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lunes, 13 de abril de 2015

El valle de los caballos, de Jean Auel


Tras ser expulsada del Clan, Ayla se dirige hacia el norte en busca de los Otros y llega hasta un amplio valle poblado por una gran manada de caballos salvajes y decide quedarse allí durante una larga temporada. Por otro lado conocemos a Jondalar, un Cromagnon como ella que acompaña a su hermano menor Thonolan en un largo viaje por el continente en busca de aventuras y cuyo camino acabará cruzándose con el de Ayla.

Esta segunda entrega de “Los Hijos de la Tierra” es tan buena como la primera y la historia de Ayla avanza de forma lógica y adecuada, como era de esperar, pero la mayor parte del libro tiene un ritmo muy lento. Ayla se pasa sola 2/3 del libro y eso se hace cuesta arriba; normalmente las historias de un solo personaje, tanto en libros como en películas, suelen rtesultarme muy cansinas porque en ellas no ocurre gran cosa, no hay diálogos ni interacciones con otros personajes y cada minuto es como una hora, o cada página como cien. Bueno, parte de la trama de Ayla es así, aunque mejora con la aparición de Whinney y Bebé, pero la trama de Jondalar me resultó más atractiva. Es interesante descubrir cómo es la sociedad de los Cromagnones y sus creencias y que consideren a los Neanderthales como simples animales sin raciocinio. Y a partir de que Ayla y Jondalar se conocen, la historia mejora notablemente.

Por si no lo sabes, en “Un saco de huesos” Stephen King se refiere a esta saga como “Sexo en las cavernas” y no le falta razón porque las últimas 30-40 páginas es todo folleteo. Parece increíble que unos cavernícolas fueran tan duchos en la materia. En mi opinión es algo que no viene a cuento. En fin, pronto el tercero.  

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