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martes, 14 de octubre de 2025

Un mundo feliz, de Aldous Huxley


"Un mundo feliz" nos traslada 600 años al futuro y nos presenta una sociedad distópica totalmente diferente a la nuestra. Los nacimientos se producen en laboratorios mediante ingeniería genética y la sociedad se divide en castas, desde Alpha, la más alta y destinada a la dirigencia, hasta Epsilon, la más baja y destinada a las tareas más peligrosas y mecánicas. 

Términos como madre, padre y familia pertenecen al pasado y son tabú, así como el arte, la religión y el amor. Se fomenta el colectivo frente a la individualidad y la promiscuidad frente a la monogamia. Y si tienes malos pensamientos o sientes preocupación o tristeza te tomas una droga llamada soma y todo esto se te olvida.  

Uno de los protagonistas es Bernard Marx, un Alfa considerado como un inadaptado social, ya que detesta que se trate a las mujeres como trozos de carne, no toma droga, no es promiscuo, es tímido y suele expresar opiniones inconformistas, lo que le genera problemas con su jefe. 

Bernard consigue permiso para visitar la Reserva Salvaje, donde viven indígenas como antaño, teniendo hijos al natural y viviendo en familia y sin drogas. Allí conoce a John el Salvaje, un indio hijo de dos ciudadanos del mundo civilizado, y lo invita a volver con él a la civilización. El choque cultural será inevitable.  

 

"Un mundo feliz" es un referente de la ciencia-ficción distópica y está considerado como un de los diez mejores libros del siglo XX. Lo leí hace muchos años y he vuelto a leerlo ahora por un reto literario.  Sinceramente me ha encantado. La sociedad que nos presenta es tan diferente a la nuestra que choca que esté tan normalizada. Drogarte para ser feliz y no tener malos pensamientos o emociones, o que te miren raro si quieres estar con una sola persona o si lloras por perder a un ser querido, es muy fuerte. 

Al principio me identificaba con Bernard porque también soy un inadaptado social, pero luego este cambia y se vuelve como los demás, y con quien más me identifico es con John el Salvaje, porque es como cualquiera de nosotros. Te pones en su piel y entiendes que pierda los papeles ante la impotencia que sufre. El desenlace no te lo esperas, es muy impactante. Sin duda es una lectura obligada e indispensable que te hace reflexionar sobre la sociedad en que vivimos.  

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