Al igual que con las
otras películas, la historia arranca con varias personas despertando
dentro del Cubo y sin saber cómo han llegado allí. Esas personas no
se conocen entre sí y aparentemente no tienen nada en común, pero
más adelante descubren que todos ellos están relacionados de una u
otra forma con una empresa de armas vinculada al Gobierno.
El Cubo de esta
película es diferente al de las otras. Las salas no son ni verdes,
ni azules ni rojas, sino blancas todas ellas, y casi no hay trampas.
En algunas salas la gravedad es diferente, así como la velocidad del
tiempo (en algunas transcurre lentamente y en otras muy rápido), y
además dentro del Cubo coexisten diferentes realidades alternas
simultáneamente, así los protagonistas se encuentran con otras
versiones de ellos mismos. Y estos tendrán un tiempo límite para
salir del Cubo, ya que las diferentes realidades acabarán por
fusionarse en una sol y el Cubo implosionará, matando a todos los
que estén dentro.
La primera película me
pareció muy buena, con su buena dosis de casquería y su ambiente
tenso y claustrofóbico. La tercera también, muy similar a la
primera, además de que nos daban algo de información. Esta segunda
no me gustó. La primera vez que la vi me decepcionó bastante, no
era lo que me esperaba, y ahora me ha parecido lo mismo. Lo de otras
realidades y dimensiones siempre me ha gustado, pero aquí no me
convence, no me acaba de encajar, me chirría. Y luego está el
final, que deja muchas preguntas en el aire, como si los guionistas
estuvieran demasiado cansados para inventarse un final coherente para
cerrar todo lo ocurrido. Si sé que me voy a quedar con las ganas (la
primera vez, ahora tanto da), paso de verla y así me ahorro un
cabreo.
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