Temple Gault,
el asesino en serie obsesionado con la doctora Scarpetta, vuelve a actuar el
día de Nochebuena. Una mujer joven es encontrada congelada en un banco de Central
Park, con la cabeza rapada y desnuda a la que le faltan dos trozos de piel de
los muslos. La víctima no lleva ninguna identificación, presenta una antigua
lesión en el cráneo y tiene fundas dentales hechas con pan de oro, método que
muy pocos dentistas siguen utilizando en la actualidad. El agente del FBI
Benton Wesley, el capitán Mario y la doctora Scarpetta tratarán de descubrir
quién es la víctima y por qué Gault la escogió a ella, mientras tratan de
atraparle de una vez por todas.
Este libro pone
el cierre al arco de Temple Gault y de los tres libros que lo forman es el más
intenso. Tiene casi 600 páginas, al menos en bolsillo, pero tiene la letra
grande, y entre esto y su prosa ágil y rápida se lee fácilmente. Gault se
dedica a jugar con Scarpetta al gato y al ratón, convirtiendo su vida en un
tormento, y ésta lo pasa peor que en ninguno de sus libros anteriores. La identidad
de la víctima resulta ser toda una sorpresa, solo alguien como Gault podría
matarla sin sentir el más mínimo remordimiento. Escalofriante.
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