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martes, 13 de marzo de 2012

Sin Límites, de Alan Glynn

Soy del Círculo de Lectores,y cada dos meses tengo que coger algún libro, sí o sí. A veces lo tengo claro, pero hay otras que me cuesta, porque la mayoría de los libros no me llaman la atención o son de autores totalmente desconocidos para mí. Cogí este porque los demás no me decían nada y como habían hecho la película poco tiempo atrás, así mataba dos pájaros de un tiro.
El libro es entretenido, pero poco más. Acción hay más bien poca y el final es abierto y decepcionante, como si lo hubieran cortado a la mitad. Lo que no sé es cómo a pesar de eso acabaron haciendo la película, igual cambiaron algunas cosas. Tendré que verla para comprobarlo.

Pero bueno, ahora estamos con el libro. Eddie Spinola es redactor en una editorial de libros de texto y está atascado con su nuevo libro, que no tiene ni idea de cómo enfocar. Entonces se encuentra por casualidad con su ex-cuñado, que tras contarle las dificultades por las que pasa le da una píldora experimental, el MDT-48, que aún no ha salido al mercado. Cuando la toma, Eddie se vuelve superinteligente y en una sola noche escribe la mitad del libro. Asombrado, al día siguiente va a ver a su ex-cuñado para hablar de la píldora, pero éste no le da demasiada información. Lo envía a traer el desayuno para los dos, y al regresar Eddie se encuentra el piso patas arriba y a su ex-cuñado con una bala en la frente. Llama a la policía, pero antes de que lleguen registra el piso y encuentra un surtido de 500 píldoras, que obviamente se queda. Utiliza las primeras para acabar su libro, y después, como cualquier persona en su lugar, decide hacerse rico, y se mete a broker, ganando millones en muy poco tiempo. Esta parte del libro, unas 100 páginas, es bastante rollo porque hay mucho lenguaje del mundillo de la Bolsa, acciones, dividendos, corretajes, fracciones arriba y abajo, y cuesta un poco de seguir.

Eddie se convierte en una celebridad y llama la atención de Carl Van Loon, un magnate de los negocios (con una fortuna que se cuenta por miles de millones)que le pide consejo acerca de una fusión muy importante que tiene entre manos, y Eddie empieza a trabajar para él. Sabe que es la oportunidad de su vida y no piensa desaprovecharla, pero entonces empieza a sufrir los efectos secundarios del MDT-48: desmayos, ausencias, dolores de cabeza, incluso cree haber matado a una mujer, pero no lo recuerda. Eddie empieza a investigar y descubre que todos los que tomaron la píldora o están muertos o con graves daños cerebrales, y trata de averiguar quién fabricó el MDT y si hay forma de contrarrestar esos efectos secundarios.

En las últimas 30 o 40 páginas se acelera el ritmo de la historia y las cosas empiezan a torcerse de mala manera para Eddie, hasta que todo confluye hacia ese final tan precipitado del que no puede escapar. A mí me parece que el señor Glynn no sabía cómo acabar el libro y escribió este final para quitárselo de encima. Una lástima.
Como dije al principio, es entretenido, pero si no me lo hubiera leído no me habría perdido gran cosa.

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