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viernes, 28 de junio de 2013

Viejos amigos. Capítulo 48

48. El nuevo profesor

-Al final lo hiciste-dijo Eric avanzando hacia él.
-¿Qué te parece?
-Si te soy sincero, la verdad es que me has sorprendido. Pensé que esta idea tuya no pasaría de eso, una idea, pero veo que al final la has llevado a cabo.
-¿Te parece bien?
-Es tu sueño, no el mío-se limitó a responder Eric.
-Vamos, no te quedes en la puerta.
Xavier le guió por el pasillo hasta su despacho.
-Esta es la primera vez que estoy en tu casa.
-¿Y bien?
-No está mal. Aunque es mucho espacio para una sola persona.
-A partir de la semana que viene vivirán aquí más de doscientas personas, así que no tendré tiempo de sentirme solo.
-Bien. Espero que tengas éxito con este proyecto tuyo.
-Y yo también. Y hablando de proyectos, me gustaría hablarte de algo en lo que llevo trabajando un tiempo.
-¿De qué se trata?
-Es un ordenador.
-¿Un ordenador?¿Qué clase de ordenador?
-Uno único en el mundo. Si funciona, al conectarme a él podría amplificar mis poderes mentales de forma ilimitada y permitirme encontrar a cualquier mutante en todo el mundo. He hecho un diseño primario, pero necesito a alguien que me ayude a construirlo.
-¿Necesitas mi ayuda?
-Sí.
Eric lo pensó durante un segundo.
-¿Tienes aquí los diseños?
Xavier abrió un cajón y le tendió los dibujos por encima de la mesa. El primero era una sala inmensa, de forma semiesférica, y toda ella estaba cubierta por una especie de placas rectangulares. Una pasarela iba hasta el centro de la sala, sólo que no había suelo; la pasarela se sostenía sobre un abismo y al final de la misma estaba el ordenador.
-¿Lo que cubre el techo son placas metálicas?
-Sí. Las ondas psíquicas de mi cerebro aumentan al rebotar en ellas.
Eric examinó el boceto del ordenador. Era una especie de mesa de control semiesférica a la que estaba conectado un casco metálico mediante unos conductores de acero. O eso es lo que parecía.
-Para ser los primeros esbozos no está mal. ¿Ya sabes dónde lo vas a ubicar?
-Sí, debajo de la mansión. ¿Qué me dices, te interesa?
Eric asintió lentamente con la cabeza.
-Tiene posibilidades.
-¿Aceptas?
-Acepto-y le estrechó la mano.
-¿Por qué?
-¿Qué?
-¿Por qué aceptas? Siento curiosidad.
Eric se encogió de hombros.
-Yo también. Me gustaría saber cuántos como nosotros hay en todo el mundo.
-Es una buena razón. Otra cosa. Si vas a ayudarme con el ordenador, lo adecuado es que ocuparas una habitación, aquí, en vez de estar yendo y viniendo constantemente.
-Sí, es preferible. ¿Qué tienes en mente?
-¿Qué te parecería ser profesor en mi colegio?
-¿Cómo dices?-Eric se rió-¿Yo profesor?
-Piénsalo, es lo más lógico. Así la gente no se preguntará quién es el tipo ese de pelo blanco que ronda por el colegio.
-¿Y de qué se supone que sería profesor?
-¿Qué te parece de ciencias?
-¿Ciencias?¿Yo no sé nada de ciencias?
-Claro que sí. Eres el mayor experto en magnetismo que conozco.
Eric se rió y luego miró a su viejo amigo.
-Está bien, Charles. Acepto. Seré tu profesor de ciencias.

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