FRIKIS
-¡Noooo, no puede acabar así!!
Miguel se dejó caer de rodillas delante del televisor y puso una mano a cada lado de la caja tonta.
-A mí me ha parecido un buen final-dijo su hermano Juan desde el sofá, secándose las lágrimas.
Miguel volvió la cabeza tan rápido que Juan pensó que era un milagro que no se hubiera roto el cuello. Lo miró como un feligrés que lo hubiera pillado cagando encima del altar. Miguel se puso de pie, con los ojos a punto de reventar.
-No me jodas que estás llorando. Otra vez.
-Oh, vamos, Mickey, no me digas que no te ha tocado la fibra-protestó Juan-¿Nisiquiera un poco? No me lo creo.
-Si quisiera llorar leería a Danielle Steel. Además, tu lloras hasta con Toy Story, joder.
-Es que es para llorar-saltó Juan-Es el fin de una era... Pero no estamos hablando sobre Buddy y Andy. ¿Por qué dices que no te gusta? Debes verlo de forma objetiva, lo importante es darle un final a los personajes.
-¡A la mierda los personajes!-estalló Miguel-Aún quedan demasiadas preguntas por responder.
-Mickey, son las siete y pico de la mañana. Apenas hemos dormido para poder ver el final de la serie. Creo que si lo consultas con la almohada el final no te parecerá tan malo.
-¡A la mierda con la almohada, no tengo nada que pensar! ¿Qué cojones pasa con la isla? ¿Qué es la luz? Porque esa teoría del Espíritu Santo es una tomadura de pelo. Y no me hagas hablar del tapón. ¡Un tapón! ¿A quién se le habrá ocurrido semejante mamarrachada?
-Sobre eso, creo que han podido sacarlo de un libro de Stephen King. En “Desesperación” hay algo llamado “ini” o Pozo de los Mundos.
-¡Me da igual de dónde han podido sacarlo! ¿Es que no lo entiendes?-Miguel se tapó la cara con las manos y de pronteo se golpeó con fuerza la cabeza con ambos puños-Es como si hubieran llenado una caja con las ideas más absurdas y fueran sacándolas al azar. son seis años, Juan, ¡seis! Al menos debieron haber respetado más a los fans. ¡no nos tragamos lo primero que nos echan!
-Oye, hermano, tu comportamiento está empezando a preocuparme. Pareces uno de esos frikis que sólo viven para la serie.
-¡Friki! Ja. Últimas noticias, hermano, sí soy un friki y no vayas de finolis porque tú aún eres peor que yo. ¿Acaso crees que no sé de aquella vez que hiciste novillos para ir a aquella maratón de Lost, o cuando cancelaste tu cita con Vanessa para ir a jugar con esos amiguitos tuyos tan raros al trivial de la Torre Oscura? Porque esa es otra, tu frikismo con Stephen King no tiene parangón.
-¿Estabas enterado de todo eso?
-Pues claro, ¿qué te crees?
-Vale, mea culpa-admitió Juan, levantando una mano como si estuviera jurando ante la Biblia-Y para que lo sepas, prefiero... preferimos el término friking. Mola más.
-Lo que sea, tú eres un Lostie como yo, también debes tener tus dudas.
-Mickey, escúchame y tranquilízate. Claro que me hubiera gustado saber más cosas sobre la isla, pero yo he aceptado este final. Lo veas como lo veas, ningún final iba a estar a la altura. La serie se les fue de las manos hace mucho tiempo. Es como una bola de nieve que rueda cuesta abajo, que va haciéndose más y más grande. Con cada temporada el misterio de la isla iba aumentando y cada vez eran más las preguntas a resolver. Así que optaron por centrarse en los personajes, que me parece muy bien. ¿Recuerdas lo que dice la madre de Jacob? “Cada pregunta que hagas te conducirá a más preguntas”.
-En realidad no era la madre, era...
-Lo sé muy bien. Sólo digo que lo dejes estar. Dentro de unos días lo verás de otra forma, te lo aseguro. y si no siempre puedes dejar patente tu disgusto en Internet. Créeme, era mucho peor el final de Life on Mars. La americana, no la inglesa.
Miguel pareció tranquilizarse y se puso a caminar por el salón, reflexionando sobre todo ello. Hasta que al final...
-¡No! No puedo aceptar este final para la serie, pero no voy a renegar de ella en mi blog. Voy a hacer algo mucho mejor. ¿Sabes qué?
-Dime.
-Voy a escrbir mi propio final de Lost, el final que debió haber tenido, un final que le haga justicia y luego lo subiré a mi blog. Ya verás, todo el mundo va a flipar.
-Vaya, no sabía que tuvieras aspiraciones literarias.
-Ahora sí. Y empezaré hoy mismo.
-Oye, Shakespeare, dentro de una hora hay que ir al instituto.
-Paso, tengo que aprovechar el día-y subió a su habitación, a dar rienda suelta a sus ideas.
Juan meneó la cabeza. Suerte que sus padres se pasaban todo el año viajando por negocios. si vieran ahora a Miguel lo meterían de cabeza en el manicomio. claro que él no le andaba a la zaga. En fin...
Juan subió dos puntos el volumen del televisor y prestó atención a aquellos listillos que debatían sobre el final de la serie más alucinante de todos los tiempos. No tardó en reírse. ¡qué idiotas! No se enteraban de nada.
FIN
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