
Como ya dejé constancia en la otra entrada de esta
película, soy heavy desde los 14 años y me encanta
Metallica, y la primera vez que la vi casi me da algo, porque es
alucinante de principio a fin, todo un puro espectáculo.
Cuando paso mucho tiempo sin volver a verla me entra el mono y tengo
que verla otra vez, y ya lo he hecho en cinco ocasiones. Me gusta
tanto que he decidido escribir esta segunda entrada para contar con
pelos y señales todo lo que pasa en la película, así
que prepárate que vas a flipar.
La película empieza con un plano aéreo que recorre
una ciudad, la noche en la que Metallica va a dar allí su
único concierto. La cámara se detiene en el estadio
donde tendrá lugar el concierto, mientras por la radio
escuchamos que las entradas están agotadas. Un coche
destartalado, cubierto de pegatinas de grupos de rock, se detiene en
seco frente al estadio, mientras suena “Whiplash” por los
altavoces. Su conductor, un gordo fan del grupo, se baja y al ver los
carteles que anuncian el concierto de Metallica se pone a flipar allí
mismo, saltando y luego subiéndose al capó de su coche,
en plan “¡Metallica!¡Hijo de puta!¡Esta noche
puedes irte a la mierda, maldito universo!”.
Por su lado pasa un chaval encapuchado en monopatín,
nuestro protagonista, que se cae a un charco. El chaval entra por la
parte de atrás, pasa por debajo de unos arcos y por donde
están descargando unos camiones y llega hasta el párking,
donde tiene su furgoneta, tan destartalada como el coche del gordo.
Deja en ella sus cosas y se retira la capucha, dejándonos
verle la cara por primera vez. Entonces pasa por su lado un Rolls
Royce que petardea y echa una gran llama por el tubo de escape, que
es conducido por nada menos que James Hetfield, el cantante de
Metallica, que lo mira de reojo al pasar por él. El chaval,
que no tiene nombre, se dirige a la entrada del backstage, donde está
Kirk Hammett, el guitarrista del grupo, enseñándole su
guitarra a uno de los técnicos, que está goteando
sangre, aparentemente (un efecto que podremos ver durante el
concierto). El chaval les enseña su identificación y
Kirk le da su visto bueno y le deja pasar.

Recorre un pasillo con amplificadores y otros aparatos a uno y
otro lado y los técnicos cargando cosas y conectando cables a
toda prisa para que todo esté listo para el concierto. Llega
hasta su jefe y le da el paquete que le envió a buscar y éste
le dice que se quede cerca, que tal vez lo necesite más tarde.
Sigue adelante y pasa por un cuarto donde está Robert
Trujillo, el bajista, tocando su bajo en su clásica postura en
cuclillas. El cuarto esta lleno hasta arriba de amplificadores y al
tocar, las vibraciones desprenden polvo del techo. Luego se cruza con
Lars Ulrich, que va acompañado de unos técnicos y luego
ambos se dan la vuelta y se miran al mismo tiempo. El chaval sigue
hacia el escenario y empieza a escucharse “Ecstasy of Gold”, de
“El bueno, el feo y el malo”, que siempre suena en sus conciertos
antes de que el grupo salga a escena. Se queda mirando el escenario y
a cámara rápida vemos cómo se van llenando las
gradas. Las luces se apagan y la gente empieza a flipar y a silbar.
Entonces aparece James Hetfield, que empieza a recorrer el pasillo
que conduce al escenario y les hace gestos al público, en plan
“¿Sentís la magia? ¿Listos para flipar?”. El
resto del grupo entra seguidamente, que saluda desde el escenario y
los vitorean, y sin perder un instante entran a saco con “Creeping
Death”. Durante la canción se nos muestra un primer plano de
cada miembro del grupo, tocando cada uno su instrumento: Lars
flipando mientras toca la batería y Kirk moviendo rapidísimo
los dedos sobre el mástil de su guitarra. Con James y Robert
idem.
 |
¡Vamos, hostia! |
Durante el estribillo el escenario se llena de sangre, con un
efecto de luces espectacular y el grupo invita al público a
hacerles los coros. La cámara se desplaza hacia las gradas y
allí en las escaleras está nuestro chaval, agitando el
puño como los demás. Entonces aparece su jefe, que lo
reclama y él lo acompaña a regañadientes. Hay un
camión parado en el centro de la ciudad con algo que el grupo
necesita para esa misma noche y él tiene que traerlo sin
perder un instante. Se dirige hacia su furgoneta y uno de los
técnicos le da uun bidón de gasolina, que no tiene
mucho sentido ahora pero que luego tendrá su utilidad. Y
mientras, la canción sigue.
Regresamos con el chaval, que se sube a la furgoneta y se toma una
pastilla azul y roja, lo cual explicaría todo lo que pasa
después en la ciudad. Le da unos golpecitos a un arlequín
que cuelga del espejo retrovisor y arranca, mientras comienza “For
Whom The Bells Dolls”. Aquí atención a la cara de
Lars, que parece estar matando a alguien con sus baquetas, y luego a
la alucinante guerra de guitarras entre James, Kirk y Robert con su
bajo, tocando mientras se mueven en círculos, y luego cada uno
regresa a su sitio. Nada más acabar la emprenden con “Fuel”.
Vemos el interior del motor de la furgoneta, cómo circula la
gasolina y cómo se produce la chispa, y durante los siguientes
minutos vamos alternando entre el concierto y el chaval, conduciendo
y buscando en un mapa la calle donde se encuentra el camión.
Acaba la canción y la furgoneta se salta un semáforo
en rojo y frena en seco en mitad del cruce. Afortunadamente las
calles están desiertas. El chaval mira un cartel de neón
con la huella de una mano ensangrentada y entonces, ¡zas!, un
coche impacta de lleno con él, haciéndole dar dos
vueltas de campana. A continuación se produce una escena un
tanto surrealista en la que el chaval se cae al agua, pero me imagino
que es así como él ve el accidente a causa de la
pastilla de antes. En el escenario comienza “Ride the Lightning”.
James está cantando, a lo suyo, y entonces el micro se
estropea. Se cabrea y lo tira al suelo y les hace gestos a los de
sonido para que se encarguen de él y se va a otro de los
micros que hay repartidos por todo el escenario. Luego se producen
unos efectos especiales bastante guays de descargas eléctricas
sobre el escenario, como arcos voltaicos. Después pasamos al
chaval, que aún está dentro de la furgoneta boca abajo
y regresamos al escenario, donde se producen unas explosiones y
ráfagas de ametralladoras. Volvemos con el chaval, que sale
tambaleándose de la furgoneta y se acerca al coche, que está
vacío. Por la radio hablan de unos disturbios en el centro de
la ciudad. El hombre está de pie a unos metros, dándole
la espalda. Le dice “¡Hey, hey!” (las únicas
palabras que pronuncia en toda la película) y el hombre se
vuelve, con la cara ensangrentada, mira algo que lo acojona y sale
corriendo en dirección contraria. Suena “One” y el chaval
coge el bidón de gasolina y el arlequín y sigue
caminando. Pasamos al escenario, que está casi a oscuras y la
única luz proviene de unos rayos lásers verdes y luego
se producen unas explosiones.

El chaval ve un caballo arrastrando el cadáver de un
policía con el pie enganchado en el estribo y luego aparecen
como unas 30 personas o así corriendo por la calle, en la
misma dirección que el caballo, armados con bates y cadenas, y
luego unos coches de policía con la sirena puesta y por último
otro coche de policía en llamas. Pasamos al escenario y tras
“One” empieza “Memory Remains”. James cambia de guitarra y en
el estribillo (na, na, na, na...) el público lo corea. La
canción acaba con los coros del público y empieza
“Wherever I May Roam”, cuando el chaval llega al centro de la
ciudad. Se ven pequeños fuegos por doquier y coches
calcinados. A un lado hay como unas 100 personas con la cara cubierta
y armados con bates y cadenas, y al otro otros tantos antidisturbios,
y a él lo pillan en medio. Los polis empiezan a golpear las
porras contra los escudo, siguiendo el ritmo de la canción. La
carga comienza mientras suena “Cyanide” y enseguida empiezan a
llover piedras y granadas de humo. Entre un bando y el otro la
emprenden a hostia limpia, lanzando cócteles Molotov, los
perros policía se lanzan contra los alborotadores y las
palizas acaban en muerte, tanto de un lado como del otro.
Un tipo a caballo que lleva una máscara antigás va
colgando a unos y otros de las farolas. El chaval le tira una piedra
a la cabeza y el jinete empieza a perseguirle, pero él
consigue dejarlo atrás y llega hasta una calle con gente
colgada de las farolas y coches calcinados. Empieza “And Justice
For All”. En el escenario los técnicos montan una estatua
gigante de la Dama de la Justicia, que sale en la portada de dicho
álbum. James les hace gestos de cómo tienen que colocar
las piezas y le gusta cómo va quedando. Durante el clímax
de la canción la estatua es derribada y las piezas caen
peligrosamente cerca de Lars, que sigue tocando la batería
como si nada. Acaba la canción y volvemos con el chaval, que
llega hasta el camión. Llama a la puerta del conductor pero
éste parece colocado y no se entera, así que se sube a
la parte de atrás y allí encuentra únicamente
una vieja bolsa de viaje de cuero. La abre y lo que ve en su interior
lo deja tan alucinado que tiene que sentarse.
(Esto hay que aclararlo: la bolsa de viaje perteneció a
Cliff Burton, el primer bajista de Metallica, que murió en un
accidente de autobús a los 24 años, y el grupo la lleva
siempre con ellos como recuerdo).
Empieza “Master of Puppets” y volvemos al escenario, y durante
el estribillo regresamos con el chaval. Un tipo, a lo lejos, lo
saluda con la mano y entonces a su lado aparece el jinete de antes y
luego los alborotadores y los antidisturbios, y todos juntos corren
hacia él. El chaval coge la bolsa de viaje y el bidón
de gasolina y sale por patas. Al final lo acorralan en un callejón
sin salida, se detienen a unos metros y lo miran en silencio.
Entonces empieza a sonar “Battery”. El chaval se tapa la cara con
un pañuelo, se cala la capucha, deja la bolsa de viaje en el
suelo, se echa gasolina por encima, enciende un mechero, se planta
fuego y se lanza contra ellos con las manos desnudas y la emprende a
puñetazos. Sobra decir que lo muelen a palos.
A continuación tocan “Nothing Else Matters” y nos
pasamos toda la canción en el escenario. Luego empieza “Enter
Sandman” y volvemos con el chaval. Está boca abajo en un
párking al aire libre y no tiene ni rastro de quemaduras, así
que lo de antes debió ser una alucinación causada por
la pastilla. Tiene una alucinación con el arlequín en
la que éste cobra vida, y mientras empieza a levantarse
aparece el jinete, que le echa una soga al cuello para colgarlo de
una farola. El chaval se debate, le coge el martillo que lleva en la
silla de montar y le golpea la cabeza, consiguiendo así
librarse de la soga. El jinete cabalga hacia él, el chaval
coge el martillo y como si fuera Thor golpea el suelo con todas sus
fuerzas, lo que hace que las ventanas del edificio que hay al lado
exploten todas. Un segundo martillazo convierte al jinete y a su
caballo en polvo de ceniza y los edificios colindantes se vienen
abajo, quedando la zona completamente arrasada, como si hubiera caído
una bomba.
 |
Te vas a cagar |
La onda del segundo martillazo llega hasta el escenario,
produciendo explosiones y que salten chispas y que los focos se
vengan abajo. Incluso dos técnicos acaban envueltos en llamas.
James detiene el concierto para asegurarse de que todo el mundo está
bien. Llegan los ATS y se llevan a los heridos y James pregunta si
pueden seguir tocando. Retiran los focos y demás cosas y les
traen unos amplificadores, que a James le recuerda cuando tocaban en
el garaje de su casa, al principio, prueban los instrumentos y
empiezan “Hit the Lights”.
El chaval consigue llegar por fin al estadio con la dichosa bolsa
de viaje, con la cara hecha un cromo, pero cuando llega no hay ni
Dios. El grupo ya no está y las gradas están vacías.
Sube hasta el escenario y deja la bolsa de viaje bajo el haz de luz
de uno de los focos y se marcha.
FIN.
¿Qué? ¿Acaba así? Tranquilos, aún
hay una escena más. El grupo está en el escenario, sin
nadie más, sentados en unos taburetes y tocan “Orión”,
tema instrumental que tocaron en el funeral de Cliff Burton, en plan
tranquilo, como si estuvieran ensayando. Entonces aparece el chaval,
con la misma cara de cromo, que se sienta en uno de los asientos de
las gradas, y se queda a escucharlos, y mientras tanto van pasando
los créditos. Lo último que vemos es un primerísimo
plano de la bolsa de viaje de Cliff Burton, que está
parcialmente quemada.