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miércoles, 17 de julio de 2013

El regreso, de Rosamunde Pilcher

A primeros de año hice una lista con los 10 libros de más de 1000 páginas que me iba a leer a lo largo de este año. En lo que a libros se refiere soy bastante cabezón, como si la lista estuviera escrita con cincel en piedra, y si digo que voy a leer un libro, lo leo, y aunque acabe siendo lento y pesado me lo termino de todas formas, porque no me gusta dejar nada a medias. De hecho soy incapaz de hacerlo.

Hasta ahora no había leído nada de Rosamunde Pilcher y mi idea era leerme antes algún otro libro suyo para ver si me gustaba o no, pero al final se me echó el tiempo encima (tocaba ya leer el siguiente tocho) así que me lancé de cabeza.
Rosamunde Pilcher escribe novela romántica y es de las más conocidas. En Alemania han hecho varias tv movies de sus libros y han sido un éxito de audiencia, algo que hasta entonces nunca había ocurrido con este género. Yo vi parte de una que pusieron por la tele y me pareció bastante entretenida, y eso también influyó ala hora de leerla.

Pero tengo que decir que este no es mi género. No es que no me haya gustado, es que no me ha enganchado en ningún momento. Y no sé qué es peor, que un libro no te guste y aún así sigas leyéndolo, o que te dé absolutamente igual lo que les pase a los protagonistas. El libro tiene mucha paja, mucha, y de sus mil y pico páginas le sobran tranquilamente 2/3 partes. Está más que claro que está destinado a un público femenino.

Pero yo no lo definiría exactamente como novela rosa; la protagonista solo tiene dos líos amorosos en todo el libro. Yo diría que es un drama. Es mucho de encuentros sociales: conocer gente, hacer amigos, pasar fiestas y vacaciones juntos, algunos flirteos y también de escribir muchas cartas, a familiares y amigos. Luego también toca la 2ª Guerra Mundial, enconcreto el conflicto nipón, aunque eso no ocurre hasta la mitad del libro; antes tienes que tragarte casi 600 putas páginas. Pero no profundiza demasiado.

La novela transcurre desde 1934 hasta el final de la 2ª Guerra Mundial. La protagonista es una chica de 14 años, Judith Dunbar, a la que su madre saca del colegio y mete en un colegio privado de chicas. Su madre y su hermana pequeña van a marcharse a Singapur, donde reside su padre, que trabaja allí en una naviera y al que hace 4 años que no ve, y ella tiene que quedarse en Inglaterra a terminar sus estudios. Judith estará los siguientes 4 años sin ver a su familia y eso la entristece, pero al menos pasará los fines de semana y vacaciones en casa de su tía Louise, la hermana de su padre, con la que se lleva a las mil maravillas.

Judith se hace amiga de una chica de su colegio, Loveday Carey-Lewis, una chica bastante popular que la invita a pasar unos días con su familia, y allí descubre que todos son muy simpáticos y la acogen como una más de la familia, y cuando su tía Louise muere en un accidente de coche, la invitan a quedarse con ellos de forma permanente. Los siguientes años son los mejores de su vida y los Carey-Louise la hacen sentirse como en su propia casa. Pero con el roce acaba enamorándose de Edward, el hermano mayor de Loveday, pero el sentimiento no es recíproco y tras este primer desengaño amoroso decide alejarse un poco de la familia e irse a vivir por su cuenta. Tras una terrible noticia, Judith toma las riendas de su destino y se alista voluntariamente en la Marina, para aportar su granito de arena en la guerra.

Como he dicho antes, no me ha enganchado en absoluto y me ha dado igual lo que les pasaba a los protagonistas, me ha sido indiferente. No me ha emocionado en absoluto, algo que se espera en este tipo de novelas, y me parece que no hacían falta mil y pico páginas para contar esta historia. Habrá a lo sumo 4 o 5 cosas importantes, el resto es todo paja. Las últimas 100 páginas sí es un puro culebrón. Aagghh.
Dentro de un año o así probaré a leerme algún otro libro suyo, a ver si entonces me gusta; las segundas oportunidades suelen hacerme cambiar de opinión. Pero si fuera por este, jamás volvería a acercarme a un libro de esta autora a menos de 100 metros. Fíjate qué barbaridad voy a decir, que preferiría haberme leído antes cualquier libro de Danielle Steele.

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