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lunes, 17 de diciembre de 2018

Origen, de Dan Brown


Edmond Kirsch, aclamado futurólogo e inventor y profundamente ateo, organiza un evento exclusivo en el Museo Guggenheim de Bilbao en el que va a hacer público un descubrimiento revolucionario que responderá a las dos grandes preguntas que se ha formulado la humanidad desde el principio de los tiempos: ¿de dónde venimos? ¿adónde vamos?, y que supondrá el fin de la era de la religión y el comienzo de una era de ciencia.
El profesor Robert Langdon es invitado al evento por el propio Kirsch, ex-alumno suo y buen amigo, pero antes de poder revelar su gran descubrimiento Kirsch recibe un disparo mortal por parte de un almirante naval retirado llamado Luis Ávila, que logra huír de allí sin que lo detengan. El nombre de Ávila fue introducido en la lista de invitados en el último momento y al ser interrogada al respecto, Ambra Vidal, conservadora del Guggenheim y prometida del príncipe Julián, futuro rey de España, niega conocer ese nombre e ignora cómo pudo pasar esto. Pero Langdon se da cuenta de que ha mentido. Poco después Ambra acude a Langdon en busca de su ayuda. Le confiesa que ella incluyó el nombre de Ávila en el último momento tras recibir una petición de la Casa Real, y si esta ordenó el asesinato de Kirsch ambos están en un grave peligro. Ambra quiere hacer justicia para Kirsch y necesita la ayuda de Langdon para hacer público el descubrimiento de su amigo y este se apunta. Pero para llegar hasta el video que Kirsch pensaba sacar a la luz deberán seguir una serie de pistas que los conducirán desde Bilbao hasta la ciudad de Barcelona, y por si no fuera poco, la Casa Real emite un comunicado acusando a Langdon de secuestrar a la futura reina de España, con lo que todos los cuerpos de seguridad del país se ponen a buscarlo. Además, Ávila también va tras él para matarlo e impedir que consiga llegar al video. Pero Langdon y Ambra contarán con la ayuda de una inteligencia artificial creada por Kirsch que responde por el nombre de Winston, que los orientará en cada uno de sus pasos.

Ya tenía muchas ganas de leer la última novela de Dan Brown. Por un lado porque está ambientada en España (igual que su primera novela, La Fortaleza Digital) pero también porque va a saco contra la religión, algo que me encanta. Son 630 páginas pero te engancha tanto, ya desde las primeras páginas, que se te pasan volando. He leído algunas reseñas de la novela que la ponen a parir y me he quedado alucinado. Sé de sobra que Dan Brown nunca ganará el Nobel de Literatura ni falta que le hace. Él no busca hacer literatura seria, sus novelas cumplen con su objetivo, que es entretener y hacerte pasar un buen rato, y yo no espero otra cosa. Si a 10 o 20 millones de personas les gustan sus libros, ¿es eso algo malo? En absoluto.
Como digo el libro es genial, terriblemente absorbente, con un ritmo rápido, como nos tiene acostumbrados, en una carrera contrarreloj a lo largo de varias horas, como máximo un día, con los dos protagonistas yendo de una pista a otra, tratando de resolverlas antes de que los pillen. Lo que sí me ha parecido un poco fuerte esta Casa Real ficticia que nos presenta Brown en la novela (obviamente no iba a sacar a los reyes de España actuales), el príncipe Julián (no Felipe) prometido con la directora del Guggenheim, el rey que está en las últimas, su relación con el obispo Valdespino y la reunión de los tres en el Valle de los Caídos, buff, como ya he dicho estoy totalmente en contra de la Iglesia, pero esto a mí me pareció un poco fuerte, me extraña que no se armara un escándalo cuando se publicó la novela.
Una cosa que no me gusta mucho es que a veces Dan Brown se pone en plan guía turístico en sus novelas. Cuando sale algún edificio emblemático, como en este caso el Museo Guggenheim o la Sagrada Familia, como ejemplo, nos los describe detalladamente y también nos cuenta su historia, en qué época se contruyeron y porqué. En mi humilde opinión no necesito que me lo cuente todo sobre tal o cual edificio o iglesia, eso no afecta a la trama.
Pero bueno, en resumen la novela está genial, y mola que esté ambientada en mi país.
Muy recomendable .


jueves, 7 de junio de 2018

Inferno, de Dan Brown

El profesor Robert Langdon se despierta en un hospital de Florencia con una herida en la cabeza, sin recordar cómo ha llegado allí. La doctora Sienna Brooks le informa que sufre una conmoción cerebral, razón por la que no recuerda nada de los últimos días. De pronto aparece una mujer armada en el hospital que dispara contra el médico que estaba atendiendo a Robert y avanza hacia su habitación con intención de matarlo, y Robert logra huir de allí con ayuda de Sienna, que lo lleva a su apartamento.

Allí Sienna le da detalles sobre su accidente (su herida de la cabeza es resultado del roce de una bala) y Robert descubre en un bolsillo de su chaqueta un cilindro con una señal de peligro biológico y al abrirlo halla en su interior un proyector de alta tecnología que le muestra una versión modificada del Mapa del Infierno de Botticelli. Esta es la primera de una serie de pistas inspiradas en el Infierno de Dante, que pondrá a Robert y a Sienna tras la búsqueda de un peligroso virus que, si no encuentran a tiempo, será liberado y acabará con tercio de la población mundial. Robert es el único capaz de lograrlo, y por si no fuera suficiente debe huír de la policía y de un grupo de soldados vestidos de negro.



Tenía el libro en casa desde que se publicó hace ya cinco años, y como a mi padre le regalaron el último, el de «Origen», decidí que ya era hora de leerlo. Además hacía bastante tiempo que había visto la película y quería comprobar las diferencias que podía haber entre una y otra (por cierto, hay unas cuantas, sobretodo el final, nada que ver). El libro me ha encantado, por supuesto. Es tremendamente adictivo y el ritmo es endiablado, no te deja un instante de respiro. Al poco de empezar Robert Langdon ya tiene que huir para salvar la vida y desde las primeras páginas todo va in crescendo. Así es que el primer día leí casi 150 páginas, es un no parar. Suerte que Dan Brown deja pasar unos cuatro años entre libro y libro, porque sino acabaría sufriendo un infarto. Ahora espero leer pronto el de «Origen».













jueves, 28 de abril de 2011

El Símbolo Perdido, de Dan Brown

Argumento

Robert Langdon viaja a Washington invitado por su amigo y mentor Peter Solomin, reconocido masón, para dar una conferencia. Una vez allí descubre que ha sido engañado. Solomon ha sido secuestrado y su captor obliga a desvelar uno de los secretos mejor guardados de la Masonería, si quiere volver a ver a su viejo amigo con vida.
Robert Langdon tiene doce horas de plazo para descifrar el misterio, pero para ello contará con la ayuda de Katherine, la hermana de Peter.

Opinión

¡Por fin he podido leerlo! En la biblioteca tenían un ejemplar desde que salió, y cada vez que quería cogerlo alguien se me adelantaba. Así estuve año y pico, pero la espera ha merecido la pena.

Me encantan los libros de códigos secretos, claves y misterios históricos, así que este libro fue una experiencia fascinante.
Robert Langdon es el mayor experto en símbolos que hay y no le cuesta nada descifrar el código más complicado. Al menos así era en los libros anteriores. Aquí ya le cuesta lo suyo descifrar los códigos y se demuestra que no sabe tanto como pensaba sobre el tema masónico, y ese es un punto a su favor, ya que es más interesante cuando al protagonista no le viene todo rodado.

El final ya no me gustó tanto. Me pareció un poco pobre. Con lo complicado que es el plan del malo, ¿ y todo para qué? ¿Para ese final? Me parece que su objetivo último es astante absurdo, la verdad, y sólo demuestra que el tipo estaba para que lo encerraran.
Y luego está todo el rollo de la Biblia que suelta al final, que no viene a cuento. A mí me parece que como en los libros anteriores ponía a la Iglesia y al Vaticano por los suelos, en este libro intentó hacer las paces con la Institución Religiosa, pero le salió el tiro por la culata. En mi opinión, las últimas cincuenta páginas no valen para nada.