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viernes, 30 de diciembre de 2011

El Cadillac de Dolan

El Cadillac de Dolan” es un relato perteneciente a la antología “Pesadillas y Alucinaciones” de Stephen King y durante años se habló de llevarlo a la gran pantalla. Primero iba a hacerlo Stallone, pero luego el proyecto quedó en nada y no se volvió a hablar de ello hasta 2009, cuando se hizo la película directamente para DVD. Sinceramente, más les habría valido dejarlo estar, porque la película es bastante malilla. Es lo que pasa cuando cogen un relato de unas 50 páginas y empiezan a rellenarlo y a alargarlo para que alcance los 90 minutos. Eso sí, lo mejor son los veinte últimos minutos, que abarca lo que es el enterramiento.

En el relato, un mafioso mata a la mujer del protagonista par haber visto algo que no debería haber visto (Stephen King no lo menciona, pero tampoco hace falta), y él espera siete largos años para vengarse, y lo hace de una forma muy original: hace un agujero en la carretera y lo entierra con su coche, cuando éste pasa por encima.

En la película, Dolan es un mafioso que se dedica a la trata de blancas (introduce mujeres inmigrantes en el país y las obliga a ejercer la prostitución). Hay un fallo en uno de los camiones que transportan a las mujeres y la mayoría acaban muertas. Dolan se carga al conductor y a su copiloto y mata a una de las chicas supervivientes que trataba de huír, y la mujer del protagonista es testigo de todo ello. Acuden a la policía pero ya no hay rastro del camión ni de los cadáveres. El FBI le pide que testifique contra Dolan, ya que llevan mucho tiempo queriendo cogerle, y le ponen protección y todo el rollo, pero Dolan da con ella y le pone una bomba en el coche. El marido, Robinson, empieza a seguirlo a todas partes y se compra un pistolón para cargárselo, pero ese primer intento es un fracaso porque aparece una banda de chinos que también quieren ajustar cuentas con él. La siguiente vez Dolan se da cuenta de que lo está siguiendo, y le da una paliza de advertencia para que lo deje estar. Finalmente un verano Robinson consigue un trabajo en Carreteras, poniendo asfalto y tal, y espera a que haya que reparar la carretera por la que Dolan utiliza para ir de Las Vegas a Los Ángeles, lo que ocurre “casualmente” en el Día del Trabajador (puente de tres días). Entonces se va para allá y tarda esos tres días en hacer el agujero para Dolan y su Cadillac.

Reventao...
Como dije antes, los últimos 20 minutos son la mejor parte, porque Dolan queda enterrado y al hablar con Robinson se da cuenta de quién es, y se arrepiente de no haberlo matado cuando pudo. ¡Donde las dan las toman, amigo!

Ala, ya está. Lo jodido va a ser mañana levantarse para ir a trabajar...
Cuando leí el relato no me di cuenta, pero al ver la película me he fijado en que esta historia es un homenaje de Stephen King al relato de Poe “El barril de amontillado”, donde el protagonista se venga de un tipo emparedándolo vivo, y lo supe porque Dolan dice sus mismas palabras: “¡Por el amor de Dios!”. Esto me ha puesto nostálgico y me han entrado ganas de releer a Edgar Allan Poe. En Enero cae fijo.

1 comentario:

  1. Es verdad es algo mala la peli, o muy mala. Se nota que se hizo con pocas ganas y pocos medios. Además, Christian Slater con cada actuación que hace menos me gusta... por lo demás, lo que dices es verdad, la historia no da para tanto metraje y es lo que hay. Eso sí, la parte final es chula, y no me había dado cuenta de la referencia a Poe, ¡qué grande!
    Feliz año!

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