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miércoles, 19 de abril de 2017

Ladrón del tiempo, de Terry Pratchett

Las figuras grises conocidas como los Auditores de la Realidad detestan a la especie humana y opinan que han desordenado irremediablemente el universo con su irracionalidad y su fantasía, y por eso idean un plan: detener el tiempo para catalogar y organizar tranquilamente todo lo que existe. Para ello le encargan a un relojero de Ankh-Morpork que construya el reloj más preciso del mundo, un reloj de cristal que se sincronizará con el tic del universo y detendrá así el tiempo.

Pero el Tiempo también tiene sus defensores. En su monasterio los Monjes de la Historia trabajan para que los humanos puedan seguir jugando con el tiempo, ganándolo, regalándolo o hacer con él lo que quieran. Allí hay un joven novicio llamado Lobsang, que fue criado por el Gremio de Ladrones, que posee una habilidad extraordinaria, casi sobrenatural, para robar lo que sea en un visto y no visto. Pero Lobsang es bastante díscolo y ningún monje es capaz de enderezarlo, así que como último recurso se lo asignan al legendario héroe Lu-Tze el Barredor; si él no puede corregirlo, nadie puede.

Mientras tanto, la Muerte sabe que el Apocalipsis se acerca y se ve obligada a pedirle ayuda a su nieta Susan. Pese a que es humana, Susan puede moverse fuera del tiempo, algo que a la Muerte le está vedado y necesita que su nieta encuentre a una persona lo antes posible. Su abuelo le revela que el Tiempo es más humano de lo que la gente cree y que hace unos años tuvo un hijo. La misión de Susan es encontrar al chico, pues es la única persona que puede detener el Apocalipsis, mientras él debe volver a reunir a los Cuatro Jinetes (¿o eran cinco?) para cabalgar hacia la batalla, como está escrito, aunque los otros parece que no están muy por la labor.

No estaba seguro de que fuera a gustarme este libro pero al final resulta que sí, me ha encantado de principio a fin y lo he disfrutado mucho. De Terry Pratchett empecé leyendo “El color de la magia”, pero no me empezó a gustar hasta casi el final, soy más de fantasía épica que de fantasía de humor. Luego seguí con “La luz fantástica”, que ya me gustó desde las primeras páginas y me hizo caer rendido ante Pratchett, y luego leí “El país del fin del mundo”, que también lo disfruté mucho y me pareció muy divertido.
Este libro lo conseguí gratis hace un año y no me he animado a leerlo hasta ahora. Como digo me ha gustado mucho, ha estado genial y muy divertido y los personajes son unos héroes bastante peculiares. Además, pese a ser una novela de Mundodisco, no hace falta haberse leído ninguno de los libros anteriores previamente, ya que es una novela independiente. Vamos, que es un libro muy recomendable si te apasiona Terry Pratchett.

jueves, 30 de abril de 2015

El país del fin del mundo, de Terry Pratchett


Desde 2007 Terry Pratchett convivía con una “versión rara” del Alzheimer, la cual no le impedía hacer vida normal y seguir escribiendo, pero finalmente la enfermedad le ganó la partida. Terry Pratchett falleció el 12 de marzo de 2015 a la edad de 66 años y por eso decidí leerme un libro suyo, para rendirle tributo. El escogido fue “El país del fin del mundo”, de la saga de Mundodisco, básicamente porque lo tenían en la biblioteca y llevaba tiempo dándole largas.

El bibliotecario de la Universidad Invisible de Ankh-Morpork sufre una extraña dolencia que le hace cambiar de aspecto cada vez que estornuda. La única forma de curarlo es diciendo su nombre, pero lleva tanto tiempo de bibliotecario que nadie lo recuerda. Solo hay una persona que conoce su nombre, el inepto mago Rincewind, el problema es que se encuentra en XXXX, un continente muy similar a Australia cuya ubicación nadie conoce. Investigando dónde puede hallarse el misterioso continente, los magos de la Universidad acaban encontrándolo pero quedan atrapados miles de años en el pasado, sin forma de poder regresar a su época.
Por su parte Rincewind acaba metiéndose sin pretenderlo en un sin fin de líos, a causa de un canguro parlante que lo sigue a todas partes y que quiere obligarlo a asumir el papel de héroe. En XXXX nadie recuerda que haya llovido nunca y parece ser que solo Rincewind puede hacer que llueva, pero el mago no está muy por la labor porque siempre que hace de héroe pone en peligro su vida, así que a la primera oportunidad trata de despistar al canguro, pero con eso solo consigue empeorar las cosas.

El primer libro que leí de Terry Pratchett, “El color de la magia”, no me empezó a gustar hasta casi el final (soy más de fantasía épica que de fantasía humorística), sin embargo, su continuación, “La luz fantástica”, me gustó de principio a fin. Con este me ha pasado igual. Es un libro muy divertido y contiene algunos momentos tan ridículos y absurdos (en el buen sentido) que resulta imposible no esbozar al menos una sonrisa. Rincewind sigue siendo tan genial como recordaba. No sé cómo se las arregla pero no para de meterse en un lío tras otro. Me encantó lo de la oveja.
Si me hubieras preguntado hace 2-3 años si me gustaba Pratchett, te habría respondido que no, pero si me lo preguntas ahora te diré un rotundo sí (y no es porque haya muerto, cambié de parecer con “La luz fantástica”). Aunque creo que no podría leerme dos seguidos, las cosas como son.   

jueves, 28 de noviembre de 2013

El color de la magia. Miniserie


Esta es una miniserie del 2008 de tres horas de duración que adapta los dos primeros libros de la serie Mundodisco de Terry Pratchett, “El color de la magia” y “La luz fantástica”. La tenía desde hace unos años pero decidí que antes de verla me leería los libros, para saber de antemano o que me esperaba. La verdad es que el primer libro no me empezó a enganchar hasta el tramo final (si lo leyera ahora mi opinión sería muy diferente, estoy seguro), pero el segundo me gustó desde las primeras páginas, tanto que me convenció de leer más libros de Pratchett. La miniserie es tan genial y divertida como los libros, y es muy fiel. Empieza como el libro, con una visual de la gran tortuga A'Tuin, que está muy conseguida, sobre la que reposa Mundodisco, y acto seguido conocemos a los dos principales protagonistas, Dosflores, interpretado por Sean Astin (Sam de ESDLA), que viene a hacer turismo, y Rincewind, un mago inepto que lleva como 40 años en la universidad de Magos, pero es un negado, y al principio de la miniserie lo expulsan de la universidad. Se cruza por casualidad con Dosflores, al que libra de un aprieto, pues va por la calle enseñando toda sus monedas de oro y llamando la atención de algunos maleantes. A la primera de cambio se libra de él, pero el gobernante de Ank-Morpork lo obliga a hacer de guía de Doslfores, bajo pena de muerte, pues parece que Dosflores es alguien importante en su país, y así los dos acaban metiéndose en un montón de ĺíos y aventuras disparatadas. Pero bueno, si te has leído los dos libros ya sabrás lo que pasa.

El actor que hace de Rincewind no lo conozco, pero lo encarna a la perfección, es su viva imagen.
Aquí la única diferencia con respecto a los libros es que el mago malvado del segundo libro aparece ya desde el principio, y paralelamente a las aventuras de Rincewind y Dosflores nos van introduciendo en la historia del segundo libro, lo del Octavo Hechizo y la estrella roja, y yo personalmente lo prefiero, porque si lo hicieran todo en el segundo capítulo parecería que lo meten a todo correr. Al personaje lo encarna Tim Curry, y la verdad, se nota que ha pasado el tiempo desde que se metió en la piel de aquel payaso tan siniestro. Está algo pasado de kilos y ese pelo largo que le ponen le queda un poco ridículo. Además en el libro se supone que su personaje es joven, y está claro que Tim Curry no lo es.

Pero bueno, quitando esto la miniserie es estupenda y muy divertida, y además tiene el añadido de contar con el propio Pratchett haciendo un cameo (sale al principio y al final). Lo que no sé es qué hace alguien tan intimidante como el Lord Comandante de la Guardia de la Noche encarnando al Archimago de la universidad. Locuras del Mundodisco, supongo.

jueves, 17 de octubre de 2013

La luz fantástica, de Terry Pratchett


Tengo que tragarme mis palabras. Hace como año y medio me leí “El color de la magia” y aseguré que no volvería a leerme otro libro de Terry Pratchett, pues no acabó de engancharme, no empezó a gustarme hasta casi el final. Poco después me compré este libro, porque seguía la historia del primero, y aunque no me gustara quería saber al menos cómo acababan las cosas para Rincewind y Dosflores.
También tenía en mi poder la miniserie de “El color de la magia” que adapta los dos libros y antes de verla quería leerme el presente libro, para saber de antemano lo que me iba a encontrar, así que decidí que ya había pasado tiempo más que suficiente desde que leyera el primero, y me puse con él.

A'Tuin, la inmensa tortuga que soporta sobre su caparazón el Mundodisco, se dirige hacia una estrella roja, la cual los habitantes de Mundodisco jamás habían visto hasta ahora, y cunde el pánico. Los magos de la Universidad de Ankh-Morpork creen que pueden salir de la catástrofe leyendo los ocho grandes hechizos que están escritos en el Octavo, el libro de magia más importante de Mundodisco. Solo hay un problema: el octavo hechizo está dentro de la mente de Rincewind, y la última vez que se le vio estaba cayendo por el borde del Mundodisco.
No se sabe muy bien cómo, Rincewind y Dosflores acaban de vuelta en el Mundodisco, en medio de un bosque (al parecer el octavo hechizo no quiere que Rincewind muera, pues necesita que lo pronuncie llegado el momento). Los magos van tras él para llevarlo a rastras a Ankh-Morpork, y él y Dosflores consiguen darles esquinazo, y conocen a un viejo héroe desdentado, y salvan a una virgen de ser sacrificada por unos druidas y se topan con enorme troll de piedra y se meten en unos cuantos líos, como es habitual en Rincewind.

En esta ocasión me ha pasado todo lo contrario que con el primer libro. Me ha gustado desde el principio, me ha parecido muy divertido y en el tramo final estaba atacadísimo, era incapaz de soltarlo. Así que sí, me trago mis palabras y aquí te digo que seguro me leeré más libros suyos.

martes, 28 de febrero de 2012

El Color de la Magia, de Terry Pratchett

La saga de Mundodisco es un fenómeno a nivel mundial, una saga formada por unos 40 libros (en realidad no es una saga lineal, sino que está formada por pequeñas series, trilogías, tetralogías, etc, con un arco argumental cada una) que ha vendido la friolera de 40.000.000 de ejemplares en todo el mundo, aunque a mí nunca me ha llamado la atención. Yo soy más de fantasía épica, Tolkien, Martin y R. A. Salvatore, por poner algunos ejemplos, y esta saga es en plan de humor, mucha ironía y situaciones absurdas y divertidas. Al final he leído este primer libro de Mundodisco por dos razones: primero porque en el foro del ka-tet hay auténticos superfans que no paran de recomendarlo y luego porque vi el libro a la venta por 2 euros, y es un crimen no comprarlo a ese precio.

¿Pero qué es Mundodisco? Pues eso mismo, un mundo plano con forma de disco, soportado sobre cuatro elefantes que a su vez estás sobre el caparazón de A'Tuin, la colosal tortuga que Soporta el Mundo. La sociedad de Mundodisco es de tipo medieval, pero también existe la magia y la fantasía. Hay héroes de folletín, malhechores, magos, Dioses e incluso la Muerte, la Parca, pulula por estos lares.

Todo empieza cuando un turista llamado Dosflores llega a la ciudad de Ankh-Morpork con la intención de no dejar ningún lugar sin visitar. Como guía tiene al mago Rincewind, un mago de tercera que solo se sabe un hechizo, el cual nunca ha pronunciado, y muy a su pesar ambos se meten en un montón de líos y viven una aventura tras otra.

Como dije más arriba, yo soy más de fantasía épica, por eso durante la lectura de este libro no acababa de engancharme. Me parecía una historia bastante rara y absurda, aunque con sus buenas dosis de humor, y no fue hasta pasados 2/3 del libro cuando empecé a pillarle el punto y a interesarme por sus protagonistas, en especial por Rincewind, que mal que le pese acaba convirtiéndose en el eje central de todo lo que ocurre. Durante la lectura habría jurado que no volvería a leer ningún otro libro de Mundodisco, pero ahora que lo he acabado no sé yo si podré mantener esa promesa. No me ha entusiasmado pero me ha parecido bastante curioso. Quien sabe, igual dentro de seis meses me da por leerme el siguiente.