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martes, 29 de diciembre de 2020

Quien pierde paga, de Stephen King

 


1978.
John Rothstein es un autor de culto gracias a su trilogía protagonizada por el buscavidas Jimmy Gold, pero tras terminarla decidió retirarse y desde entonces vive enclaustrado en su granja, lejos del mundo. Morris Bellamy es un gran fan del personaje de Jimmy Gold, pero odia a Rothstein por el final que le dio a Jimmy. Morris opina que se vendió y está furioso con él.

Morris ha oído los rumores en el pueblo acerca de Rothstein; que tiene una caja fuerte llena de dinero pero que también ha seguido escribiendo, así que asalta su casa y lo mata, llevándose consigo el contenido de su caja fuerte; unos 20.000 dólares y más de cien cuadernos escritos a mano, del puño y letra de Rothstein. Para él el dinero es lo de menos, solo quiere leer todo lo que ha escrito durante sus años de retiro (quién sabe, tal vez alguna nueva novela de Jimmy Gold). Morris mete todo en un cofre y lo entierra en el bosque, hasta que las aguas se calmen, pero estando borracho comete un crimen horrible y es condenado a cadena perpetua.

2009. Un chico llamado Pete Staubers encuentra el cofre en el bosque cercano a su casa y decide ir enviándole el dinero mensualmente a sus padres de forma anónima. Su padre fue una de las víctimas de Mr Mercedes y aún arrastra las consecuencias; sigue necesitando muletas para caminar y de los dos su madre es la única que trabaja. Pasan bastantes apuros económicos y se pasan casi todo el tiempo discutiendo, así que Pete decide hacer eso por ellos.

2014.Tras 35 años en prisión, Morris logra la libertad condicional. Lo único que le hizo aguantar en la cárcel fue poder leer algún día los cuadernos de Rothstein, así que no se tomará nada bien descubrir que el cofre está vacío. Morris no tarda en averiguar lo que ha pasado y ponerse tras la pista de Pete Saubers, dispuesto a llegar adonde haga falta para recuperar aquello que considera que le pertenece. Y es en este punto de la historia donde entran Bill Hodges y Holly Gibney. Bill ha abierto una agencia llamada “Finders Keepers” y con ayuda de Holly se dedica a perseguir fugitivos y recuperar propiedades de morosos, entre otras cosas. La hermana de Pete, Tina, por mediación de la hermana de Jerome Robinson, de quien es amiga, acude a Bill para que ayude a su hermano. Tina sabe que él era quien le daba el dinero a sus padres y prometió guardar el secreto. Pero últimamente Pete parece con la cabeza en otra parte, tiene ojeras de no dormir y le parece aterrorizado por algo. Así que Tina le cuenta a Bill lo del dinero, esperando que pueda ayudar a Pete.



Hacía años que quería leerme esta segunda entrega de la trilogía de Bill Hodges y la espera ha valido la pena, porque es fabulosa. Vi la serie mucho antes de leer el libro, que me gustó, pero ahora entiendo que algunos fans de King no estuvieran contentos con la adaptación, porque hay muchas diferencias. En la serie lo de Rothstein ocurre en el presente, Bellamy no va a la cárcel y luego está la vieja a la que se tira, que no sale en el libro. Pero bueno, cada cosa en lo suyo.

El libro está genial, tiene mucha tensión y las últimas ciento y pico páginas estás enganchadísimo y resulta imposible parar de leer. De infarto, vamos. Morris Bellamy tiene algo de Annie Wilkes, ¿no os parece? Es un tipo obsesivo muy peligroso, y yo como lector empedernido entiendo lo de obsesionarse con un personaje ficticio o un libro. ¿Acaso alguno de nosotros no lo hace?

Sin duda es una segunda entrega magnífica y King demuestra que el género policiaco se le da tan bien como cualquier otro.

1 comentario:

  1. Excelente reseña. Fue un gusto encontrar tu blog ¿Tienes página de Facebook?

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