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jueves, 27 de octubre de 2011

Firefly. Temporada Única

Cuando veía Buffy y luego la serie de Ángel, ya hablaban de Firefly como una serie de culto de Josh Whedon. Por eso me sorprendió saber que la habían cancelado tras 14 capítulos y que nisiquiera idearon un final. Simplemente la cortaron. Luego, cuando salió en DVD fue todo un superventas y esto hizo que la productora le diera luz verde a Whedon para hacer una película, Serenity, la cual transcurre dos meses después del final de la serie y en la que sí se cierra la historia, pero ya hablaré de la película cuando toque.

¿De qué va la serie? Bueno, es como si hubieran hecho una serie sobre Han Solo antes de conocer a Luke Skywalker y Obi-Wan Kenobi. Corre el siglo XXVI y los planetas Aliados están en guerra con los planetas Independientes. El protagonista, Malcolm Reynolds, está con el bando independiente, y en el valle de Serenity es testigo de cómo su bando es derrotado y masacrado por los Aliados. Seis años después, Mal es un contrabandista propietario de una nave clase Firefly llamada Serenity que utiliza para llevar carga (no siempre legal) de un planeta a otro, y de vez en cuando, para sacar algo de dinero extra, también lleva pasajeros. Si ya de por sí no mantiene una buena relación con la Alianza, sus problemas empeoran cuando descubre que uno de sus pasajeros, el doctor Simon Tam, es un fugitivo buscado por la Alianza. ¿Por qué? Bueno, pues por llevarse a su hermana ( a la que descubren a bordo de la nave, dentro de un contenedor criogénico) de una institución en la que estaban experimentando con su cerebro. Al principio Mal piensa en entregarlos, pero al final acaba incluyéndolos en su tripulación, y mientras van de planeta en planeta, entregando y recogiendo paquetes para ganarse la vida, Simon trata de averiguar qué es lo que le hicieron a su hermana. 

No pensé que fuera así, pero la serie me ha gustado mucho. La serie es una mezcla entre western y aventuras en el espacio, pero a diferencia de otros intentos, como Cawboys y Aliens, aquí funciona perfectamente. Nathan Fillion me encanta, tiene el punto guasón de Castle pero también sabe ponerse serio cuando la situación lo requiere, lo malo es que sobre la hermana de Simon no se descubre nada y su misterio queda sin resolver (hay que esperar a la película para saber más).

PERSONAJES



Malcolm Reynolds (Nathan Fillion)


 Es el capitán de la Serenity y fue sargento en la batalla del valle de Serenity. Tras perder la guerra se compró una nave Firefly y se hizo contrabandista. Es un tipo duro pero tiene su corazoncito. Para él su tripulación es su familia y siempre lo dará todo por ellos.


Zoë Alleyne Washburne (Gina Torres)

Es la segunda al mando del Serenity y compañera de Mal desde la guerra. También es de armas tomar y está casada con Wash.


Hoban "Wash" Washburne (Alan Tudyk)

Es el piloto de la nave y está casado con Zoe, aunque al principio no se llevaban demasiado bien. Es bastanto gracioso, y lo suyo no son los enfrentamientos, pero es un excelente piloto y más de una vez ha sacado al Serenity de una situación comprometida.


Inara Serra (Morena Baccarin)

Es una  acompañante, una especie de geisha del siglo XXVI (aquí las acompañantes tienen su propio sindicato y mucha clase y pueden permitirse escoger a sus clientes), y tiene alquilada una de las dos lanzaderas de la nave, en la cual recibe a sus clientes. Ella no recibe órdenes de Mal porque no forma parte de la tripulación, y entre los dos hay una atracción clara, aunque ninguno se atreve a admitirlo.


Kaywinnit "Kaylee" Frye (Jewel Staite)

Es la mecánica de la nave y aunque es muy joven nadie sabe más que ella. Le sienta muy mal que insultan o desprecien a la nave y se siente atraída por el doctor Simon Tam.

El gorro se lo regaló su mamá. ¿A que es... ridículo?

Jayne Cobb (Adam Baldwin)

Es un tipo duro, el encargado de las armas en la nave. No tiene muchas luces pero no se arredra ante nadie, y estaría dispuesto a vender a su madre por una buena suma de dinero.


Dr. Simon Tam (Sean Maher)

Era cirujano en Capital City, pero abandonó su carrera para rescatar a su hermana de una institución de la Alianza donde experimentaron con su cerebro, convirtiéndose así en un fugitivo buscado. Le gusta Kaylee, pero cada vez que habla con ella acaba metiendo la pata.


 River Tam (Summer Glau)


Es la hermana de Simon. Posee un alto cociente intelectual y por ello fue internada en un centro especial de la Alianza. Cuando Simon supo que estaban experimentando con su cerebro la sacó de allí, pero el daño ya estaba hecho. Lo que le hicieron la conviritó en una persona mentalmente inestable y muy peligrosa. Tanto puede estar riéndose contigo como coger un cuchillo y apuñalarte.


Derrial Book (Ron Glass)

Es el reverendo de la nave pero no es un negado a la hora de defenderse o empuñar un arma. Arrastra un pasado misterioso relacionado con la Alianza del que no les ha hablado todavía al resto de la tripulación.

martes, 25 de octubre de 2011

Slither (La Plaga)

El género de terror siempre ha sido mi favorito, incluso de niño. Terror psicológico, visceral, pelis de monstruos e incluso esas pelis cutres de serie B que de lo malas que son hasta son divertidas. Lamentándolo mucho esta película pertenece a esta última categoría. "Slither" tiene todos los tópicos de las pelis de alienígenas, su buena dosis de humor y la escena más bizarra que he visto en mi vida.

Un meteorito se estrella en un pueblo y de él sale un capullo o crisálida de tamaño considerable. Como suele ocurrir en este tipo de situaciones, el protagonista involuntario se acerca a echar un vistazo y del capullo sale un parásito que se le mete dentro del cuerpo. Con el paso de los días nuestro hombre empieza a sentir un hambre descomunal y comienza a comer kilos y kilos de carne, los perros del vecindario desaparecen... y él empieza a cambiar. Primero es un sarpullido, luego le salen unos tentáculos del pecho y al final se convierte en una especie de calamar deforme.


Nuestro hombre-calamar secuestra a una mujer y la deja embarazada con sus tentáculos y ella empieza a comer y a comer sin parar hasta transformarse en una enorme bola de grasa con la cabeza incrustada en medio. Esto es lo más bizarro que he visto jamás, y he visto cosas. Pero qué exageración...


Nuestro grupo de protagonistas, la esposa del hombre-calamar (Elisabeth Banks, que no sé qué pinta en una peli de estas), el sheriff (Nathan Fillion), sus ayudantes, el alcalde y una adolescente, la encuentran justo antes de que reviente y un millón de babosas se dispersen por todo el pueblo. Éstas se meten dentro de las personas por la boca y empiezan a moverse como zombies y a infectar a todo le pueblo.

Las babosas comparten los recuerdos del hombre-calamar, así que para salvar el pueblo y que todo el mundo vuelva a la normalidad nuestros héroes tendrán que matarlo. 

La película es mala de cojones pero se compensa con lo divertida que es.

jueves, 20 de octubre de 2011

El hombre con rayos X en los ojos

Sé que esto ya lo he dicho en otras ocasiones, pero jamás pensé que llegaría el día que pudiera ver esta película, porque llevaba un montón de tiempo buscándola sin resultado. Así que cuando la encontré, no os podéis imaginar la alegría que me llevé.

En su ensayo sobre libros y películas de terror, Danza Macabra, Stephen King le dedicaba un apartado a esta película y lo que decía era tan impresionante que quise verla a toda costa. Nuestros ojos sólo ven un 10% del espectro de onda, así que un médico inventa unas gotas para los ojos, para poder ver el 100%. El médico se las pone y empieza a ver a través de las cosas, pero es algo temporal y sólo rasca la superficie, así que empieza a ponerse gotas cada vez más, como un drogadicto que no tiene suficiente con una sóla dosis. Al principio usa su don para ver a gente desnuda, contar cartas en Las Vegas y hacerse pasar por adivino, pero luego empieza a ver lo que hay más allá de nuestra realidad, una presencia brillante en el centro mismo del Universo que lo observa todo, y que se ha dado cuenta de que él lo está observando, y eso lo vuelve loco, claro, así que se va al desierto, donde se topa con una comunidad religiosa, y tras decirles lo que ve, esa presencia del centro del Universo, el pastor le dice lo que tiene que hacer, lo cual ya se ve venir: arrancarse los ojos.  Y así termina la película, con un plano congelado de las cuencas vacías del médico.


Según King, del guión fue eliminada la frase que pronuncia el protagonista tras arrancarse los ojos y que me dejó helado cuando la leí. De hecho fue esa frase la que me puso en la búsqueda de la película. Esa frase era : "¡Todavía puedo ver!". Acojonante, ¿verdad? Como una de esas historias de Lovecraft.

Lo cierto es que la película es bastante cutre. Es de 1963, así que no se puede esperar gran cosa de los efectos especiales. El efecto visión del protagonista es una imagen distorsionada con luces brillantes, que da más risa que miedo, pero lo que verdaderamente me atrapó fue la historia, un tipo que empieza a ver lo que hay más allá de nuestra realidad. Como dije antes, muy en la línea de Lovecraft. Y como dice King en su ensayo, cuando el médico empieza a aparecer con esas gafas de sol tan tochas te pones un poco nervioso, pensando en lo que le puede estar pasando en los ojos.

Resumiendo, es una película de terror cutre de Serie B, sólo para amantes del género. Absteneros todos los demás, porque os parecerá una absoluta pérdida de tiempo.

Los Chicos del Maíz

De las nueve películas que hay actualmente sobre este clásico relato de Stephen King, sólo he visto dos (de momento). De pequeño vi la cuarta, creo. No lo recuerdo muy bien, pero de lo que sí me acuerdo es de que salía un indio y había unas pinturas rupestres de "El Que Camina Tras las Hileras". Bastante tiempo después vi la primera y ahora he vuelto a verla, porque la otra noche no había nada interesante por la tele, y como, para bien o para mal, tengo todas las pelis de King, tanto las buenas como las malas, pensé que ya era hora de comenzar esta terrible saga.

Por culpa de haber hecho tantas secuelas la historia está ya muy trillada, y se me hizo un poco cansino tener que tragarme la película, hasta tal punto que hacia el final me quedé dormido unos diez minutos y tuve que darle un poco para atrás. Es la que pasa por verla de noche. Estás repantingado en el sofá, a oscuras viendo un rollo de película y no puedes evitarlo. Si la hubiera visto de día habría sido otro cantar.

Sí, amigos, Linda Hamilton también empezó haciendo cutre-pelis de terror.

¿La película es mala? Hombre, si la comparamos con todas las secuelas que le siguieron (han llegado a la friolera de nueve películas, miedo me da) pues no, es bastante fiel al original. Pero no es, por ejemplo, "Cadena perpetua". La historia es la que es, y no hay más que sacarle. Sirve para pasar el rato, pero luego pasas a otra cosa.

Qué cara de hijoputilla...
La historia es de sobra conocida por todos. Un matrimonio va en coche por una carretera que atraviesa un extenso campo de maíz y de pronto se les cruza un niño. Ellos lo atropellan pero luego resulta que el niño ya estaba muerto, así que lo llevan al pueblo más cercano, Gatlin, para informar a las autoridades, pero allí descubren que los niños forman una secta religiosa y han matado a todos los adultos, siguiendo la voluntad de su líder Isaac, que afirma hablar con Dios, al que él llama "El Que Camina Tras las Hileras".

Isaac en pleno sermón
Lo que me gusta de la película es que se nos muestra el momento en que los niños pasan por la cuchilla a todos los adultos, y a diferencia del relato aparecen dos niños, hermano y hermana, que ayudan a los protagonistas a escapar. Lo que no me gusta tanto es que es un matrimonio feliz y no se tiran los trastos a la cabeza, como en el relato (me encanta ese primer diálogo en el que ella le pregunta que dónde están y él le suelta "Tú tienes el mapa, ¿es que no sabes leer?"; en la película no sale ni por asomo),y sobretodo el final, que en el relato acaba mal y aquí es un final feliz, con el matrimonio sobreviviendo y quedándose con los dos niños.

PS: Para cargarse al "Que Camina Tras las Hileras" van y queman el maíz. Pfff... ¿A quién se le ocurre? Menuda tontería.
PS2: Después de haberme tragado la saga de Hellraiser enterita y a medio cocinar, ahora toca ponerme con esta, que son nueve "peliculones". Dios, creo que voy a necesitar una buena dosis de Vicodina antes de ponerme con la siguiente. 

viernes, 14 de octubre de 2011

En llamas, de Suzanne Collins

Argumento

Katniss y Peeta han ganado los Juegos del Hambre, pero la hacerlo han dejado en ridículo al Capitolio y esto es algo que el presidente Snow no piensa pasar por alto.
Este año se celebra el Vasallaje de los Veinticinco, unos Juegos especiales que se celebran cada 25 años para conmemorar el aniversario de la destrucción del Distrito 13. En esta ocasión los participantes de los Juegos serán elegidos entre los ganadores de los Juegos de años anteriores, lo que significa que Katniss tendrá que volver a participar. Katniss sabe que lo más probable es que muera esta vez, por eso decide hacer todo lo posible para que Peeta sea el que sobreviva de los dos.
Mientras tanto, algunos Distritos han empezado a alzarse en contra del Capitolio...

Opinión

Este libro me ha gustado casi tanto como el primero. Es verdad que al principio hay que tragarse lo del triángulo amoroso, pero esto no tarda en quedar en segundo plano para centrarse en lo importante: lo de la rebelión y los Juegos. Me gustan los nuevos personajes, como Finnick y Johanna, y el presidente Snow me cae como una patada en la entrepierna (normal, es el Gran Hermano). El escenario de los Juegos es bastante curioso, muy diferente del primer libro, aunque me parece un tanto repetitivo que en el segundo libro la protagonista tenga que volver a participar en los Juegos. Eso sí, ese cliffhunger del final me ha parecido fabuloso.

jueves, 13 de octubre de 2011

Blankets, de Craig Thompson

Craig Thompson es un autor de cómics y novelas gráficas cuya primera obra, "Adiós, Chunky Rice", ganó el Harvey Award al autor revelación y estuvo nominado a algunos premios importantes, como el Eisner, el Ignatz, el Firecraker y el Eagle. Esta, su segunda novela gráfica, fue un proyecto arriesgado. Normalmente las novelas gráficas van publicándose por capítulos en revistas especializadas y luego, al final, se reúnen en un sólo volúmen. Con "Blankets", Craig Thompson la publicó directamente en un único volúmen, sin pasos intermedios. Esta decisión no es algo que entusiasmara especialmente a sus editores, pero luego tuvieron que morderse la lengua cuando fue elegido Mejor Tebeo en el 2003 por la revista Time y ensalzada a lo más alto por la crítica especializada y por sus más destacados compañeros de profesión.

Blankets es un relato autobiográfico en el que Craig Thompson nos habla de su infancia y adolescencia en un hogar profundamente religioso, su relación con su hermano pequeño y de lo más importante, su primer amor.
Todos los años por Navidad sus padres lo enviaban a un campamento religioso, y es allí donde conoce a Rayna. Craig convence a sus padres para que le dejen pasar dos semanas en casa de Rayna, y serán dos semanas que jamás olvidará.


Blankets es una historia tierna, íntima y muy emotiva, pero, ¿acaso hay algún "primer amor" que no lo sea? Craig Thompson escribe de forma magistral y consigue transmitir lo que significa estar enamorado por primera vez (las caricias, los besos y abrazos, el estar únicamente en la compañía de la persona amada...)
Lo que no me gusta tanto es su insistencia en los pasajes bíblicos, que llega a hacerse algo repetitivo. Aunque supongo que lo hace para mostrar el proceso de pérdida de fe del joven Craig. Puede sonar un poco chocante, pero ver cómo alguien pierde la fe en algo en lo que creía ciegamente es algo que me fascina.

viernes, 7 de octubre de 2011

Los Juegos del Hambre, de Suzanne Collins

Libros como "1984", "Un Mundo Feliz", "Farenheit 451" e incluso la novela gráfica "V de Vendetta", así como su película, son joyas únicas e irrepetibles para mí, porque tratan un tema que me encanta y al mismo tiempo me remueve algo por dentro: el de las sociedades utópicas aparentemente perfectas en las que los individuos (la plebe, vamos) están sometidos bajo el yugo dictatorial de los que ostentan el poder, que no deja de ser un crítico reflejo de la sociedad actual en la que vivimos y en los que acaba ocurriendo algo que conduce al alzamiento de los oprimidos. Esto es algo que siempre ha hecho que cierre el puño y diga:"Sí, joder, el poder para el pueblo!".

Sabía que en la trilogía de "Los Juegos del Hambre" se tocaba este tema y por eso me la compré (por eso y porque no sabía qué más pillar en el Círculo de Lectores, jaja). Hacía meses que la tenía en casa muerta de risa, y como han hecho la película del primero, pues pensé que este era tan buen momento como cualquier otro.

¿De qué va? Resumiendo: un reality show de la muerte. Sin resumir...

Sequías, hambrunas y tormentas arrasaron Norteamérica y de lo que quedó surgió Panem. El país se dividió en 13 Distritos, todos ellos gobernados con mano dura por el Capitolio. La gente vive en la pobreza, con lo justo para subsistir, y sin apenas derechos, y eso condujo al alzamiento del Distrito 13. El Capitolio lo arrasó por completo, y para advertir al resto de los Distritos para que eso no vuelva a pasar, se celbran cada año los Juegos del Hambre. Se escogen por sorteo un chico y una chica de cada Distrito, los llevan a un lugar apartado, un bosque, un desierto o lo que sea, y allí tienen que darse caza unos a otros, hasta que sólo quede uno. Y todo esto televidado, claro.

Nuestra protagonista es una chica de 16 años llamada Katniss, que se presenta voluntaria al ver que la escogida para los Juegos es su hermana pequeña. El chico elegido es Peeta, el hijo del panadero, con quien apenas ha intercambiado unas pocas palabras en toda su vida. Para ganarse el favor del público y de sus patrocinadores se hacen pasar por dos enamorados, y esta es la base del libro.

Lo cierto es que me hya gustado más de lo que esperaba, y no he podid evitar pensar en "El fugitivo", del difunto Richard Bachman, que también iba de un reality en el que daban caza al concursante del programa.
El único inconveniente es que al tratarse de una novela juvenil hay que tragarse en rollo romántico, aunque no es algo con lo que la autora nos acribille demasiado. Eso sí, mucho me temo que con el siguiente voy a tener que comerme el consabido triángulo amoroso. Pero si he podido soportar los devaneos de Bella, el vampiro y el perro, quiero decir el hombre-lobo, creo que podré tragármelo sin dificultad.

Meme Time (Manías, manías)

Bien, un nuevo meme calentito recién salido del horno. Hace mucho tiempo que no hago uno, y los que he visto por ahí ya los he hecho. Me alegro de haber encontrado este en los blogs de Sonia y EspecialistaMike, porque la verdad es que tengo un montón de manías y ya iba siendo hora de enumerarlas. Así que, con su permiso, vamos allá.

1. Cada cosa debe estar exactamente como debe estar. 

Esta es sin duda mi peor manía, y es que no puedo controlarla. Es superior a mí. Si las cosas no están como a mí me gustan, me agobio un montón y tengo que ponerlas como corresponden. En esto soy un poco Monica Geller, qué le voy a hacer.
El mantel de la mesa no puede tener ninguna arruga (me refiero a arrugas como resultado de que el mantel esté torcido) y tiene que sobresalir la misma distancia de un lado que de otro. Para lavar los platos uso uno de esos estropajos que por un lado son estropajo y por el otro esponja. Pues el estropajo siempre tiene que estar para arriba. Es que sino, ¡está al revés! Esto me parece lo más normal del mundo, digo yo. Luego, los cubiertos. Cuando pongo la mesa, los pongo en el lado derecho, sobre la servilleta, el tenedor a la derecha, y el cuchillo a la izquierda, con el filo hacia afuera. Luego, en mi habitación, la alfombra tiene que estar paralela a la cama, y las zapatillas las pongo sobre esta, en el lado izquierdo, sin que ninguna sobresalga por delante de la otra. Será porque soy zurdo, no sé. Hay alguna más, pero estas son las importantes.

2. Comidas. 

Esto yo no lo controlo, sino que es mi cuerpo el que manda. Lo que me pasa con algunas comidas es que, al notarlas en la lengua, se me cierra la garganta y me dan arcadas. No lo puedo remediar. Me encantaría que me gustaran todos los alimentos, pero no hay manera. Esa telilla que aparece en la leche cuando la calientas demasiado, la cebolla (sólo me gusta cruda, si es en guiso, no puedo con ella), jamón, queso, pulpo (debo ser el único gallego al que no le gusta. Concretemos: lo que me da arcadas es la piel, la carne no me sabe a nada). Luego hay otras comidas que si no están hechas como a mí me gusta, tampoco puedo con ellas. El arroz blanco, por ejemplo, tiene que estar húmedo. Si está duro me resulta un suplicio, y tengo que estar alternando arroz-agua-arroz-agua para poder tragarlo.
Para desayunar también tengo mi rutina. Yo desayuno con Nesquik, y si la leche está demasiado caliente espero a que se temple. Le echo cereales, espero, desayuno, y luego vuelvo a echarle cereales. Dos veces, siempre. Si tengo que irme temprano, entonces ya no desayuno, porque me agobio y acabo echando todo fuera.

3. Dormir. 

Desde pequeño duermo con la radio encendida, y la tengo así hasta que me despierto por la mañana, porque si la apago ya no duermo. Y además tengo que estar a oscuras completamente. Mi padre duerme con la televisión encendida y una vez, por una boda, tuvimos que dormir en la misma habitación. ¡No dormí nada! Fue como tener una linterna alumbrándome la cara toda la noche. ¡Así no se puede!

4. Libros. 

A la hora de leer también tengo mis manías. Si el libro tiene sobrecubierta, se la quito. Por dos razones: al leer la sobrecubierta se mueve arriba y abajo, y yo no soporto que sobresalga ni por encima ni por debajo del libro, me entra la neura, y luego al tocar la sobrecubierta va perdiendo brillo y al final parece que el libro es viejísimo. A mí me gusta cuidar mis libros, y eso no lo soporto. Al igual que no soporto que me doblen las páginas, que se rompan o que las polillas se me las coman (¡ay, no puedo evitar pensar en mi ejemplar en bolsillo de LTO4, cubierto de puntitos y de líneas!). Y el marcapáginas que use no puede sobresalir ni mucho ni poco. Lo adecuado es un centímetro.
Luego me gusta tener los libros de cada autor todos juntos, ordenados cronológicamente. Lo normal, vamos.

5. Ropa. 

Me gusta vestir informal, pero en bodas o así no me queda más remedio que ponerme camisa, algo que odio porque me agobia mucho, no me va nada. Y lo peor es que por normas de etiqueta tengo que metérmela por dentro de los pantalones, y eso me sienta como un tiro. A mí me gusta llevarla por fuera, porque mola mucho más. Tengo una camisa negra de manga corta con la cara de la Muerte cubriendo toda la espalda. Esas son las camisas que me molan.

6. Pijos y raperos. 

Yo soy heavy, así que a los raperos no puedo ni mirarlos. Pantalones anchos, calzoncillos a la vista, cadenas y la gorra p'atrás y haciendo esos gestitos con la mano. Por Dios, qué asco. Fuí una vez a un concierto, me los encontré, y di media vuelta. ¡Pero si el rap nisiquiera es música!

Y otra cosa son los pijos/as. Es que no puedo soportar esa manera "fisna" de hablar. Es oír el "o sea" ese y reacciono como la niña del exorcista cuando le echan el agua bendita por encima. Es algo superior a mí.