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miércoles, 25 de marzo de 2015

Legión, de William Peter Blatty


Al igual que “Doctor Sueño” no era a mi modo de ver una secuela de “El resplandor”, sino un libro protagonizado por un adulto Danny Torrance (un spin-off de toda la vida), “Legión” tampoco es una secuela de “El exorcista”, sino un libro protagonizado por el inspector Kinderman, que salía en dicho libro, 12 años después.
Kinderman debe investigar una serie de asesinatos muy desconcertantes, que comienzan con la muerte de un chico de 12 años al que le falta el dedo índice y presenta unos extraños cortes en la mano que asemejan el símbolo de Géminis. Este era el modus operandi de un asesino en serie conocido por este mismo nombre, que murió hace doce años tiroteado por la policía en el puente, cayendo su cuerpo al vacío. Pero estos detalles se ocultaron a la prensa, así que, ¿cómo llegó a conocerlos el asesino? ¿Significa acaso que Géminis está vivo? Kinderman se niega a creerlo, pero para asegurarse decide releerse el expediente del caso Géminis, con la esperanza de que contenga alguna pista que lo conduzca tras este asesino.

El libro es básicamente una novela policiaca con tintes sobrenaturales. La mayor parte es novela policiaca normal, con la típica investigación policial, análisis de pruebas y tal, y la parte sobrenatural no surge hasta las últimas 100 páginas. Para mí lo mejor son las referencias a “El exorcista”, sobretodo la de cierto personaje encerrado en el psiquiátrico, que es toda una sorpresa, pero por lo demás es un libro bastante normalito que se lee fácilmente. Ni de lejos tan terrorífico como “El exorcista”.
El libro fue adaptado en “El exorcista III” por el propio Blatty, pero la productora lo obligó a introducir alguna que otra posesión y en postproducción cambiaron totalmente el montaje que había hecho Blatty, lo cual es una lástima. Ahora habría que verla, para comparar y eso.  

miércoles, 14 de mayo de 2014

El Exorcista, de William Peter Blatty


Desde que empecé con el blog le he cogido gusto a esto de escribir reseñas (empecé por libros y luego amplié el radio de acción a series, películas, miniseries e incluso alguna que otra chorradita) y lo que me gustaría, aunque lo veo misión imposible, es volver a leer los libros que me he leído a lo largo de mi vida (al menos los buenos) solo para escribir la reseña. Uno de estos libros es “El exorcista”, que me leí hace como un millón de años. No sabía cuándo podría volver a leerlo, porque tengo pendientes de lectura casi 100 libros, no es coña, pero la oportunidad surgió cuando unos colegas del grupo “Readers United” de Facebook organizaron una lectura conjunta del libro. A mí me encantan estas actividades porque es como estar en un club de lectura y me apunto siempre que puedo, y esta vez no lo dudé. La experiencia fue muy grata, aunque tuve que reducir mi ritmo de lectura para acompasarlo al de los demás.


“El exorcista” es todo un clásico del terror, tanto el libro como la película, esto no hace falta ni decirlo. Regan es una niña dulce y agradable que vive con su madre, Chris MacNeil, una actriz divorciada desde hace poco. Regan empieza a mostrar un comportamiento extraño. Está irascible, dice palabrotas, los muebles de su habitación están desplazados aunque ella dice que no ha sido y afirma que su cama se mueve. Su madre no se lo cree, hasta que lo ve con sus propios ojos y decide llevarla a un especialista. Chris acude a varios médicos y Regan les habla del Capitán Howdy, su amigo invisible, que antes era bueno con ella pero que ahora le hace daño. Los médicos opinan que Regan ha creado la personalidad del Capitán Howdy como forma de llamar la atención a causa del divorcio de sus padres, y como ningún tratamiento parece hacerle efecto, como último recurso le aconsejan que acuda a un sacerdote para que le realice un exorcismo a su hija, no porque crean que está poseída, sino porque Regan cree estarlo y eso haría de efecto placebo, eliminando su otra personalidad. Así, Chris acude al padre Karras, un joven jesuita que además es psiquiatra, cuya fe lleva tiempo flaqueando y que está pasando por un mal momento personal tras la muerte de su madre.
Karras acepta ayudarla pero antes de acudir a sus superiores para informarles de la posesión de Regan, tiene que probar que está realmente poseída y la somete a una serie de pruebas. Cuando se convence de que es un auténtico caso de posesión informa a sus superiores y estos le envían al padre Merrin, un anciano sacerdote con mucha experiencia en exorcismos, que acaba de regresar de una expedición arqueológica en el norte de Irak.


En esta lectura conjunta tocaba a 50 páginas por día o el equivalente en capítulos y tras cada sesión podías ir comentando en Facebook cómo te estaba yendo la experiencia, lo mucho que te gustaba (o no) o lo que más te llamaba la atención del libro, sin entrar en spoilers, claro. Este sistema me ha servido para fijarme en alguos puntos que de haber seguido mi rutina habitual de 100 páginas diarias, habría pasado por ellos sin inmutarme. Por ejemplo, me parece bastante curioso que la madre de Regan, una atea convencida, acabe recurriendo a un sacerdote para curar a su hija. O el personaje del padre Karras, un sacerdote que ha perdido la fe y que encima es psiquiatra, toda una contradicción. O la postura de los médicos, buscando siempre una explicación racional a todo lo que le pasa a Regan. ¿Que la cama se mueve? Espasmos musculares. Que en mi opinión es una chorrada, porque si sufres unos espasmos musculares que te hacen saltar en la cama como un metro, entonces esos espasmos bien podrían partirte la columna. Creo yo que algunas cosas no se pueden explicar racionalmente y es mejor dejarlas así.


Durante la lectura del libro siempre tuve en mente la película, para ver qué cambiaba y qué se mantenía, y me sorprendió detectar algunos pequeños cambios. Por ejemplo, lo de la madre de Karras se trata muy por encima. El momento “¡Déjate follar por Jesús!” brilla por su ausencia, una lástima. Las escenas de la araña y de la estatua de la Virgen mancillada están aquí, pero en la 1ª versión cinematográfica fueron censuradas y tuvimos que esperar al montaje del director para verlas (Regan bajando las escaleras es para hacérselo encima) y una cosa que no sale en la película es lo de la hija de Karl y en el desenlace de exorcismo nos quedamos de puertas afuera, perdiéndonos los detalles, lo que es un pequeño chasco. Pero en definitiva este es un gran libro de terror que creo que jamás pasará de moda. Espero leer este año el de “Legión”, otra vez.