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martes, 13 de mayo de 2014

Theodore Boone. El acusado, de John Grisham

Alguien ha empezado una campaña de desprestigio contra Theodore Boone. De entrada alguien ha abierto su taquilla, cuyo código solo conoce él,, y le ha robado los recambios de su inhalador. Luego le pinchan las ruedas de su bici, un día la delantera y el siguiente la trasera. Alguien arroja una piedra contra la ventana de su pequeño despacho en el bufete de sus padres, cuando él estaba dentro, y lo peor de todo, han robado en una tienda de informática en el centro comercial y la policía recibe una llamada anónima dándole el nombre de Theo, y cuando abren su taquilla allí encuentran tres tablets de última generación. Theo no sabe cómo han llegado hasta su taquilla, pero la policía no le cree y además se le vio en bici cerca del centro comercial, así que se convierte en el principal sospechoso. Por si fuera poco, alguien le hace una foto saliendo con sus padres de la comisaría y la publica en las redes sociales, así que al día siguiente todos en su colegio saben que es sospechoso del robo, y Theo lo pasa bastante mal.
Con ayuda de sus padres, su tío Ike y sus mejores amigos tratará de demostrar su inocencia y descubrir al verdadero culpable.

Bueno, el libro está genial, como era de esperar. En las primeras páginas comienza el segundo juicio contra Pete Duffy (asesinó a su mujer en el primer libro y parecía que se iba a salir con la suya, pero Theo encontró a un testigo que echó por tierra su coartada y el juez declaró el juicio nulo) pero al empezar el juicio resulta que Duffy se ha escapado y nadie es capaz de dar con él, así que el juez vuelve a anular el juicio, hasta que lo encuentren. Theo tenía permiso para ausentarse de las clases para presenciar el juicio y ante la fuga de Duffy tiene que volver a su rutina diaria, y poco después empiezan los problemas para él.
Como el anterior, el libro tiene mucho de novela policiaca, con Theo tratando de averiguar quién es el ladrón y siguiendo las pistas que puedan llevar hasta él, y como viene siendo costumbre, la parte más divertida es la del Tribunal de Animales. Allí no hace falta que seas abogado, el propietario del animal denunciado puede representarlo ante el juez y a Theo siempre le piden que defienda a alguno y a él le encanta, claro, y en esta ocasión tiene que defender a una llama que la tiene tomada con un guardia de seguridad, que siempre que lo ve lo persigue y le escupe. Jaja.
Bueno, el cuarto libro de la serie, “Theodore Boone. El activista”, ha salido hace muy poco, pero creo que de momento me daré un respiro.

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