Acabo de leerlo por segunda vez y sigo pensando que es el libro
más increíble, impresionante, fuerte y sangriento de
toda la saga. Lo leí por primera vez hará unos dos
años, quizás algo más, pero es como si no
hubiera pasado el tiempo, porque he reaccionado de la misma manera
con los momentos más impactantes (me tiré de los pelos,
me quedé boquiabierto, me acordé de toda su familia y
me puse triste cuando tuve que leer cierto capítulo). Qué
cabrón el abuelo Martin, cómo le encanta hacernos
sufrir...
Este era el último libro de mi desafío personal de
leerme 10 libros de más de 1.000 páginas, pero antes
aún tenía que leerme el segundo libro, así que
opté por leerme los dos seguidos ante el poco tiempo que
quedaba hasta fin de año (pensé en leerme otro libro
entre los dos pero creí que iría demasiado justo), pero
me alegro haberlo hecho porque así me ha quedado todo más
fresco y claro y he entendido mejor algunos detalles que igual en la
primera vez no me fijé tanto.
Bien. Cógeme de la mano y no me sueltes. Tenemos un largo
camino por delante y en algunos tramos el peligro nos aguarda.
Más allá del Muro, en el Puño de los Primeros
Hombres, el Lord Comandante Mormont y la Guardia de la Noche sufren
un brutal ataque por parte de los Otros y entre eso y un
amotinamiento que acaba en sangre muy pocos de ellos consiguen llegar
a salvo al Muro, donde advierten a los que se quedaron allí
protegiéndolo de lo que se les viene encima.
Jon Nieve se ha infiltrado entre los salvajes de Mance Ryder, el
Rey Más Allá del Muro, para descubrir cuáles son
sus planes pero algunos siguen sin fiarse del todo de él. Para
convencer a Mance Ryder de que realmente es un desertor de la Guardia
se ve obligado a revelarle información importante sobre ésta:
su número, defensas, patrullas, etc. Jon descubre que Mance
Ryder planea cruzar el Muro y atacar a la Guardia de la Noche para
hacerse con el Norte, y cuando obligan a Jon a matar a un anciano, se
niega y huye de regreso al Muro, con la esperanza de llegar a tiempo
de avisar a sus Hermanos Juramentados del inminente ataque.

Creyendo que Bran y Rickon han muerto, Lady Catelyn Stark se viene
abajo y decide enviar a Jaime Lannister, al que Robb tenía
prisionero desde que se enfrentaran en batalla en el primer libro, de
vuelta con los Lannister, para que le devuelvan a sus hijas, sin
decírselo a nadie. Su hermano Edmure se enfada con ella y la
tilda de traidora, y envía a unos soldados en su busca, pero
no tienen éxito.
Catelyn ha encargado a Brienne de tarth que lo lleve a salvo hasta
Desembarco del Rey, pero ambos no se llevan especialmente bien y no
paran de pelearse durante todo el camino. Durante el viaje acaban en
manos de los Titiriteros Sangrientos, un grupo de hombres muy
violentos, peligrosos y brutales, liderados por Vargo Hoat, el peor
de todos ellos, y que están a las órdenes de Roose
Bolton, un señor del norte fiel a Robb, y que ha recuperado
Harrenhal de manos de Tywin Lannister. Los Titiriteros llevan a Jaime
y a Brienne a Harrenhal, después de que Vargo Hoat le
ocasiones a Jaime un gran daño. Tras pasar allí varios
días, Bolton decide permitir que Jaime prosiga su viaje hacia
Desembarco del Rey, acompañado de una numerosa escolta, pero
no así Brienne, que permanecerá allí prisionera.
Jaime parte rumbo a casa pero al poco tiempo le da un ataque de
conciencia y regresa a por ella, a tiempo de rescatarla de las garras
de un oso, y esta vez sí, prosiguen juntos hacia Desembarco
del Rey.
Lo cierto es que Bran y Rickon no han muerto, pero tuvieron que
fingir que sí para ponerse a salvo durante el asalto de los
hombres del Hierro a Invernalia. Para que, dado, el caso, no los
capturaran a los dos, deciden separarse. Rickon irá con la
salvaje Osha hacia Puerto Blanco, al sur de Invernalia, mientras que
Bran se dirigirá con Hodor y los hermanos Jojen y Meera Reed
hacia el Norte, en busa del cuervo de tres ojos, con el que lleva
tiempo soñando.
Al regreso de su última batalla, Robb anuncia a su madre
que se ha casado, lo cual es para ella una terrible noticia, pues se
había comprometido con una de las hijas de Walder Frey; fue el
precio convenido por permitirle cruzar sus tierras cuando se dirigía
hacia su primera batalla contra los Lannister. Walder Frey es un
hombre retorcido y orgulloso que no deja pasar una, y esta afrenta de
Robb tendrá terribles consecuencias para el destino de la Casa
Stark.
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Menuda pareja |
Arya, Gendry y Pastel Caliente han huido de Harrenhal y se dirigen
a Aguasdulces, hogar de la familia de la madre de Arya, pero por el
camino caen en manos de la Hermandad sin Estandartes, un grupo de
bandidos fieles al fallecido rey Robert y que le hacen la guerra a
los Lannister a su manera, secuestrando a sus nobles y exigiendo un
rescate, o bien ejecutándolos, dirigidos por el caballero
Beric Dondarrion y le sacerdote rojo Thoros de Myr. Arya reconoce a
algunos de ellos como vasallos de su padre y cree encontrarse a
salvo, lo cual es un error. Puede que fueran fieles a su padre, pero
su padre está muerto y tienen que subsistir de alguna forma,
así que la toman de rehén (tratándola siempre
con amabilidad) y la llevarán a Aguasdulces siempre que paguen
su rescate. Y cuando parece que podrá reunirse con su familia
por fin, ocurre un imprevisto que lo cambiará todo.
Tywin Lannister es ahora la Mano del Rey y lo primero que hace es
concertar el matrimonio entre Jeoffrey y Margaery Tyrell, pues
gracias al apoyo de la Casa Tyrell consiguió derrotar al
ejército de Stannis en la batalla de Aguasnegras, y también
obliga a Tyrion a casarse con Sansa Stark y a concebir un hijo con
ella para así tener derechos legítimos sobre el Norte.
El rostro de Tyrion ha quedado desfigurado tras la batalla de
Aguasnegras y ha pasado de ser la Mano del Rey a simple consejero de
la moneda. Tyrion se casa con Sansa (no existe opción de
negarse) pero no le toca un pelo, y durante el banquete de boda de
Jeoffrey y Margaery tiene lugar un trágico suceso que nadie es
capaz de evitar, del cual acusan a Tyrion. Por una vez, Tyrion es
inocente, pero lo someten a una farse de juicio en el que es
encontrado culpable, y condenado a muerte.
Aprovechando todo el embrollo del banquete, Sansa consigue huir de
Desembarco del Rey, y el que la ayuda es quien menos se podía
imaginar. Y al otro lado del Mar Angosto, Daenerys Targaryen se hace
con un ejército de 8.000 Inmaculados y empieza a conquistar
ciudad libre tras ciudad libre.
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Dios, ¿a quién me cargo ahora? |
Como dije al principio de esta entrada, el libro es impresionante.
No diré que se lee enseguida, pues son 1.130 páginas y
aunque leo mucho me hicieron falta dos semanas buenas, pero sí
es muy ágil y adictivo y no tienes un instante de respiro. El
asedio de los salvajes al Castillo Negro te deja los ojos como platos
(me recordó mucho a la batalla del Abismo de Helm de ESDLA) y
cuando parece que la cosa se pone negra, aparece ya sabes quién,
algo que no te esperar en ningún momento.
Jaime Lannister te cae antipático desde el primer libro,
pero aquí no puedes evita sentir compasión por él,
con lo que le pasa. Como ya he dicho con anterioridad, Tyrion me
encanta y me encantó que en el libro anterior tuviera todo el
poder en su manos. En éste su suerte cambia raducalmente y
esto también me apenó, creo que no se lo merece. Eso
sí, su último capítulo compensa con creces todo
lo malo que le pasa a lo largo del libro. Es algo que no veías
venir ni de lejos y te deja alucinado aún después de
haber terminado el libro. Qué cabrón el Martin.
La primera vez que lo leí, el capítulo sobre la Boda
Roja me dejó sin sangre; me cabreé y me indigné
y casi me eché a llorar. Esta vez ya sabía lo que me
esperaba, pero aún así me invadió la tristeza
cuando no me quedó otra que leerlo. En cambio, con la parte de
Jeoffrey reaccioné las dos veces de la misma forma: con una
alegría desbordante, agitando el puño en alto y
eclamando “¡Sí, joder!”. Ya estoy impaciente por ver
la 4ª temporada de Juego de Tronos.
En fin, un poco justo de tiempo, pero he podido finalizar mi
desafío de 10 libros de más de 1.000 páginas
(ese sonido soy yo soltando el aliento, aliviado). Ahora solo me
queda volver a leer el 4º libro y luego, por fin, el esperado 5º
libro.