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martes, 25 de junio de 2013

Dexter. 4ª temporada (¡Ojo Spoilers!)

Esta es sin duda la mejor temporada de las que llevo visto y me atrevería a decir de toda la serie, y eso que aún me quedan por ver de la 5ª en adelante. Dexter es ahora un hombre casado, con un hijo pequeño, aparte de los dos de Rita, y vive en una comunidad idílica donde todos se llevan a las mil maravillas, como en una peli de los años 50. pero claro, no todo es alegría en el paraíso. Eso de tener un bebé le quita a Dexter horas de sueño y empieza a afectar a su trabajo (declarando en un juicio llega a confundir las pruebas contra un criminal con el de otro caso, provocando que quede libre), además de que no puede salir a matar tanto como antes. Y encima hay un gamberro en el vecindario que destroza coches, buzones y hace pintadas, con lo que se crea una patrulla vecinal y colocan unos potentes focos que se activan con el movimiento, y esto a Dexter le toca bastante las narices con sus salidas nocturnas.

En lo que al asesino de la temporada se refiere, Dexter encuentra la horma de su zapato en Trinity, un asesino en serie que lleva 30 años matando y al que nadie ha podido atrapar. Le llaman Trinity porque mata en ciclos de tres. Primero, una mujer muerta en una bañera con la femoral seccionada. Luego otra mujer se suicida arrojándose desde lo alto y por último un hombre muere apaleado.
Frank Lundy, el agente del FBI que salió en la 2ª temporada, reaparece para ayudar en la investigación, aunque de forma extraoficial, pues ahora está jubilado. Lundy es el que más sabe de Trinity, ya que lleva 15 años tras él, pero hasta ahora no ha tenido suerte y se ha convertido en su pequeña obsesión.

En los primeros capítulos vemos campar a Trinity a sus anchas y no es hasta la mitad de la temporada que Dexter descubre quién es. Se acerca a él bajo una identidad falsa y se hace amigo suyo. Dexter se ve a sí mismo reflejado en él, pues tiene familia y nadie sospecha de su verdadera naturaleza. Pero Dexter no tarda en descubrir que en realidad tiene a su familia aterrorizada (la comida de Acción de Gracias no tiene desperdicio) y no le queda otra que intervenir, claro.

Si esta temporada es tan grandiosa es debido a la excelente interpretación de John Litgow, que le hace sombra al propio Dexter. Hay que ver la variedad de registro que tiene, puede pasar de ser el padre enrollado de Barney Stinson en CCVM a encarnar aquí a un peligroso asesino en serie. Ademças su personaje de Trinity me encanta, porque cuando está matando es un tío supertranquilo, se pone en plan “tranquila que ya queda poco, venga, venga”, pero cuando pierde el control es sobrecogedor, y sus momentos con Dexter en los últimos capítulos son oro puro (ejemplo, el momento final de “Hola, Dexter Morgan”). Pero lo que no me esperaba de ninguna forma fue ese final de temporada tan brusco. Poco me faltó para echarme a llorar. Pobre Dexter. Trinity se merecía morir dos veces.
Ahora pronto la 5ª temporada. A ver si me da tiempo a ver las tres últimas antes de que empiece la 8ª.

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