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lunes, 23 de diciembre de 2013

Tormenta de espadas, de George R. R. Martin (¡Ojo Spoilers!)

Acabo de leerlo por segunda vez y sigo pensando que es el libro más increíble, impresionante, fuerte y sangriento de toda la saga. Lo leí por primera vez hará unos dos años, quizás algo más, pero es como si no hubiera pasado el tiempo, porque he reaccionado de la misma manera con los momentos más impactantes (me tiré de los pelos, me quedé boquiabierto, me acordé de toda su familia y me puse triste cuando tuve que leer cierto capítulo). Qué cabrón el abuelo Martin, cómo le encanta hacernos sufrir...


Este era el último libro de mi desafío personal de leerme 10 libros de más de 1.000 páginas, pero antes aún tenía que leerme el segundo libro, así que opté por leerme los dos seguidos ante el poco tiempo que quedaba hasta fin de año (pensé en leerme otro libro entre los dos pero creí que iría demasiado justo), pero me alegro haberlo hecho porque así me ha quedado todo más fresco y claro y he entendido mejor algunos detalles que igual en la primera vez no me fijé tanto.


Bien. Cógeme de la mano y no me sueltes. Tenemos un largo camino por delante y en algunos tramos el peligro nos aguarda.
Más allá del Muro, en el Puño de los Primeros Hombres, el Lord Comandante Mormont y la Guardia de la Noche sufren un brutal ataque por parte de los Otros y entre eso y un amotinamiento que acaba en sangre muy pocos de ellos consiguen llegar a salvo al Muro, donde advierten a los que se quedaron allí protegiéndolo de lo que se les viene encima.
Jon Nieve se ha infiltrado entre los salvajes de Mance Ryder, el Rey Más Allá del Muro, para descubrir cuáles son sus planes pero algunos siguen sin fiarse del todo de él. Para convencer a Mance Ryder de que realmente es un desertor de la Guardia se ve obligado a revelarle información importante sobre ésta: su número, defensas, patrullas, etc. Jon descubre que Mance Ryder planea cruzar el Muro y atacar a la Guardia de la Noche para hacerse con el Norte, y cuando obligan a Jon a matar a un anciano, se niega y huye de regreso al Muro, con la esperanza de llegar a tiempo de avisar a sus Hermanos Juramentados del inminente ataque.


Creyendo que Bran y Rickon han muerto, Lady Catelyn Stark se viene abajo y decide enviar a Jaime Lannister, al que Robb tenía prisionero desde que se enfrentaran en batalla en el primer libro, de vuelta con los Lannister, para que le devuelvan a sus hijas, sin decírselo a nadie. Su hermano Edmure se enfada con ella y la tilda de traidora, y envía a unos soldados en su busca, pero no tienen éxito.
Catelyn ha encargado a Brienne de tarth que lo lleve a salvo hasta Desembarco del Rey, pero ambos no se llevan especialmente bien y no paran de pelearse durante todo el camino. Durante el viaje acaban en manos de los Titiriteros Sangrientos, un grupo de hombres muy violentos, peligrosos y brutales, liderados por Vargo Hoat, el peor de todos ellos, y que están a las órdenes de Roose Bolton, un señor del norte fiel a Robb, y que ha recuperado Harrenhal de manos de Tywin Lannister. Los Titiriteros llevan a Jaime y a Brienne a Harrenhal, después de que Vargo Hoat le ocasiones a Jaime un gran daño. Tras pasar allí varios días, Bolton decide permitir que Jaime prosiga su viaje hacia Desembarco del Rey, acompañado de una numerosa escolta, pero no así Brienne, que permanecerá allí prisionera. Jaime parte rumbo a casa pero al poco tiempo le da un ataque de conciencia y regresa a por ella, a tiempo de rescatarla de las garras de un oso, y esta vez sí, prosiguen juntos hacia Desembarco del Rey.


Lo cierto es que Bran y Rickon no han muerto, pero tuvieron que fingir que sí para ponerse a salvo durante el asalto de los hombres del Hierro a Invernalia. Para que, dado, el caso, no los capturaran a los dos, deciden separarse. Rickon irá con la salvaje Osha hacia Puerto Blanco, al sur de Invernalia, mientras que Bran se dirigirá con Hodor y los hermanos Jojen y Meera Reed hacia el Norte, en busa del cuervo de tres ojos, con el que lleva tiempo soñando.


Al regreso de su última batalla, Robb anuncia a su madre que se ha casado, lo cual es para ella una terrible noticia, pues se había comprometido con una de las hijas de Walder Frey; fue el precio convenido por permitirle cruzar sus tierras cuando se dirigía hacia su primera batalla contra los Lannister. Walder Frey es un hombre retorcido y orgulloso que no deja pasar una, y esta afrenta de Robb tendrá terribles consecuencias para el destino de la Casa Stark.


Menuda pareja
Arya, Gendry y Pastel Caliente han huido de Harrenhal y se dirigen a Aguasdulces, hogar de la familia de la madre de Arya, pero por el camino caen en manos de la Hermandad sin Estandartes, un grupo de bandidos fieles al fallecido rey Robert y que le hacen la guerra a los Lannister a su manera, secuestrando a sus nobles y exigiendo un rescate, o bien ejecutándolos, dirigidos por el caballero Beric Dondarrion y le sacerdote rojo Thoros de Myr. Arya reconoce a algunos de ellos como vasallos de su padre y cree encontrarse a salvo, lo cual es un error. Puede que fueran fieles a su padre, pero su padre está muerto y tienen que subsistir de alguna forma, así que la toman de rehén (tratándola siempre con amabilidad) y la llevarán a Aguasdulces siempre que paguen su rescate. Y cuando parece que podrá reunirse con su familia por fin, ocurre un imprevisto que lo cambiará todo.


Tywin Lannister es ahora la Mano del Rey y lo primero que hace es concertar el matrimonio entre Jeoffrey y Margaery Tyrell, pues gracias al apoyo de la Casa Tyrell consiguió derrotar al ejército de Stannis en la batalla de Aguasnegras, y también obliga a Tyrion a casarse con Sansa Stark y a concebir un hijo con ella para así tener derechos legítimos sobre el Norte.
El rostro de Tyrion ha quedado desfigurado tras la batalla de Aguasnegras y ha pasado de ser la Mano del Rey a simple consejero de la moneda. Tyrion se casa con Sansa (no existe opción de negarse) pero no le toca un pelo, y durante el banquete de boda de Jeoffrey y Margaery tiene lugar un trágico suceso que nadie es capaz de evitar, del cual acusan a Tyrion. Por una vez, Tyrion es inocente, pero lo someten a una farse de juicio en el que es encontrado culpable, y condenado a muerte.


Aprovechando todo el embrollo del banquete, Sansa consigue huir de Desembarco del Rey, y el que la ayuda es quien menos se podía imaginar. Y al otro lado del Mar Angosto, Daenerys Targaryen se hace con un ejército de 8.000 Inmaculados y empieza a conquistar ciudad libre tras ciudad libre.


Dios, ¿a quién me cargo ahora?
Como dije al principio de esta entrada, el libro es impresionante. No diré que se lee enseguida, pues son 1.130 páginas y aunque leo mucho me hicieron falta dos semanas buenas, pero sí es muy ágil y adictivo y no tienes un instante de respiro. El asedio de los salvajes al Castillo Negro te deja los ojos como platos (me recordó mucho a la batalla del Abismo de Helm de ESDLA) y cuando parece que la cosa se pone negra, aparece ya sabes quién, algo que no te esperar en ningún momento.
Jaime Lannister te cae antipático desde el primer libro, pero aquí no puedes evita sentir compasión por él, con lo que le pasa. Como ya he dicho con anterioridad, Tyrion me encanta y me encantó que en el libro anterior tuviera todo el poder en su manos. En éste su suerte cambia raducalmente y esto también me apenó, creo que no se lo merece. Eso sí, su último capítulo compensa con creces todo lo malo que le pasa a lo largo del libro. Es algo que no veías venir ni de lejos y te deja alucinado aún después de haber terminado el libro. Qué cabrón el Martin.
La primera vez que lo leí, el capítulo sobre la Boda Roja me dejó sin sangre; me cabreé y me indigné y casi me eché a llorar. Esta vez ya sabía lo que me esperaba, pero aún así me invadió la tristeza cuando no me quedó otra que leerlo. En cambio, con la parte de Jeoffrey reaccioné las dos veces de la misma forma: con una alegría desbordante, agitando el puño en alto y eclamando “¡Sí, joder!”. Ya estoy impaciente por ver la 4ª temporada de Juego de Tronos.
En fin, un poco justo de tiempo, pero he podido finalizar mi desafío de 10 libros de más de 1.000 páginas (ese sonido soy yo soltando el aliento, aliviado). Ahora solo me queda volver a leer el 4º libro y luego, por fin, el esperado 5º libro.






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