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lunes, 12 de marzo de 2012

The Human Centipede 2

Así sí.

A pesar de que, en la primera película, la idea de unir quirúrgicamente a tres personas ano con boca era repugnante a más no poder, lo cierto es que la película acabó siendo bastante “light” y no mostró nada que te hiciera llevar las manos a la cabeza. En el momento de la operación podías esperar ver algo de casquería, pero se nos muestra apenas un poco de sangre y lo más fuerte de todo el film es la explicación del loco doctor a sus “pacientes” de en qué va a consistir su operación, mediante un proyector y unos graciosos monigotes (cortar ligamento de las rodillas, sacar dientes y unir ano con boca).



Eso no es lo que ocurre aquí. En esta segunda parte se nos muestra con total brutalidad todo lo que esperábamos ver en la primera, y aún más.

El protagonista es un hombre de mediana edad llamado Martin, un hombre obeso, casi calvo y que no dice una palabra en toda la película. Martin tiene una clara discapacidad mental y ha sido víctima de abusos sexuales por parte de su padre, que ahora está en la cárcel. Vive con su madre, que es una auténtica bruja, que odia a su hijo y lo culpa de que su marido no esté con ella, e incluso quiere verlo muerto.



Martin está obsesionado con “The Human Centipede” y no para de verla una y otra vez en su trabajo (es vigilante en un parking) e incluso tiene un álbum con fotos y dibujos de la película. Su fantasía es hacer un ciempiés humano con doce personas, y durante la primera hora vemos a Martin atacando a todos los que aparecen por el parking, bien con una barra de hierro o disparándoles, y llevándoselos a un almacén abandonado donde los retiene, amordazados y desnudos, hasta reunir los suficientes para llevar a cabo su macabra fantasía.



Los últimos veinte minutos son los más brutal, bizarros y repulsivo que he visto en mucho tiempo, y creedme, estos lindos ojos han visto cosas muy extremas. Al principio tiene bastante gracia, porque el método de Martin de aplicar anestesia es, básicamente, un golpe en la cabeza con la barra de hierro, pero pronto entra en faena y la cosa enseguida se vuelve asquerosa. Los dientes, en vez de sacarlos, los destroza a golpe de martillo (recordemos que los “pacientes” están conscientes en todo momento), y para mí la escena más fuerte y asquerosa viene después, cuando corta los tendones de las rodillas para que los tipos no puedan ponerse de pie. Corta profundo debajo de la rodilla, mete la mano bajo la piel, tira del tendón hacia fuera, y ¡zas!, lo corta con un cuchillo o con las tijeras. Si alguien quiere un cubo lo tengo aquí mismo. Luego uno las bocas a los culos con una grapadora y cuando ya tiene montado el ciempiés, viene la escena más bizarra de la película. Sí, lo habéis adivinado, el momento de cagar. Como no tienen ganas, Martin les inyecta laxante a cada uno, y cuando les entra el apretón, es todo un espectáculo. La mierda sale a chorro y entre el culo de uno y la boca del otro supura un montón de mierda que cae al suelo. Y cuando el último acaba hay un momento bastante gracioso, porque Martin casi se desmaya de lo mal que huele y tiene que apoyarse en la pared. ¡Tu te lo buscaste, amigo! Es curioso, cuando vi la primera película mi mente calenturienta se imaginó algo similar. Creo que estoy tan mal como el director.

Cuando estrenó la primera, Tom Six dijo que iba a hacer una trilogía. Visto lo extrema que es ésta, miedo me da lo que vaya a pasar en la tercera.




1 comentario:

  1. No has mencionado el momento en el que el bebé neonato a más no poder es aplastado por su propia madre en su ansia de salir de ese lugar, la cual, acaba de resucitar, que da todo el mal rollo xDDDDDDDD

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