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miércoles, 29 de febrero de 2012

Canción de Navidad, de Charles Dickens

Este libro es un ejemplo de por qué soy partidario de las relecturas. Lo leí por primera vez de adolescente y entonces me pareció lento y pesado. Decidí darle una segunda oportunidad ya que este año se conmemora el 200 aniversario del nacimiento de Charles Dickens, y qué mejor forma de celebrarlo que con este libro, uno de sus grandes clásicos. Esta vez me ha encantado y me lo he leído casi de un tirón.

Dickens escribió “Canción de Navidad” a los 31 años, tras visitar cárceles y distintas instituciones de beneficencia y comprobar con sus propios ojos la terrible situación en la que vivían los niños pertenecientes a la clase proletaria. Su intención era escribir un panfleto denunciando la situación, pero luego cambió de opinión y decidió escribir un cuento, y al poco de publicarse se convirtió en su gran obra maestra. Y con razón. “Canción de Navidad” es un cuento con moraleja, y viene a decir que por muy ruin y despreciable sea una persona, nunca es tarde para arrepentirse y cambiar. Además de ensalzar el espíritu festivo de la Navidad, una época para estar todos juntos, divertirse y dejar los problemas a un lado.

Dudo que hoy en día exista alguien que no conozca esta obra, pero por si acaso ahí va una sinopsis:

Ebenezer Scrooge es el hombre más ruin, despreciable y antipático de todo Londres y lo que más detesta son esas fechas en las que todo el mundo está feliz y contento, como Navidad. Solo tiene un único pariente vivo, su sobrino Fred, y éste se presenta en su despacho para invitarlo a cenar con él y su familia en Navidad, pero él se niega en redondo y pŕacticamente lo echa a patadas. Esa misma noche se le aparece el espíritu de su antiguo socio, Jacob Marley, muerto 7 años atrás y tan avaro y huraño como Scrooge, y le advierte que si no cambia acabará como él, condenado a vagar por siglos por el mundo. Scrooge recibirá la visita de tres fantasmas y esa será su última oportunidad.

Al mostrarle el primer fantasma algunas escenas de su pasado que ya daba por olvidadas, Scrooge empieza a dar síntomas de arrepentimiento, los cuales se acrecentan con la visita del segundo fantasma, que le muestra las penurias por las que está pasando su empleaado bob Cratchit, y con la visita del tercero se produce su aterrado arrepentimiento y su promesa de ser una persona mejor a partir de ahora, al mostrarle el fantasma cuál será su destino si persiste en su comportamiento.

Esta es una historia preciosa como pocas y está escrita con una prosa tan sencilla y hermosa que te la lees sin darte cuenta, y eso es algo poco común en libros del siglo XIX. Y además tiene mensaje, que es lo que a mí me gusta.

Por último, dos fragmentos del libro que me han gustado mucho:

Llevo la cadena que forjé en vida. Yo mismo la hice, eslabón a eslabón, yarda a yarda; la ceñí por mi propia voluntad, y por mi propia voluntad la llevo.

Espíritu, ¿son éstas las sombras de las cosas que van a suceder, o solamente de las que es posible que sucedan?[...] La vida de los hombres presagian los finales a los que se verán conducidos si perseveran en su conducta. Pero si se apartan esas formas de vida, los finales habrán de cambiar.

2 comentarios:

  1. Aún no he leído nada de Dickens y, para recordarme que debo remediarlo, este año me apunté a un reto en el que, como mínimo, hay que leer un libro suyo. En mi mente está leerme precisamente éste.

    bsos!

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  2. Me encanta este libro... Tiene un "nosequé" fascinante que no tiene ningún otro. Las frases son geniales!

    :*

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