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martes, 6 de agosto de 2013

1.280 almas, de Jim Thompson

Cuando fue el Día del Libro, en mi pueblo regalaron libros gratis. Yo me fuí cargadito, pero al irme vi éste, y como la historia parecía interesante, me lo llevé (siendo gratis, cuanto más mejor). Y menuda suerte, porque el libro es brutal.

Nick Corey es el sheriff de Potts County, pero no es como el típico sheriff. Es un corrupto y un vago de cojones, pero cuando descubre que podría no salir reelegido, hará lo que sea necesario para seguir ocupando el cargo. Extorsión, amenazas, difundir falsos rumores sobre su oponente e incluso llega al asesinato. Y Nick no solo utiliza estas técnicas para conservar su empleo, sino también para solucionar algunos asuntos personales.

El libro es breve, 200 páginas, pero muy intenso. Nick Corey es un personaje único como pocos. Parece salido de los Soprano. Menudo elemento. Se comporta como el típico paleto (y se expresa como tal) pero en realidad es un tío muy inteligente y muy calculador, y no muestra ningún tipo de remordimiento ante las cosas que hace. Y lo que choca es precisamente eso, que de repente le vuela a un tipo las tripas como si fuera lo más normal del mundo, y ni se inmuta. Pero lo más sorprendente es que el tío se sale con la suya y se queda tan pancho. Ole sus huevos.

El libro está escrito en un tono desenfadado y usa un lenguaje cercano, vamos, que hay un montón de tacos, y esto lo vuelve muy adictivo. El libro me ha encantado y si encuentro algún otro libro suyo no dudaré en leerlo. No me extraña que Jim Thompson esté considerado como uno de los mejores escritores de novela negra de todos los tiempos (de hecho ocupa el tercer puesto). Qué grande es.

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