Elantris era conocida como la ciudad de los dioses, un lugar de gran poder y magia. Se creía que sus habitantes eran casi inmortales; su pelo era blanco y su piel era plateada y refulgían como la ciudad misma. Sus cuerpos sanaban rápidamente y poseían una gran fuerza y velocidad. Podían hacer magia dibujando unos extraños símbolos brillantes en el aire y cada símbolo servía para una cosa diferente.
Cualquier persona puede convertirse en elantrino. La Shaod, la Transformación, actúa al azar, de noche. Te acuestas siendo una persona normal y al despertar eres una divinidad elantrina. Pero hace 10 años algo ocurrió. La magia de Elantris se rompió y la Shaod se convirtió en una maldición.
Ahora el que la sufre se convierte en un muerto en vida, ve cómo se le cae el pelo y su cuerpo se cubre de manchas grisáceas. Cualquier herida o golpe no se cura y el dolor permanece constante y el hambre no se sacia nunca. Muchos elantrinos acaban volviéndose locos.
Esto es lo que le pasa al príncipe Raoden de Aleron. Un día al despertarse descubre que ha sido alcanzado por la Shaod y su cuerpo está lleno de manchas grisáceas. Su padre el rey Iadon lo envía a Elantris y le dice a todo el mundo que ha muerto. Elantris es ahora una ciudad desierta adonde envían a los afectados por la Shaod. Allí los elantrinos se comportan como bestias o han perdido la razón y Raoden tratará de cambiar las cosas allí dentro y devolverles su humanidad, al mismo tiempo que intenta descubrir lo que fue mal en Elantris y revertirlo.
Por otro lado está Sarene, hija del rey de Teod, que llega a Arelon unos días antes de su matrimonio concertado con el príncipe Raoden para descubrir que ha muerto. Pero por la ley arelana ella se convierte en su viuda y pasa a integrarse en la monarquía arelana. Que Raoden haya muerto le parece sospechoso e intenta averiguar qué es lo que pudo pasarle. Al mismo tiempo va relacionándose con la nobleza de Arelon e intenta mejorar las cosas para impedir el enfrentamiento con el imperio de Fjorden, que está a las puertas.
Y luego está Hrathen, un sacerdote de alto rango del Shu-Dereth, una extremista orden religiosa que domina Fjorden y ha conquistado casi todo el mundo. Su labor en Arelon es convertir al país a su religión y colocar un converso Derethi en el trono, para lo cual tiene tres meses, tras lo cual el Wyrn (el emperador Fjorden) enviará a sus monjes guerreros a arrasar la ciudad.
Este libro supone mi entrada en el Cosmere y la verdad es que me ha gustado bastante. No me tenía superenganchado pero me gustaba lo que Sanderson me estaba contando. Tiene un ritmo lento y las cosas avanzan poco a poco, nada que ver, por lo que sé, con el resto de libros del Cosmere. Pero las intrigas palaciegas me gustaron y el tema religioso también. El sistema de magia es muy interesante y curioso y en la recta final Sanderson pisa el acelerador, pasan muchas cosas y todo es superépico, lo que se conoce como la Sanderlancha.
Mucha gente no lo considera su mejor libro y no recomiendan empezar el Cosmere por aquí, pero para mí ha sido una entrada inmejorable en este universo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario