"La ciudad de los espejos" es el tercer y último libro de la trilogía iniciada con "El pasaje".
Los Doce han sido destruídos y su aterrador imperio de las tinieblas, que desde hace un siglo azota el mundo, ha llegado a su fin. Los supervivientes empiezan a cruzar las murallas, decididos a construir una nueva sociedad y listos para soñar con un futuro más esperanzador. Sin embargo, muy lejos de allí, en una metrópolis muerta, alguien aguarda: Cero, el Primero, Padre de los Doce.
El rencor que su transformación engendró en su corazón sigue tan vivo como el primer día y solo se aplacará cuando destruya a Amy, la única esperanza de la humanidad, la Chica de Ninguna Parte, destinada a alzarse contra él. La luz y las tinieblas se enfrentarán una última vez. Amy y sus amigos están a punto de conocer su destino.
Al principio el libro va un poco lento, te presenta de nuevo a todos los personajes y en qué punto se encuentran, y va a su ritmo. La parte de la historia de Cero me sobra bastante, no aporta nada y desentona con el resto del libro. Luego hay un salto temporal que descoloca un poco, es como volver a empezar de cero, aunque luego te acostumbras. De la mitad en adelante empiezan a pasar cosas y el libro se pone increíble.
Tras el enfrentamiento final con Cero el libro aún sigue por 100 páginas o así, para mí también sobran. Algunas cosas son interesantes pero no era necesario alargarlo tanto, y reconozco que las últimas páginas me hicieron soltar alguna lagrimilla. En general ha sido un 4⭐. Creo que seguiré quedándome con el primer libro, por ser el origen de todo y poner las cosas en marcha.
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