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martes, 23 de junio de 2020

La caza del Octubre Rojo, de Tom Clancy

Marko Ramius es el capitán del Octubre Rojo, un submarino nuclear soviético clase Typhoon único en su clase, que posee un sofisticado sistema que lo vuelve invisible al radar. En el aniversario de la muerte de su esposa y aprovechando que tenía que participar en uno juegos tácticos de guerra, Ramius decide desertar a los Estados Unidos. Antes de zarpar le envía una carta al Almirante Yuri Padorin, tanto para informarle de sus intenciones como para asegurarse de que ninguno de los oficiales que la han apoyado en su plan quisiera dar marcha atrás.
Al enterarse de su motín, el Politburó soviético envía a todos sus submarinos tras el Octubre Rojo con la intención de destruirlo (prefieren destruirlo antes de verlo en manos de los americanos). Al alto mando estadounidense no le ha pasado desapercibida la inusual actividad de los submarinos soviéticos y el Gobierno no se cree la versión oficial de que están buscando un submarino que se ha perdido.
Jack Ryan, historiador naval metido a analista de la CIA, deduce el plan de Ramius y convence al alto mando de que deben hacerse con el Octubre Rojo. Los soviéticos jamás lo permitirán si lo descubren y por ello ponen en marcha un arriesgado plan que empieza por ponerse en contacto con Ramius. Sobre los hombros de Ryan recaerá llevar esta tarea a buen puerto.


La caza del Octubre Rojo” es la primera novela de Tom Clancy y la leí por primera vez hace muchos años, más de 10 seguro. Entonces me pareció un tostón, te daba demasiados datos técnicos de cómo funciona un submarino nuclear (yo no necesito saber cómo funciona para que me guste la historia) y no me enganchó. Pero yo soy un masoquista. Clancy no sabe enganchar al lector y su prosa es soporífera, pero siempre que encuentro algún libro suyo (gratis, por supuesto, no estoy tan mal como para pagar por algo que sé que no me va a gustar) me lo llevo. Supongo que tengo la esperanza de que alguno me guste. Me he leído pocos libros suyos, cuatro hasta la fecha, y sorprendentemente dos me gustaron mucho: “Juego de patriotas”, que es un clásico, y “Sin remordimientos”, que es como una película de Chuck Norris. He vuelto a leer esta novela básicamente porque tengo en casa “Deuda de honor”, que creo que es la sexta entrega de la serie de Jack Ryan, y antes quería leerme los anteriores que no me había leído. Esta ya la había leído pero no tenía hecha la reseña, así que aquí está.
No sé si es porque a veces una segunda lectura me hace cambiar de opinión o porque lo leí en la tablet, pero esta vez me ha gustado más. No me ha parecido tan soporífera ni los datos técnicos tan cansinos. No diré que estuve superenganchado pero me gustó la historia y la tensión, aunque es verdad que las últimas 100 páginas, hasta que aparece el otro submarino soviético, es puro relleno.
Además descubrí algunas cosillas que la primera vez pasé por alto: “Juego de patriotas” es una precuela, porque aquí se menciona que Ryan salvó la vida de alguien importante en Inglaterra, por lo cual lo nombraron Sir, y también se menciona que tiene dos hijos, y el segundo nace al final de “Juego de patriotas”. La otra cosa es que se menciona a Cardinal, un agente ruso que pasa información a los americanos, que es el protagonista de su tercera novela, “El cardenal del Kremlin”. Por cierto, que esa será la siguiente novela suya que lea.
En definitiva, la novel me gustó, aunque no voy a convertirme en fan de Tom Clancy a partir de ahora, y te la recomiendo si te gustan los thrillers políticos. Yo seguiré leyendo algún que otro libro suyo, a ver qué tal.
 

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