Igual que el fumador que se despierta con unas ganas locas de fumar
un cigarrillo, un día me desperté con unas ganas locas de leer un
tocho de 1000 páginas (de esto pueden haber pasado 20 años
tranquilamente). Así que busqué en la biblioteca y acabé
llevándome a casa un ejemplar en tapa dura de la trilogía de los
orígenes del Elfo Oscuro (La morada, El exilio y El refugio). El
libro tenía 900 en vez de 1000 páginas y en vez de un libro eran
tres en uno, pero a mí me valía.
Esta
trilogía nos cuenta la historia de Drizzt Do Urden desde su
nacimiento hasta que decide abandonar a los suyos y se traslada al
mundo de la superficie, llegando al Valle del Viento Helado 5 años
antes de “La piedra de cristal”. Yo no conocía a Salvatore ni
sabía nada de Drizzt Do Urden (personaje que ha ya protagonizado una
veintena larga de libros), pero tras leer unas pocas páginas ya
estaba enganchadísimo y el libro se me pasó volando. Sobra decir
que me encantó.
Hace
bastantes años me compré la trilogía del Valle del Viento Helado,
pero aún la tenía pendiente de leer, así que aproveché lo del
reto literario como excusa para animarme a hacerlo, y aquí está por
fin la primera entrega, “La piedra de cristal”.
Aunque
Salvatore escribió los orígenes de Drizzt después de esta
trilogía, os recomiendo que los leáis antes, pues así conoceréis
mucho mejor a Drizzt y empatizaréis más con él. Bueno, ¿y quién
es Drizzt Do Urden? Drizzt es un elfo oscuro, una de las razas más
temidas de los Reinos Olvidados. Son crueles y despiadados y no
tienen principios. Solo les mueve el poder y la ambición y hacen lo
que sea necesario para lograr sus objetivos. Pero Drizzt es distinto.
Para él, el honor y la lealtad son lo más importante, y su código
moral chocó con la forma de ser de los de su raza, por eso los
abandonó y se marchó a la superficie.
Drizzt
llegó a Diez Ciudades, en el Valle del Viento Helado, y allí ha
comprobado que las cosas no son más fáciles que en las Antípodas
Oscuras, pues la gente desconfía de él por la reputación de su
raza y se fija antes en el color de su piel que en su personalidad, y
esa es una carga que Drizzt está condenado a llevar consigo. Por
suerte, Drizzt se ganó la confianza y posteriormente la amistad de
Bruenor, que gobierna a los enanos de Diez Ciudades.

En
“La piedra de cristal” Drizzt transmite a Bruenor unas terribles
noticias: los distintos clanes bárbaros han forjado una alianza y
han unido sus ejércitos para conquistar Diez Ciudades y en esos
momentos se dirigen hacia allí. El plan de Drizzt y de Bruenor es
convencer al Concilio de Diez Ciudades, formado por un representante
de cada ciudad, para unir sus fuerzas frente al ejército invasor,
pero saben que si Drizzt va a hablar con ellos no le harán caso, así
que recurren a su amigo Regis, un halfling pícaro y con cierta fama
de ladrón que forma parte del Concilio. Regis posee una gema
bastante peculiar, capaz de influir en las personas de mente débil,
y si alguien puede convencer a los miembros del Concilio de hacer
causa común, es él.
Paralelamente
a esto tenemos a Akar Kessell, un aprendiz de mago con muy poco
talento, que es manipulado por los magos del Consejo para que asesine
a su maestro y líder del Consejo, Morkai el Rojo, tras lo cual le
dan la patada y lo abandonan a su suerte. Akar encuentra enterrada
bajo la nieve la piedra de cristal, un artefacto de gran poder
perdido desde hace milenios y con conciencia propia. La piedra le
promete a Akar cumplir sus sueños, convertirse en el mago más
poderoso y temido de todos los tiempos, y poner de rodillas a los
magos que lo traicionaron. A cambio, Akar debe formar un inmenso
ejército, con bárbaros, trolls, orcos, etc, para conquistar todo el
mundo conocido. La primera parada, Diez Ciudades.
Leí
la trilogía de los orígenes de Drizzt Do Urden a los 18 o 20 años
y me encantó, me enganchó desde las primeras páginas y
prácticamente la devoré. Pero al leer ahora “La piedra de
cristal” no me ha entusiasmado tanto. Uno ya es un lector curtido y
ya exige cierto nivel, no vale cualquier cosa. El libro me ha
parecido bastante simple, la verdad. A ver, no es malo, hay
aventuras, batallas y los personajes son muy interesantes, pero no es
de esos libros que una vez terminados aún sigues dándole vueltas en
la cabeza. Al acabarlo te olvidas de él. No pasa de entretenido, y
es una lástima. Pero esto no significa que no me vaya a leer más
libros del Elfo Oscuro en un futuro cercano.