Matilde Asensi es una de mis autoras españolas favoritas, porque escribe sobre tesoros escondidos, claves históricas y sociedades secretas, y a mí todo eso me encanta. Lo único que no me gusta de ella es que escribe capítulos muy largos, de 70 u 80 páginas, todo seguido, así que no me queda más remedio que parar en mitad de una página, y eso me fastidia porque luego pierdo el hilo y tengo que leerme de nuevo toda la página para recordar por donde iba. Por lo demás, bien.
Este libro en realidad son dos, “Tierra Firme” y “Venganza en Sevilla”, y el caso es bastante curioso, porque me lo compré hará un mes y medio o algo así, y poco después salió el tercer y último libro de la trilogía, “La conjura de Cortés”. Cosas del Ka, supongo.
Aquí Matilde Asensi se aleja de su género habitual y nos cuenta una historia de aventuras y venganza en pleno Siglo de Oro español, a caballo entre el Nuevo Mundo y España, entre finales del siglo XVI y principios del XVII.
En “Tierra Firme” conocemos a la valiente y sufrida protagonista, Catalina Solís, una muchacha de 16 años que viaja en barco rumbo al Nuevo Mundo para casarse a la fuerza con alguien que no conoce. Su padre fue denunciado ante la Inquisición por no estar casado con su madre y murió de fiebres en su celda, y su madre quedó trastornada y se suicidó. Su único pariente, su tío Fernando, organiza su boda con el hijo de su socio, pero en plena mar su galera es atacada por los piratas. Antes de que la descubran, su esclava negra la viste con las ropas de su hermano y la arroja por la borda junto con su mesa-escritorio para que haga de boya, y dos días más tarde llega hasta una isla desierta, donde pasa sola casi dos años. Entonces aparece un comerciante mestizo, Esteban Nevares, que para en la isla a restaurar su nave, que la descubre y pese a sus ropas se da cuenta de que es una mujer, y Catalina le cuenta su historia. Esteban se compadece de ella y decide llevársela consigo, haciéndola pasar por su hijo ilegítimo, Martín Nevares, y así empieza a enseñarle a leer y escribir, todo lo que sabe sobre el comercio y a manejar el barco.
Catalina descubre que su nuevo padre tiene sus propios problemas. Esteban tiene que pagarle el equivalente a 30.000 euros al año de por vida a un individuo, Melchor de Osuna, primo de los Curvo, una importante y poderosa familia de comerciantes. Esteban se comprometió a entregarle ciertos materiales procedentes de España, pero las naves no trajeron los materiales y Melchor de Osuna se quedó con su casa, su barco y el negocio de su mujer, así que si no le paga esa cantidad anualmente lo pierde todo. Catalina quiere ayudarle, ya que siente que está en deuda con él, y con ayuda de algunos marineros del barco de su padre descubre que en realidad Melchor de Osuna sabía que las naves vendrían vacías, vamos, que es un estafador de tomo y lomo y ya ha hecho lo mismo con otras personas. Catalina pone en marcha un plan para que su padre recupere sus propiedades de una vez por todas y para acabar con los chanchullos del de Osuna para siempre.
En “Venganza en Sevilla”, el padre de Catalina/Martín es arrestado por contrabandista (se pasó al contrabando para poder pagar su deuda con de Osuna), y condenado a remar en galeras. Además, el pueblo de Santa Marta, su hogar, ha sido atacado por piratas y han pasado a cuchillo a todos los vecinos. Solo se han salvado tres o cuatro miembros de la tripulación de su padre y su madre, María Chacón.
Los esclavos de galeras son enviados a Sevilla antes de partir hacia Cuba, así que Catalina parte a la ciudad española para sacar a su padre de la cárcel, sea como sea, pero debe hacerlo de incógnito, ya que también han puesto precio a la cabeza de Martín Nevares. Catalina encuentra a un moribundo Esteban Nevares, que le revela que los Curvo están detrás de su apresamiento y del ataque pirata a Santa Marta, en respuesta a lo ocurrido en “Tierra Firme”, y antes de morir, su padre le hace prometer que no descansará hasta ver a todos los Curvo bajo tierra.
Cuatro de los cinco hermanos Curvo viven en Sevilla, y Catalina se queda en la ciudad bajo la identidad de una joven viuda de clase alta, y pone en marcha un lento y calculado plan de venganza.
Cuando salieron estos libros no les hice mucho caso, pero ahora que los he leído tengo que decir que me han encantado. Ambos son muy buenos libros de aventuras y te enganchan a las pocas páginas. Además, al estar ambientados en una importante época histórica como fue el Siglo de Oro español, aprendes bastante sobre cómo eran las cosas por aquel entonces. Y una cosa curiosa, la autora se expresa aquí de forma similar al español de la época, con un montón de circunloquios y rodeos, y me ha parecido algo muy interesante.
Personalmente me ha gustado mucho más el segundo libro, porque me ha recordado al Conde de Montecristo, mi clásico favorito de todos los tiempos, , ya que Catalina se toma un año largo para ir planeando su venganza, moviendo hilos, manipulando situaciones, etc, y al igual que Edmond Dantés, al ir a matarlos les dice quién es y quién era su padre.
Y ahora a ver cuándo cae el tercero.
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