Entre el anterior libro de Harry Bosch que me leí (cronológicamente hablando), La Rubia de Hormigón, y este hay dos libros, que son dos de los cuatro que me faltan para acabar la serie, pero son difíciles de conseguir así que no me queda más remedio que saltármelos. Lo malo de esto es que hay mucha información nueva sobre la vida personal de Harry Bosch y eso te descoloca un poco; es como empezar a ver una película por la mitad, pero a la hora de meternos en el caso que nos ocupa en el libro todo esto queda en segundo plano.
Angel's Flight es el funicular que usa la gente para trasladarse de las colinas a la ciudad, y es donde se hallan dos cadáveres, un hombre y una mujer. Si investigar un asesinato no es tarea sencilla, este se complica todavía más al tratarse de Howard Elias, un abogado conocido por sus continuas denuncias contra el departamento de policía, lo cual significa que su asesino bien podría usar uniforme.
Esto ejerce más presión sobre la investigación, ya que Harry Bosch y su equipo tendrán que lidiar con los medios de comunicación y con los posibles disturbios que seguro se producirán. Para ayudarle, el subdirector Irving le asigna algunos hombres de Asuntos Internos (con los que Bosch no se lleva especialmente bien puesto que lo investigaron en su día) y posteriormente también se une el FBI.
En pocos días iba a dar comienzo el juicio más mediático de Howard Elias, el caso Michael Harris; Michale Harris era sospechoso de haber secuestrado, violado y asesinado a una niña de 12 años perteneciente a una familia acomodada, y fue torturado por la policía hasta que se halló el cadáver de la niña. Elias no solo iba a demostrar la inocencia de Harris, sino que iba a revelar la identidad del verdadero culpable, y esto bien pudo obligar al asesino a actúar.
El equipo de Harry se reparte la investigación; mientras el FBI y Asuntos Internos se centran en Elias él y los suyos investigarán el caso Michael Harris desde el principio. Bosch hará un impactante descubrimiento.
Michael Connelly es de esos escritores que sigo incondicionalmente no por la trama de sus libros, sino por su forma de escribir tan ágil y sencilla que te engancha desde la primera página (lo mismo que con Stephen King, Ken Follett y John Grisham entre otros). Así mismo me resulta difícil destacar un libro sobre los demás porque son todos igual de buenos, pero éste es de los que destacan porque toca un tema importante, el de la corrupción policial y el abuso de poder de la policía, algo que desgraciadamente está de moda en USA.
El libro transpira tensión por todas sus páginas y prueba de ellos es que toda la trama transcurre en apenas 48 horas. Al ser el asesino con toda probabilidad un policía, Harry Bosch desconfía de todos los que le rodean y a medida que va pasando el tiempo va invadiéndole la paranoia.
Irving también aparece en este libro y se comporta tal y como yo me esperaba. Únicamente le importa la imagen del Cuerpo y en buscar un chivo expiatorio para cargarle el muerto y aplacar así los ánimos de la gente, incluso si las pruebas son meramente circunstanciales. Ya sé que en todos los libros de Bosch hablo de Irving, pero es que el tío cae gordo desde su primera aparición. Es un cabrón y no hay más vueltas que darle.
El libro es impresionante y muy original, porque empieza investigando un asesinato y acaba resolviendo dos. No es el primer libro que me leo en el que ocurre eso, pero es algo que me sigue sorprendiendo gratamente. En las últimas 150 páginas la trama da un espectacular giro de 180º, y Bosch hace un descubrimiento impactante y muy desagradable que hace que veas el libro de otra forma (con este tema es normal sentir estas cosas). Su final es sorprendente, jamás me hubiera imaginado que acabaría así, y al mismo tiempo es muy irónico. Son cosas del karma, me imagino.
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