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lunes, 28 de marzo de 2011

La Conjura de los Necios, de John Kennedy Toole

En un principio no tenía pensado leerme este libro, pese a que me lo habían recomendado fervientemente. Y es que cuando me dijeron que había ganado el Premio Pulitzer, eso me tiró para atrás, porque ya tuve mi mala experiencia con otro libro ganador del Pulitzer. En su día leí "La carretera", que me dijeron que era muy bueno y al final resultó ser un tostón, pese a su corta extensión. Temía que me pasar lo mismo con este libro, pero nada más lejos de la realidad. Vi un ejemplar en mi biblioteca, y me lancé de cabeza.

Aquel que crea que no hay nadie más amargado, ruin y despreciable que el doctor Gregory House es que no conoce a Ignatius J. Reilly. Madre mía, menudo personaje.
A sus treinta años, el obeso hijo de la señora Reilly aún vive con su madre. Es un auténtico vago que sólo ha trabajado dos días en toda su vida, y no tiene intención de ponerse a ello. Es un amargado que sólo ve el lado negativo de las cosas, y dedica todo su tiempo a escribir un manifiesto sobre todo lo que está mal en la sociedad.
Entonces su madre tiene  un accidente con el coche y debe pagar una gran cantidad de dinero, que no tiene, así que a Ignatius no le queda más remedio que ponerse a trabajar, lo cual traerá más de un quebradero de cabeza a su madre.
Ignatius es como un niño pequeño, todo le es indiferente, no tiene ninguna ambición y no piensa en las consecuencias de sus actos. Por ejemplo, uno de sus trabajos es de vendedor ambulante de salchichas, y se enfada cuando alguien le quiere comprar alguna, y al final acaba comiéndoselas él todas.
Ignatius Reilly es un personaje único y tal y como acaba el libro se habría merecido una continuación, pero desgraciadamente el autor se suicidó al no conseguir que le publicaran la novela. Once años después su madre consiguió que la publicaran, convirtiéndose así en todo un clásico de la literatura contemporánea.
Ay, si no fuera por las madres...

2 comentarios:

  1. ostias, casi casi como paquirrin, el hijo de la pantoja que anterna trabajo y placer, de disco en disco firmando autografos por ser un friki jejeje

    http://dalecalor.blogspot.com

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  2. Bueno, no se le puede negar mérito al autor por crear un personaje así, pero a mí no me dejó muy buen sabor de boca el libro. Me pareció más dramático que cómico.

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