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jueves, 16 de abril de 2015

Semillas del ayer, de V. C. Andrews (¡Ojo Spoilers!)

“Semillas del ayer” es el cuarto y cronológicamente hablando el último libro de la saga Dollanganger (el quinto, “Jardín sombrío”, es una precuela) y tiene lugar 15 años después del tercer libro, “Si hubiera espinas”.
Antes de morir, Corrine empezó a reconstruír Foxworth Hall y en su testamento  le dejó la mansión y toda su fortuna a su nieto Bart, que lo heredará todo al cumplir los 25 años. La mansión ya está terminada y es una copia exacta de la original y en ella es donde se celebrará la fiesta del 25 cumpleaños de Bart, el cual no ha escatimado en gastos. Bart sigue siendo tan detestable y antipático como cuando era niño. Trata a Chris con desprecio y lo ignora siempre que puede y sigue odiando a su hermana adoptiva Cindy, a la que no considera como tal. Ésta, que ya tiene 16 años, también lo odia por lo mal que se lo ha hecho pasar durante toda su vida y no duda en provocarlo a la menor oportunidad.

Al llegar a Foxworth para ayudar con los preparativos de la fiesta, Cathy y Chris se quedan de una pieza al conocer al anciano que Bart ha contratado de mayordomo, pues resulta ser su tío Joel, dado por muerto hace más de 50 años en un accidente de esquí (en “Jardín sombrío” ese accidente de esquí se convierte en un alúd) y que ha estado viviendo todo este tiempo en un monasterio italiano. A Cathy le cae mal desde el principio por la forma que tiene de mirarla y porque siempre está murmurando sobre el Dios colérico, los pecados de su familia, los engendros del diablo, etc, y le está llenando la cabeza a Bart con todas estas cosas, igual que hiciera John Amos cuando era niño, y lo está convirtiendo en alguien detestable. Cathy trata de advertirle de cómo es Joel en realidad, pero Bart está demasiado apegado a él y hace oídos sordos a los consejos de su madre.

Jory, el hermano de Bart, se ha convertido en un talentoso bailarín de ballet y Bart ha organizado un espectáculo de danza para que su hermano impresione a sus invitados. Estaba previsto que bailara con su esposa Melodie, también bailarina, pero está embarazada y Cindy es quien la sustituye finalmente. Pero durante la representación se produce un terrible accidente y Jory se queda paralítico de cintura para abajo. Chris y Cathy pensaban irse al Caribe tras el cumpleaños de Bart pero al ocurrir esta tragedia deciden quedarse para cuidar de su hijo. Jory soñaba con llegar a lo más alto en la danza y retirarse a los cuarenta, pero a raíz del accidente no sabe qué hará con su vida y se derrumba completamente. Su esposa Melodie no es capaz de soportar la actual situación y ya no ve a Jory con los mismos ojos y se deja seducir por Bart, empezando a acostarse con él. Cuando Cathy lo descubre se escandaliza, pero Bart le confiesa que se ha enamorado de ella y Cathy no sabe qué hacer porque quiere que sus dos hijos sean felices.

Melodie da a luz a dos mellizos pero tras el parto se desentiende de ellos y acaba abandonando a Jory y a Bart para proseguir con su carrera como bailarina, rompiéndole el corazón a Jory. Cathy contrata a una enfermera para que cuide de Jory y los mellizos y ésta acaba enamorándose de Bart, que gracias a ella se convierte en una mejor persona, dejando de discutir con Cindy y siendo amable con Chris. Pero la influencia de Joel es mayor y no tarda en volver a ser el de siempre, echando por tierra su relación con Toni y empujándola a los brazos de Jory. Cathy ya no sabe qué hacer para que Bart se percate de cómo es realmente Joel, porque su influencia lo está volviendo una persona arisca y amargada y ella sabe que en el fondo hay bondad en él, así que espera que no tarde mucho en abrir los ojos por sí mismo.   

Para mí este es el peor libro de la saga. Es un culebrón de principio a fin y no hay por donde cogerlo. Bart es odioso durante todo el libro y me parece terrible que le haga eso a su hermano, sobretodo teniendo en cuenta que acaba de quedarse en silla de ruedas. Ya está mal visto entre amigos, cuanto menos entre hermanos. Y no me hagas hablar de Melodie, que lleva con Jory desde los 12 años y al ver que se ha quedado minusválido ha dejado de quererle y se acuesta con Bart, porque necesita estar con un hombre que pueda hacerle el amor, palabras textuales. Y lo que me parece peor es que abandone a sus hijos para seguir con su carrera. ¿Cómo se puede ser tan superficial? A mí que me lo expliquen. Cindy también me cae fatal porque lo único que le interesa es acostarse con todos los chicos con los que sale (dígamoslo así), y no me extraña que Bart la trate como la trata. Y luego está el tío Joel, dado por muerto durante más de 50 años y que le da por aparecer ahora. El retrato que la autora nos ofrece de él es muy diferente del que aparece en “Jardín sombrío” y es tan retorcido como el propio John Amos. Pero lo peor de todo es ese final amargo que te da ganas de tirar el libro. Me remito a lo que dije en las otras reseñas, la saga debió quedarse en los dos primeros libros (como mucho también la precuela). Ahora que ya está acabada ya puedo olvidarme de ella.

Tenía en casa estos cuatro primeros libros (el quinto lo cogí en la biblioteca) y al terminar el presente libro no tardé un segundo en deshacerme de ellos. Estoy seguro de que habrá alguien que los aprecie más que yo. 

jueves, 9 de abril de 2015

Si hubiera espinas, de V. C. Andrews

“Si hubiera espinas” es la tercera entrega de la saga Dollanganger, la de “Flores en el ático”. Transcurre 10 años después del segundo libro y está narrado por los dos hijos de Cathy, Jory y Bart, alternando los capítulos de uno y otro.
Jory es el hijo que Cathy tuvo con Julian Marquet, su pareja de baile en la compañía de ballet y primer marido. Tiene 14 años, es alto, esbelto y extrovertido y de carácter amigable, y tiene el mismo don para la danza que su padre. Bart tiene 9 años y es el hijo que Cathy tuvo de Bart Winslow, el segundo marido de su madre. Bart es todo lo contrario de Jory, es bajo y torpe, siempre está de mal humor y siente envidia y celos de su hermano mayor, al que todo se le da bien.

Cathy y Chris viven como un matrimonio, pero han adoptado el apellido Sheffield para que nadie descubra que en realidad son hermanos y les han contado a sus hijos que Bart es hijo de Paul Sheffield, el hombre que los adoptó tras huir de Foxworth Hall y que Chris es el hermano menor de Paul. Al no poder tener más hijos, Cathy y Chris adoptan una niña llamada Cindy, pero Bart la odia desde el primer momento y le hace un montón de perrerías.

La casa de al lado lleva años deshabitada y Jory y Bart suelen entretenerse colándose en ella y recorriéndola de arriba a abajo, pero eso se ha acabado porque ahora tiene nuevo inquilino, una misteriosa anciana vestida de negro que siempre lleva un velo cubriéndole la cara, acompañada por su anciano y huraño mayordomo. La mujer es la madre de Cathy y Chris, Corrine, que está arrepentida del daño que les causó a sus hijos y se ha trasladado a la casa de al lado para poder estar cerca de sus nietos lo que le queda de vida, sin que sus hijos sepan que es su nueva vecina. 

Bart se hace amigo de Corrine, ignorando que es su verdadera abuela, y pasa la mayor parte del tiempo en su casa, porque en la suya siempre lo están reprendiendo y castigando, mientras que ella le consiente todos sus caprichos. Bart se hace amigo también de John Amos, el mayordomo (Amos era el mayordomo en Foxworth Hall cuando Chris y Cathy estuvieron encerrados en el ático), un fanático religioso temeroso de Dios que manipula a Bart para destruír a su familia, pues considera que le arrebataron aquello que le correspondía (John Amos era primo de Olivia, la madre de Corrine, y si esta no se hubiera presentado con sus hijos, él habría heredado toda su fortuna). John le entrega a Bart el diario de su bisabuelo Malcolm, y entre eso y las memorias que su madre está escribiendo descubre el horrendo secreto familiar que les han estado ocultando a él y a Jory, y se lo toma fatal. Mientras, John va comiéndole la cabeza, hablándole de lo pecadores que son sus padres, sobretodo su madre, que son enjendros del diablo, de lo malas que son las mujeres, que su bisabuelo Malcolm era un santo y sabía cómo tratarlas, y que él es su digno sucesor, y lo convence de que la única forma de limpiar los pecados de su madre es mediante el fuego.


Al estar narrado por los hijos, el libro tiene una prosa simple y directa y es fácil de leer, y es bastante entretenido. Cathy sigue siendo un poco tonta a veces, cualquiera diría que ya es una mujer adulta con tres hijos, y Bart es un crío insoportable, ganas de darle un par de leches. John, bueno, es un auténtico demonio, y a los que sois como yo amantes de los animales, hay un par de escenas bastante duras, así que advertidos quedáis. Pero la verdad es que este libro y el siguiente sobran. El segundo tenía un final feliz y la autora debió dejarlo ahí, pero ya se sabe, cuando algo funciona hay que explotarlo hasta la saciedad, y así pasa lo que pasa. Bueno, uno más y puedo dar por acabada esta saga. 

martes, 27 de enero de 2015

Pétalos al viento (2014)

“Pétalos al viento” es la adaptación del libro homónimo de V. C. Andrews, continuación de “Flores en el ático”, hecha para televisión a cargo del canal Lifetime, que también adaptó el primero y planea hacer lo mismo con el tercero y el cuarto, “Si hubiera espinas” y “Semillas del ayer”. Mientras que la adaptación de “Flores en el ático” era totalmente fiel al libro, esta película cambia bastantes cosas con respecto al libro, pero son cambios que yo veo como algo positivo porque algunos aspectos del libro no me gustaron nada.
La película empieza diez años después del final de la primera, con el funeral de Paul, el hombre que los acogió y les dio un nuevo hogar. Esto en el libro no ocurría hasta el final, pero es un cambio que me gustó porque así se saltan todo el lío de Paul y Cathy, que no pintaba nada. Luego Chris se centra en sus estudios de Medicina y Cathy en el ballet, donde conoce a Julian, el mejor bailarín de la compañía, y aquí se producen más cambios. Este Julian es muy posesivo y dominante con Cathy, hasta el punto de maltratarla, cosa que en el libro no llegaba a hacer, y Chris empieza a salir con la hija de su jefe de residencia en el hospital, para tratar de olvidarse de su hermana), llegando a comprometerse con ella, hasta que la pobrecilla pilla a Chris y a Cathy juntos y todo salta por los aires.

La relación de Chris y Cathy me pareció muy hermosa. Ya sé que son hermanos y está mal visto, pero me gustó ver lo mucho que se quieren. Es muy bonito, a pesar de lo incestuoso que pueda ser. La Cathy de esta película cae mucho mejor  que la del libro; aquélla era una chica tonta que caía fatal, pero con esta entiendes por qué hace lo que hace y te identificas mucho con ella. Y el enfrentamiento con su abuela y con su madre es sin duda lo mejor de la película. La abuela, por cierto, despierta cierta lástima, pese a lo mala que era en la primera película, y Corrine se muestra como la bruja que realmente es. Lo que acaba deparándole el Destino al final de la película creo yo que no es suficiente para lo que les hizo a sus hijos.

Recapitulando, la película me gustó mucho. Condensa de maravilla las tramas del libro y las mejora con los cambios efectuados, y es muy superior a la de “Flores en el ático”. Tiene un buen final, pero creo que deberían dejarlo en solo dos películas. Al llevar adelante las adaptaciones del tercer y cuarto libro creo que lo estropearán a base de bien. Pero bueno, eso ya se verá. 

lunes, 26 de enero de 2015

Flores en el ático (2014)

V. C. Andrews alcanzó la fama como escritora con “Flores en el ático” y como suele pasar con estas cosas, hicieron la película en 1987, tratando de replicar el éxito del libro, pero no fue una adaptación del todo fiel,y por eso no gustó. Los que hacían de hijos tenían como poco veintitantos años, la parte del incesto se la saltaban a la torera e incluso cambiaban el final, de tal modo que no existía posibilidad de hacer una continuación.
El año pasado se hizo una nueva versión para televisión a cargo del canal Lifetime (hizo ésta y la del segundo libro, y planean adaptar también los dos siguientes libros, lo que en mi opinión sobra), mucho más fiel que la otra, y yo tenía muchas ganas de verla porque me leí el libro el año pasado y quería comprobar si efectivamente era tan fiel (personalmente me gusta que las adaptaciones sean clavadas al libro).

En términos generales me ha parecido una buena adaptación. Los actores que interpretan a los hijos Dollanganger reflejan la edad de sus personajes,no como en la otra versión y aquí sí tratan el incesto, aunque es algo light. La parte de la violación no llega a verse (se ve cómo Chris y Cathy se besan, luego hay un fundido en negro y la siguiente escena es ellos dos en la cama a la mañana siguiente) y eso me decepcionó. No soy un depravado al que le pone ver a dos hermanos teniendo relaciones sexuales, pero opino que si sale en el libro tiene que salir en la película; de hecho en la película del segundo libro sí se ve, supongo porque en “Pétalos al viento” son adultos y aquí son demasiado jóvenes.

Ellen Burstyn, que encarna a la abuela, destaca sobretodos los demás. Es simplemente terrorífica. Pero la película tiene defectos. No llega a transmitir el ambiente claustrofóbico y agobiante del ático que está presente en el libro y tiene un ritmo algo rápido para mi gusto. Igual le hacía falta una media hora más. De todas formas le doy un 6 sobre 10.   

viernes, 23 de enero de 2015

Pétalos al viento, de V. C. Andrews (¡Ojo Spoilers!)

Este libro es la continuación de “Flores en el ático” y arranca justo donde lo dejó aquél. Chris, Cathy y Carrie consiguen huír de Foxworth Hall y se suben al primer autobús que sale de la estación, pero Carrie aún arrastra los efectos secundarios de los donuts envenenados que su abuela les dio de comer y se pone a vomitar en el autobús. Una de las pasajeras, una negra oronda llamada Henny, los lleva a casa del médico para el que trabaja de asistenta, el doctor Paul Sheffield. Cathy le cuenta todo por lo que han pasado durante los últimos tres años y el doctor Sheffield somete a Carrie a varias pruebas, tras las cuales le ofrece a los chicos quedarse en su casa hasta que su hermana se ponga bien. El doctor es bueno y amable y cuando Carrie se recupera los invita a quedarse con él para siempre, y los adopta oficialmente.

Chris comienza sus estudios de Medicina, Carrie se matricula en un colegio privado de chicas y Cathy hace lo propio en una academia de ballet, llegando a convertirse en una de las principales bailarinas de la compañía al lado del bailarín estrella, un joven llamado Julian que se encapricha de ella y al que Cathy debe pararle los pies en más de una ocasión.
Cathy es consciente de que Chris sigue locamente enamorado de ella. Ella siente los mismo, pero sabe que está mal porque son hermanos, así que para que se olvide de ella y se busque una chica más apropiada para él, Cathy se convierte en amante de Paul y posteriormente en su prometida. Pero Cathy no puede olvidar el infierno por el que los hizo pasar su madre. Chris le aconseja que olvide el pasado y siga adelante, pero ella no es como él y no puede olvidar, y no estará tranquila hasta hacerle pagar a su madre lo que les hizo.   


Tengo que decir que el libro no me ha gustado. le sobran un montón de páginas, las que tratan todo el culebrón de Paul y Julian (a veces sentía como si estuviera leyendo una novela de Danielle Steele), y además Cathy me cayó fatal. Es insoportable, muy superficial y no piensa en las consecuencias de sus actos hasta que ya es demasiado tarde. Quiere a Chris, pero no duda en liarse con Paul para que se olvide de ella, rompiéndole el corazón, y a pesar de ello Chris, como es tonto, sigue queriéndola. Luego acaba enamorándose de Paul, pero cuando cree que este le mintió con respecto a su difunta esposa, no tarda nada en casarse con Julian, y Paul, que también es tonto, sigue queriéndola y se lo perdona todo. Y luego está la forma en que se venga de su madre, que no dice mucho en su favor, que es seduciendo al marido de esta, Bart Winslow, y quedándose embarazada de él, para luego restregárselo por la cara a su querida mamá. Eso en mi pueblo se le llama ser una furcia. Lo único que vale la pena de todo el libro es el enfrentamiento de Cathy con su abuela y con su madre. Por lo demás, todo un culebrón de aquí te espero.  

miércoles, 1 de octubre de 2014

Jardín sombrío, de V. C. Andrews (¡Ojo Spoilers!)


Jardín sombrío” es el quinto y último libro de la saga de los Dollanganger, o sea, la de “Flores en el ático”, pero puede leerse tranquilamente después del primero ya que es una precuela y nos cuenta la historia de los abuelos y de los padres de los niños protagonistas de “Flores en el ático”.
En ese libro nos hacían un resumen de la complicada historia familiar de los Foxworth: Corinne y Christopher, los padres de los niños, eran tío y sobrina, aunque solo se llevaban 3 años. Christopher era hermanastro del padre de Corinne, Malcolm, fruto del segundo matrimonio del padre de Malcolm. Cuando su padre murió, Malcolm los dejó en la calle y se quedó con su parte de la herencia y años después, cuando la madre de Christopher murió, Olivia, la esposa de Malcolm (vamos, la abuela) lo convenció de acoger al chico y pagarle los estudios de Medicina. Corinne y Christopher se enamoraron desde el primer momento y cuando los padres de ella lo descubrieron, los echaron de casa y Malcolm desheredó a su hija. Malcolm sufrió un infarto y una embolia y no volvieron a hablarse durante los siguientes 15 años.


Aquí conocemos los detalles de toda la historia, y es Olivia, la diabólica abuela, quien nos la cuenta. Por increíble que parezca este libro es aún más fuerte que “Flores en el ático”. El libro le da una vuelta de tuerca a la historia original y nos revela nueva información que nos deja con la mandíbula desencajada. Tengo que decir que al principio Olivia inspira mucha lástima. Es alta y poco agraciada y a los 24 años no hay quien quiera casarse con ella. Entonces aparece Malcolm Foxworth, que se muestra agradable con ella y se interesa por sus aficiones y al poco tiempo se casan. Olivia se imagina una vida feliz junto a su marido, formando su propia familia, pero ya en la noche de bodas descubre la cruel verdad. Malcolm es un hombre frío y calculador que no alberga ningún sentimiento hacia ella, solo la quiere para que le lleve la casa y le dé hijos. Malcolm está dominado por el recuerdo de su madre, Corrine, una mujer superficial que siempre conseguía que su marido la colmara de regalos y joyas, y que se fugó con su amante cuando Malcolm tenía 5 años, y por eso odia a ese tipo de mujeres (las odia pero bien que flirtea y le es infiel a su esposa con ellas).


V. C. Andrews
Olivia cree que Malcolm cambiará con el nacimiento de sus hijos, pero nada más lejos. Es muy estricto con sus dos hijos, Mal y Joel, y estos le tienen pavor. Y con la llegada del padre de Malcolm, Garland, la situación se complica. Garland lleva 3 años de viaje por Europa con su joven esposa, una chica de 19 años llamada Alicia, que además está embarazada, y pese a su gran diferencia de edad (60-19) están muy enamorados. A Malcolm Alicia le recuerda mucho a su madre; se le mete entre ceja y ceja y empieza a acosarla para que pase de su padre y se acueste con él, algo de lo que ella no quiere ni oír hablar.

Y es aquí donde tiene lugar la primera gran revelación del libro: Garland no muere por causas naturales, sino que pilla a su hijo tratando de abusar de Alicia, ambos se pelean y él sufre un infarto, y a Malcolm parece no importarle la muerte de su padre. Pero esto no es nada en comparación con lo que viene después. Con Garland fuera de juego, Malcolm tiene vía libre con Alicia y acaba dejándola embarazada. 
 
El escritor fantasma
Olivia no podía tener más hijos y Malcolm quería una hija por encima de todo, y no le importó recurrir a Alicia para ello. Al descubrir lo que ha hecho su marido, Olivia monta en cólera y lo tilda de monstruosidad, pero aún así accede a los planes de Malcolm y esconde a Alicia en el famoso ático hasta que dé a luz, para luego hacer pasar la niña por suya. Sí, amigos, Corinne no es hija de Olivia sino de Alicia, con lo que Corinne y Christopher no son tío y sobrina, como nos hicieron creer en el primer libro, sino que ¡son hermanos por parte de madre! Esto explica el comportamiento de Olivia con sus nietos, su obsesión por separare a los dos mayores y en llamarlos “hijos del diablo”. Pero aún así no hay excusa para mantenerlos encerrados como ratas.


Como digo, es muy fuerte.
Una última cosa. V. C. Andrews murió en1986 y este libro se publicó póstumamente en 1987. Según he leído por ahí, Andrew Neiderman terminó el libro por ella, aunque hay quien dice que lo escribió entero. Pues en la Wikipedia sale una larga lista con las contradicciones entre este libro y “Flores en el ático”, y esto es algo que me parece fatal. Si te encargan terminar el libro de otro autor, o aunque sea escribirlo entero, lo mínimo es que te documentes un poco para que estas contradicciones no tengan lugar. ¿No crees? Lo contrario es poco profesional.



jueves, 26 de junio de 2014

Flores en el ático, de V. C. Andrews

Hace un par de años surgió una conversación bastante interesante con unos colegas sobre libros desagradables, esos libros que te revuelven el estómago y te quitan las ganas de seguir leyendo. Se mencionaron, entre otros, “Flores en el ático” de V. C. Andrews y “La vecina de al lado” de Jack Ketchum. Casualmente, poco después, encontré el primero en un mercadillo de libros de segunda mano (gratis) y me lo quedé para comprobar si efectivamente era tan desagradable como decían, pero como tengo tantos libros amontonados fui dándole largas hasta ahora, que me he decidido a leerlo porque una amiga me lo pidió prestado y lógicamente antes tenía que leerlo.

El libro no es tan desagradable como yo me imaginaba pero sí es bastante fuerte.
“Flores en el ático” es el primer libro de la saga Dollanganger, formada por cinco libros (aunque el último es una precuela) y por ello es el más conocido. Al principio del libro Christopher Dollanganger muere en un accidente de coche. Su mujer, Corrine, no se ve capaz de mantener a sus hijos (es de esas mujeres que necesitan un hombre a su lado) así que le escribe varias cartas a sus padres para ver si pueden irse a vivir con ellos y tras varios intentos la madre responde que sí, pero lejos de alegrarse Corrine se lo toma como la peor noticia posible, porque sus padres son muy jodidos, unos fanáticos religiosos a los que todo les parece mal y a la mínima sacan la vara. Los padres de Corrine son ricos pero Corrine no se habla con ellos desde hace 15 años, cuando ella y Christopher se conocieron, se enamoraron y se fugaron. Porque resulta que su marido era también su tío, aunque era solo 3 años mayor que ella, y por eso la desheredaron y desde entonces no quisieron saber nada más de su hija (a mi modo de ver aquí no hay verdadero incesto, porque Christopher es hermanastro de su padre, así que no es su tío carnal).

El padre de Corrine está enfermo; tiene problemas de corazón y va en silla de ruedas y siempre está rodeado de enfermeras, y Corrine pretende volver a congraciarse con él para que la incluya de nuevo en su testamento, y así, cuando se muera, quedarse con toda su fortuna y poder darle a sus hijos todo aquello que necesiten. Él no sabe que tuvo cuatro hijos con su hermanastro y si se enterara seguramente los pondría de patitas en la calle, o algo incluso peor, así que con ayuda de su madre los esconde en el ático, solo unos días, hasta que vuelva a incluirla en su testamento. Pero esos días dan paso a las semanas, y las semanas a los meses y estos se convierten en tres largos años durante los cuales los cuatro hermanos viven un auténtico infierno, encerrados allí como si fueran animales, bajo el cuidado de su cruel abuela, que no alberga el más mínimo sentimiento hacia ellos, mientras su madre va desentendiéndose poco a poco de ellos, dedicándose a ir de fiesta y a viajar, e incluso volviendo a casarse, y les lleva regalos para compensar sus largas ausencias, como si con eso fuera suficiente, y soltándoles excusas sobre por qué está tardando tanto en arreglar las cosas con su padre.
Durante todo este tiempo son los dos hermanos mayores, Chris, de 14 años y Cathy de 12 los que ejercen de padres de los gemelos, Carrie y Cory, de 4 años, y como están en esa edad en la que sus cuerpos experimentan cambios, empiezan a sentir curiosidad y claro, ellos sí, acaban cayendo en el incesto.

V. C. Andrews
Si me hubiera leído el de “La vecina de al lado” de Jack Ketchum (cosa difícil ya que no es fácil de encontrar) habría dicho sin ningún asomo de duda que es un libro realmente desagradable, porque me leí un resumen del caso real en que se basa, incluído en el libro “Jasper Jones”, y solo con eso ya se me revolvió el estómago. Yo no diría que este es desagradable pero sí es bastante fuerte y contiene algunas escenas muy impactantes.
La abuela es un auténtico monstruo y me parece increíble que trate así a sus propios nietos. En su fanatismo religioso los considera hijos del diablo al proceder de una relación incestuosa, pero vamos, de todas formas son sus nietos. La sangre siempre tira, ¿no? Pero por increíble que parezca es peor la madre que la abuela. Es que no me entra en la cabeza que a alguien pueda cambiarle tanto el chip, pasar de querer a sus hijos con locura a dejarlos abandonados en un lúgubre ático e irse de farra por ahí, y las pocas veces que va a visitarlos les lleva unos regalos para limpiar su conciencia y contarles lo bien que se lo está pasando, con sus fiestas y viajes en yate y su luna de miel, recorriendo toda Europa y encima cuando se lo echan en cara ella se hace la ofendida, que lo que hace lo hace por ellos. Manda huevos. Pero lo peor de todo no es esto sino lo que descubrimos en el tramo final del libro, lo que llega a hacer para conseguir la fortuna de su padre. No hay palabras para describir el grado de indignación e impotencia que invade al lector (o sea, a mí). Pero claro, para saber qué pasa con la madre y la abuela, si reciben o no su merecido, hay que esperar a la siguiente entrega, “Pétalos al viento”. Yo espero poder leerme la saga entera este mismo año.