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viernes, 19 de abril de 2013

Sherlock. 1ª temporada

Oí de esta serie por primera vez hace un par de años, en el blog de una amiga. Me pareció bastante interesante pero me dije que no la vería porque eran solo tres capítulos y a mí eso no me llega a nada. El año pasado la pusieron por la tele, esta y la 2ª temporada, y era para no verla, pero vi la promo y no pude resistirme. La serie me enganchó desde el principio y me gustó tanto que la hora y media que dura cada capítulo se me pasó en un plis y me quedé con ganas de más. Y eso se debe a Benedict Cumberbatch, que lo clava como Sherlock Holmes. Solo hay que verlo, no podría haber nadie mejor para encarnar al sagaz detective. Alto y flacucho como él, el pelo revuelto que le cae sobre la frente y la bufanda alrededor del cuello, es su viva imagen. Me encanta esa ironía tan peculiar suya con la que desprecia a los que no están a su nivel o cuando suelta la parrafada explicando cómo ha llegado a tal o cual conclusión (lo hace casi sin respirar, impresionante).

La serie traslada a Sherlock Holmes al s. XXI y pone a su disposición medios modernos como Internet, los teléfonos móviles, blogs y demás para resolver los casos. La serie, como dije antes, está formada por tres capítulos de hora y media y se basa en los libros y relatos de Conan Doyle. El primero, “Estudio en rosa”, obviamente se basa en el primer libro de Holmes y Watson, “Estudio en escarlata”. Watson es un médico militar que recibe la baja tras ser herido en combate (aunque en realidad la cojera es psicosomática). Su psiquiatra le recomienda que escriba un blog y cuente en él su día a día, para ir superando el trauma. Caminando por la calle se encuentra con un antiguo compañero de colegio y le dice que busca alguien con quien compartir piso, y éste le presenta a Sherlock Holmes. Descubre que es una especie de detective asesor y que ayuda a Scotland Yard cuando se atascan con algún caso. Sherlock recibe la visita del inspector Lestrade, que le pide ayuda con una serie de suicidios. Ha habido tres hasta la fecha, pero ha aparecido un cuarto cadáver, pero en este último hay algo diferente: la mujer escribió la palabra “rache” en el suelo. Sherlock está entusiasmado con esta nueva pista y le pide a Watson que le acompañe en calidad de médico, y a partir de ahí, ya se sabe.

Qué cara de niño travieso
El segundo capítulo, “El banquero ciego”, se basa en “El valle del terror” y en el relato de los bailarines, aunque de entrada los asesinatos y el modus operandi me recordaron a “El signo de los cuatro”, pero este libro se adapta en la 3ª temporada.
En el último capítulo, “El gran juego”, se adaptan varios relatos, uno es el de las cinco pepitas de naranja y luego mezclan dos en uno solo, el del tratado naval y el de los planos del Bruce-Partington.
La primera vez que vi la serie hacía al menos 10 años que me había leído los relatos, así que me costó un poco identificar los de este último capítulo. Antes de volver a verla (no puedes verla una sola vez) decidí leerme antes otra vez los libros y los relatos, y una vez hecho los identifiqué claramente.

Aparte de estos tres capítulos, existe una versión alternativa del piloto, no emitida en televisión, que se puede ver vía Internet, que contiene unas cuantas diferencias. La historia viene a ser la misma pero no llega a la hora de duración, Mycroft no sale y no se menciona a Moriarty, hay muchas escenas eliminadas (como la persecución del taxi por las calles de Londres) y otras transcurren en escenarios diferentes, pero sigue siendo buena.

La serie es fantástica y el Sherlock de Benedict le da 100 vueltas a todos los demás (¡eso va por ti, Johnny Lee Miller!), lo único que no me gusta es este Moriarty, que sobreactúa demasiado, como Jim Carrey en la mayoría de sus películas).
Bueno, a ver si dentro de poco vuelvo a disfrutar de la 2ª temporada, que aún mola más que esta.

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