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miércoles, 5 de diciembre de 2018

La feria de las tinieblas, de Ray Bradbury


Will Halloway y Jim Nightshade están a punto de cumplir 14 años y son amigos casi desde que nacieron. Will nació a las 23:59 del 30 de octubre y Jim a las 00:01 del 31 de octubre y sus personalidades no podrían ser más diferentes. Will es más reflexivo y racional mientras que Jim es más impulsivo y se deja llevar. Cuando la feria llega al pueblo Will y Jim no pueden esperar a verla, pero no tardan en descubrir que el Pandemonium de Sombras de Cooger & Dark no es una feria normal. Si te subes a sus atracciones puedes rejuvenecer años y años hasta volver a ser un niño, pero también envejecer hasta convertirte en un viejo decrépito.
Cooger y el sr. Dark han estado haciendo esto durante mucho, mucho tiempo y así es como se han mantenido jóvenes y frescos durante al menos el último siglo. Al ver lo que puede hacer la noria, Will la considera muy peligrosa y no quiere acercarse, pero Jim ha quedado seducido por ella y se muere por subir y hacerse mayor. El siniestro sr. Dark, el dueño de la feria, que tiene el cuerpo cubierto de extraños tatuajes, pone sus ojos sobre Jim; pretende atraerle para que se suba a su noria y que se úna a su troupe.
A Will le cuesta un gran esfuerzo sacar a Jim de allí y el sr. Dark envía a los monstruos de su feria a buscarlos por todo el pueblo. Como único recurso, Will le pide ayuda a su padre, Charles Halloway, un hombre mayor que trabaja en la biblioteca y con el que apenas tiene nada en común.

Stephen King hablaba de “La feria de las tinieblas” en su ensayo del terror “Danza macabra” y por eso quise leerlo. King consideraba este como el mejor libro de Bradbury y no puedo hacer otra cosa que compartir su opinión. El libro me ha encantado, me ha gustado mucho. Está repleto de magia y de reflexiones sobre la infancia, sobre convertirse en adulto, y la vida en general, encarnadas en el personaje de Charles Halloway, inspirado en el propio padre de Bradbury.
Es absolutamente recomendable.

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