El virus de la carretera viaja hacia el norte) y uno a “El umbral de la noche” (Campo de batalla).
La vi en su día cuando la pusieron en Cuatro y tengo que decir que no me gustó. Lo que pasa es que los capítulos duran entre 40 y 50 minutos (aunque hay uno que dura una hora) y algunos relatos son de 20 o 30 páginas, así que tienen que meter algo de paja por en medio para llegar a esa duración, y eso desgasta la historia. Claro que he vuelto a verla este año y en esta ocasión ya me ha gustado más.
Los capítulos son los siguientes:

1x01. Campo de batalla.
Un asesino a sueldo es atacado por unos soldados de juguete.

1x02. Crouch End.
Una historia con tintes Lovecraftianas. En Crouch End, una calle de Londres, existe un punto blando que comunica con otra dimensión y allí suelen producirse fenómenos extraños. Un matrimonio se pierde en ella y es testigo de cosas muy raras y siniestras.

1x03. El último caso de Umney.
Un escritor intercambia su vida con la del protagonista de sus novelas, un detective de los años 40 llamado Umney.

1x04. El final del desastre. 

Los hermanos Howie y Robert Fornoy siempre han sido muy inteligentes y mientras Howie se decantó por los documentales y ganó los premios más importantes, Robert se decantó por la ciencia. Robert trabaja en una forma de acabar con la violencia en el mundo y parece tener éxito, pero ese remedio tiene un terrible efecto secundario: la gente se vuelve tonta.

1x05. El virus de la carretera viaja hacia el norte.
Un escritor de terror se para en un mercadillo y se lleva un cuadro bastante siniestro de un chico conduciendo su descapotable a toda velocidad. Al volver a mirarlo descubre que el cuadro ha cambiado y que el chico parece estar recorriendo el mismo camino que ha seguido él, dejando un reguero de sangre a su paso.

1x06. El quinto fragmento.
Un ex-presidiario recibe una noche la visita de un amigo, moribundo, que le habla de un mapa dividido en cuatro trozos que conduce a un tesoro de varios millones de dólares procedente de un robo. Sus socios le traicionaron y antes de morir le da a él su trozo del mapa. Tras enterrarlo va en busca de los tres socios de su amigo, para matarles, quitarles sus partes del mapa y encontrar el botín.

1x07. Sala de autopsias nº 4.
A un hombre van a realizarle la autopsia. El problema es que está vivo, totalmente paralizado y no puede hacerles ver a los forenses que lo está.

1x08. ¿Sabes?, tienen un grupo de la leche.
Un matrimonio se pierde y acaba en un pueblo habitado por las estrellas del rock muertas.


El de “Campo de batalla” es el capítulo más largo, una hora aproximadamente, y pese a su duración y a la historia me pareció uno de los mejores, y los efectos especiales no están nada mal. Lo más curioso es que William Hurt no dice una sola palabra en todo el capítulo.“Crouch End” es un poco raro y no entendí muy bien el final, pero me gustaron las referencias al universo de Lovecraft. “El último caso de Umney” me gustó especialmente porque me gusta cuando la realidad se mezcla con la ficción, aunque también le meten algo de relleno. También me hubiera gustado saber cómo consigue el autor cambiarse con su personaje. “El final del desastre” es mi favorito, ya que el relato también es el que más me gustó de su antología. “El virus de la carretera viaja hacia el norte” es una buena historia de terror, aunque le meten algo de relleno y personalmente el cuadro no me asustó nada. “El quinto fragmento” también es de mis favoritas. Es una buena historia de gángsters. El de “Sala de autopsias nº 4” es el peor sin duda. Ya el relato me pareció lento y pesado, y su adaptación es igual. Creo que incluso me quedé dormida viéndola. Y el de “¿Sabes”, tienen un grupo de la leche” es el más divertido. Un pueblo donde viven las estrellas del rock muertas, como Janis Joplin, Roy Orbison, Billy Holiday, etc, y como no podía ser de otra forma, Elvis es el alcalde. Mola. Por cierto, la cabecera de la serie está genial.

martes, 3 de junio de 2014

V. 3ª temporada (¡Ojo Spoilers!)


La 2ª temporada de los lagartos tenía un final cerrado, pero como sabía a poco hicieron esta 3ª, ya de 19 capítulos, y ahí la cagaron, porque le bajó mucho la audiencia y la cancelaron, dejándole un final abierto. Es lo que pasa cuando se alarga una historia más de lo necesario, no fue la primera serie que corrió esta suerte ni será la última.
Al final de la 2ª temporada la Resistencia soltaba en el aire un polvo rojo que era mortal para los lagartos y estos abandonaron el planeta a toda prisa, y en todas partes se celebró su expulsión por todo lo alto. Esta 3ª temporada arranca un año más tarde. La Resistencia se ha deshecho y cada uno va a lo suyo, llevando una vida normal. Nathan Bates, director de Fronteras Científicas, fue el que fabricó el polvo rojo en masa y en este tiempo ha comercializado el antídoto para los pocos lagartos que optaron por quedarse en la Tierra, en forma de píldoras. 

Diana, que fue hecha prisionera, va a ser juzgada por sus crímenes contra la humanidad, pero cuando la conducen al juzgado es tiroteada y muere. Pero en realidad esto ha sido orquestado por Bates con ayuda de Ham (Michael Ironside) para que todo el mundo la crea muerta y así poder sacarle toda la información que tenga sobre su tecnología, curas contra las peores enfermedades, etc. Mike Donovan lo descubre con su amigo Marty, el lagarto que lo ayudó en la lucha contra la Resistencia (que ahora trabaja como su cámara). Ambos descubren dónde la tienen y Marty trata de matarla, pero fracasa y Diana escapa con su última píldora, que le hace inmune al polvo rojo durante las siguientes 12 horas.
Diana consigue enviar una señal y una 2ª oleada de naves nodriza llega a la Tierra. Descubre asímismo que en los lugares con un clima cálido el polvo rojo ya no es efectivo, así que ataca Los Ángeles, donde se produce el polvo, y en poco tiempo los lagartos conquistan el mundo, pero esta vez no fingen venir de buen rollo y someten a los humanos cual régimen dictatorial. Bates consigue hacer un trato con Diana según el cual dejará L. A. libre de lagartos y él se erige como su gobernador. Bates tiene un interés especial en Julie y ella empieza a trabajar para él en Frontera Científicas, aprovechando para informar a la Resistencia de sus movimientos, pues ésta ha vuelto a formarse.
Elisabeth, la niña híbrido de humano y lagarto, pasa por un proceso de transformación y en unas horas se convierte en una joven de 18 años y desarrolla poderes telepáticos y telekinéticos. Kyle, el hijo de Bates, es un chico rebelde que no se lleva nada bien con su padre, y termina uniéndose a la Resistencia. En ella conoce a Elisabeth y ambos se enamoran.

Elisabeth, la Niña de las Estrellas
Bueno, esta temporada se me hizo algo cuesta arriba. Me había acostumbrado al formato miniserie de las otras dos temporadas (dos y tres capítulos de 90 minutos) y encontrarme aquí con 19 capítulos de 45 minutos, pues me resultó un poco pesado. A esto también contribuyó que la serie fuera de hace 30 años, claro. Algunos capítulos son algo lentos y aburridos, sin embargo otros me parecieron bastante buenos.
El personaje de Nathan Bates es muy ambiguo y pese a ser de los malos me pareció muy interesante. Me recordó a esas personas que se vieron beneficiadas por apoyar a los regímenes fascistas. Para que haya paz en L. A. tiene que estar en buenos términos con los lagartos, así que Bates va tras la Resistencia al saber que se mueven libremente por su ciudad, transportando armas y urdiendo planes contra los invasores, aún sabiendo que su hijo se relaciona con ellos. Pero al menos al final actúa correctamente. 

¡Aggh!
También me hizo mucha gracia los cardados ochenteros de Diana y la rubia y ese mal rollo que hay entre ellas, ambas trabajando juntas pero al mismo tiempo tratando de destruirse una a la otra. Una cosa en la que no he podido evitar fijarme es que los lagartos llevan puesta su piel humana en el interior de las naves nodrizas, sin que haya presente ningún humano a bordo. De hecho hasta tienen relaciones sexuales con la piel puesta, algo que para mí es bastante absurdo. Cuando estás en tu casa, ¿te maquillas y te vistes tus mejores galas, o si eres calvo te pones la peluca, aún sabiendo que nadie te va a ver? Es de tontos.
Como al final se canceló la serie trataron de darle un final más o menos satisfactorio, pero la verdad es que el último capítulo resultó un tanto apresurado, y se deja una puerta abierta. El líder de los lagartos llega a la Tierra, aunque no se le ve en ningún momento, y de buenas a primeras declara el fin de la guerra y que todos los lagartos deben abandonar el planeta. Esto se debe a que ha recibido todos los informes de las cagadas de Diana desde que llegaron a la Tierra y ha decidido que allí no llegarán nunca a buen término. Elisabeth también se va con ellos, ya que es la Niña de las Estrellas y la clave de la paz entre ambos mundos. Kyle se marcha con ella y luego sabemos que Diana ha puesto una bomba en su nave, así que nos quedamos sin saber si explota, si no o qué leches pasa.
Bueno, al menos acabada está y ahora que ya la he visto completa puedo ponerme con la nueva versión del 2009, que por cierto corrió la misma suerte que ésta.