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miércoles, 5 de agosto de 2020

Hijos de la mente, de Orson Scott Card

Hijos de la mente” es la cuarta entrega de la saga de Ender, y cronológicamente hablando también es la última. Hay un quinto libro, “Ender en el exilio”, pero es una precuela que se sitúa entre el primer y el segundo libro, así que “Hijos de la mente” es el cierre oficial de la saga.

En la anterior entrega, “Ender el Xenocida”, Ender y compañía viajaban a otro universo para poder crear allí la cura para la Descolada con el poder de su imaginación. Pero mientras se encuentran en ese lugar, Ender, inconscientemente, crea unas versiones jóvenes de sus hermanos, Peter y Valentine, que se lleva de vuelta consigo a Lusitania.

Estos Peter y Valentine están ligados al aiúa de Ender (su alma y conciencia) y cuando él muera ellos dejarán de existir, y esto es algo que preocupa al joven Peter, que cree que sus actos y pensamientos no le pertenecen sino que son de Ender. Además, mantener a Peter y Valentine con vida exige un gran esfuerzo al aiúa de Ender, y su salud empieza a deteriorarse rápidamente.

Mientras tanto, la Flota enviada por el Congreso Estelar a destruir el planeta Lusitania está cada vez más cerca. Peter, acompañado por Si Wan-mu, viaja al planeta Viento Divino para poner en marcha su propio plan: convencer a un miembro del Congreso de que cambie de opinión acerca del ataque y convenza al resto de hacer regresar a la Flota. Por otro lado, la inteligencia artificial Jane tiene los días contados. El Consejo Estelar ha descubierto su existencia y en cualquier momento desconectará la red de ansibles, lo que presumiblemente la matará.

Pero existe una posibilidad de que Jane pueda salvarse: que transfiera su conciencia a un cuerpo humano. Los candidatos idóneos son Peter y Valentine, ya que no tienen aiúas propios. Pero hay un problema. Los dos forman parte de Ender y él no está dispuesto a renunciar a ninguno de ellos, simplemente no es capaz. Así que, para que Jane pueda sobrevivir Ender debe morir.


El libro me ha gustado, aunque no es magnífico. Cuando en el libro anterior el autor introdujo el asunto de los aiúas, el otro universo y tal, me pareció algo enrebesado, pero acabé acostumbrándome y lo acepté. La aparición de los jóvenes Peter y Valentine fue toda una sorpresa, pero ignoraba qué iba a pasar con ellos y por qué Card había decidido traerlos de vuelta a la saga. Pero a la vista está que su intervención es fundamental a la hora de cerrar las tramas principales. Es casi como un Deus Ex-Machina, pero dejémoslo estar.

Hay una trama, el descubrimiento del planeta de los  creadores de la Descolada, que me parece puro relleno. Ignoro cuál era el propósito del autor al incluirla, porque de hecho no se resuelve y el asunto se queda en el aire, tal vez dejar la puerta abierta a una posible secuela, pero si fuera por mí la borraba del todo, porque no aporta nada. Pero lo que menos me gustó fue la muerte de Ender. Me imaginaba que al ser Ender el protagonista de la saga, su muerte ocurriría hacia el final y sería algo trascendental, pero ocurre hacia la página 200 o por ahí, y el autor no se detiene demasiado en ese momento.

Entiendo que la muerte de Ender es clave para la supervivencia de Jane, pero eché de menos algo de emotividad y trascendencia. Al fin y al cabo estamos hablando de Ender Wigging, maldita sea. Me sentí algo decepcionado en ese aspecto.

En fin, un libro más y se acabó la saga. Al menos en el quinto Ender aún sigue con nosotros y nada de esto ha pasado todavía.

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