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martes, 6 de mayo de 2014

Theodore Boone. El secuestro, de John Grisham


April, la mejor amiga de Theo, ha desaparecido y la policía cree que ha podido ser secuestrada, porque se ha ido con lo puesto y todas sus cosas siguen en su habitación. La policía interroga a Theo por si sabe algo que les sirva de ayuda para dar con ella, pero él se guarda algunas cosas porque le prometió a April no decírselas a nadie.
La familia de April es bastante desestructurada; sus padres están siempre separándose y volviendo y su padre pasa mucho tiempo fuera, con un grupo de música formado por cuarentones fracasados como él, y su madre es una hippie loca que lleva dos días sin pasar por casa, y April estaba tan asustada que dormía con un bate de béisbol a su lado. Pero esto Theo no se lo dice a la policía porque es un secreto que le confió April.


La policía tiene un sospechoso, Jack Leeper, un primo lejano de la madre de April, un hombre que arrastra una larga lista de antecedentes y que actualmente estaba cumpliendo cadena perpetua por secuestro. April llevaba un tiempo carteándose con él, pero Leeper se fugó hace dos semanas y se lo ha visto a cuatro manzanas de alí. La policía centra sus esfuerzos en dar con él y mientras, Theo organiza su propia partida de búsqueda con sus compañeros del colegio, que van repartiendo carteles por toda la ciudad.


Hace ya dos años y medio que me leí el primer libro de esta serie juvenil de John Grisham, que me encantó tanto como cualquiera de sus mejores novelas judiciales. Sabía que la serie llevaba ya cuatro libros publicados, aunque aquí el último aún no había salido, así que pensé que era hora de retomarla. Fuí al Corte Inglés expresamente a ver si encontraba este y el siguiente, ya que el primero lo compré allí, y efectivamente di fácil con ellos (hacía ya tres años que no iba, desde que comprara el primer libro, y me topé conque la sección de libros estaba en otro lugar y organizada de otra forma, pero enseguida me orienté). Los libros son un poco caros, unos 18 € por 200 y pico páginas, pero creo yo que vale la pena. Este segundo libro es tan bueno como el primero. En aquél había bastante tema judicial, pero aquí solo está presente en las últimas páginas y en un capítulo del medio, que por cierto es divertidísimo (Theo tiene que representar a un loro en el Tribunal de Animales), y básicamente es una novela policiaca. El libro está genial, es muy ágil y te lo lees casi sin darte cuenta, y además se guarda alguna que otra sorpresa en el tramo final.
Bueno, espero ponerme con el tercer libro dentro de poco.

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