Este fue
el primer libro de más de 1.000 páginas que me leí en mi vida, hará
10-12 años, y cuando vi la serie tengo que confesar que no me
acordaba de casi nada (de hecho, en “Un mundo sin fin” se
mencionan a algunos de los personajes principales de este libro, y
apenas me sonaban), así que decidí que volvería a leerlo, pero me
di bastante tiempo, porque leerlo tras ver la serie habría sido
bastante repetitivo (como ver una película dos veces seguidas). Y
como este año pensaba leerme 10 tochos de más de 1000 páginas,
pues me pareció un candidato perfecto.
“Los
Pilares de la Tierra” fue todo un fenómeno literario cuando se
publicó, un éxito de ventas sin precedentes que encumbró a Ken
Follett a lo más alto, contra todo pronóstico. Ken Follett era
principalmente un escritor de novelas de espías y cuando le dio por
escribir esta novela histórica su agente quiso quitarle la idea de
la cabeza, que se iba a estrellar, que por qué no seguía con las
novelas de espías, etc, y él que no, que quería escribir la
novela, y al final se convirtió en un hito y éstos tuvieron que
tragarse sus palabras. Me habría encantado ver ese momento, a Ken
Follett en plan “¿quién tenía razón, eh?”, y el agente, “Tú,
Ken, tú”.
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Intercolumnio |
A estas
alturas dudo que haya alguien que no sepa de qué va, sino
detalladamente, al menos a rasgos generales, pero de todas formas lo
contaré igual porque así es como hago mis entradas, argumento por
un lado y opinión por otro.
Como
bien sabes, esta es una novela histórica que trata sobre la
construcción de una catedral a lo largo de 40 años, durante el S.
XII. Esta es una novela extensa. Cuenta con muchos personajes y pasan
muchas cosas además de la construcción de la catedral, que es el
telón de fondo; espero ser capaz de explicar correctamente quiénes
son los personajes principales y qué función desempeñan en el
tapiz general.
Por un
lado tenemos a Tom Builder y a su familia: su esposa Agnes, que esta
embarazada, su hijo Alfred, de 14 años, y su hija pequeña Martha.
Tom es albañil y su sueño es construir una catedral, por ello ha
rechazado trabajos fijos y estables y así se encuentra sin un
penique, pateando los caminos en busca de cualquier trabajo que le
permita mantener a su familia. Agnes se pone de parte en pleno camino
y fallece en el alumbramiento. Tom no tiene forma de alimentar al
bebé y lo más seguro es que acabe muriendo, así que lo abandona
junto a la tumba de su esposa y los tres siguen su camino, pero Tom
no tarda en arrepentirse y regresar sobre sus pasos, pero el bebé ha
desaparecido. Entonces aparece una mujer, Ellen, una proscrita que
vive en el bosque con su hijo Jack, un joven taciturno algo más
joven que Alfred, con los que se cruzó antes de que su esposa
muriera, y ésta lo lleva hasta una pequeña celda de monjes que hay
en el bosque, y le muestra a su hijo, que está siendo cuidado y
alimentado por uno de los monjes, y Tom respira aliviado. Su
intención es presentarse y llevárselo, pero Ellen lo convence de
que lo deje con los monjes, pues ellos pueden cuidar de él y Tom no,
y éste acepta.

Ellen se
queda con Tom, pues la primera vez que se vieron ambos sintieron un
flechazo, y ella y Jack lo acompañan a partir de entonces, pateando
los caminos en busca de trabajo. Los cinco llegan al priorato de
Kingsbridge, donde hay una catedral que necesita urgentes reformas,
pero el prior Phillip le dice que no puede contratarle porque las
arcas están vacías, pero les da de comer y les permite pasar la
noche. Esa noche, aprovechando que todos duermen, Jack sube a lo alto
del tejado de la catedral y le prende fuego, provocando que toda la
catedral se venga abajo. Jack lo ha hecho para que Tom pueda
construir así su soñada catedral, pero también para que ninguno de
ellos acabe muriendo de hambre. Tom se ofrece a reconstruir la
catedral a cambio de comida y un techo, y durante los años
siguientes empezará a levantar su ansiada catedral, no sin ciertas
dificultades.
Luego
están lady Aliena y Richard, hijos del conde de Shiring, que pasan
de tenerlo todo a acabar en la más absoluta miseria a causa de los
Hamleigh. Sir Bartholomew es acusado de conspirar contra el rey
Stephen y pierde todas sus tierras y posesiones y es encerrado el
resto de sus días, que no son muchos. Aliena consigue hablar con él
una última vez y le promete que hará todo cuanto esté en su mano
para que Richard se convierta en el conde de Shiring y recupere sus
tierras. Pero esto es algo que le llevará años conseguir.
Aliena
no tiene donde caerse muerta y para ganarse la vida prueba suerte con
el negocio de la venta de lana de oveja, y con el paso de los años
se convierte en la comerciante más importante y acaudalada de
Kingsbridge y con su dinero le paga a Richard su carrera de
caballero.
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Ken Follett en el Hormiguero |
Los
responsables de la caída en desgracia del conde de Shiring son los
Hamleigh, que ansiaban vengarse desde que Aliena anuló el compromiso
con su hijo William. William es el personaje más ruin, violento y
odioso del libro, y odia tanto a Aliena como se siente obsesionado
con ella, y durante los siguientes años le hará todo tipo de
perrerías, pero no solo a ella, sino también a Richard y al propio
prior Phillip.
Y por
último está el obispo Waleran, un personaje frío y calculador que
manipula a todo el mundo a su antojo para lograr siempre lo que
quiere. Waleran es el principal rival del prior Phillip en la
construcción de la catedral, pues quería las piedras de la cantera
para construirse un castillo, pero como Phillip se la jugó
quedándose con la cantera, Waleran le prometió por cuanto hay de
sagrado que jamás construiría su iglesia, y durante los años
siguientes urde diferentes planes para entorpecer la labor de
Phillip, llegando a aliarse con los Hamleigh.
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Transepto |
Debo
admitir que al principio me pareció un poco lento, algo que no
recordaba así la primera vez que lo leí. Se centra mucho en las
penurias de Tom Builder y su familia y no se pone interesante hasta
la aparición de Phillip y el priorato. En general me ha gustado
bastante. Me pareció muy interesante todo el contexto histórico de
la época, los problemas de sucesión y eso, y me gustó conocer cómo
es el proceso de construcción de una catedral. Otra cosa que también
me gusta es que en los libros de Ken Follett, a los buenos y a los
malos les pasan cosas buenas y malas en la misma proporción (no como
en otros en los que a los buenos les pasan cosas buenas y a los malos
cosas malas) y eso lo hace más real.
Pese a
ello al libro le sobran muchas páginas. La penúltima parte le
dedica demasiadas páginas a la carestía de alimentos y únicamente
tiene importancia la parte que atañe a Richard, y la última parte
se hace muy cansina, como si el libro ya hubiera acabado y Ken
Follett se dedicara a pulular arededor, como un largo epílogo. En mi
opinión no habría llegado ni de lejos a las 1.000 páginas. 900
como mucho. Bueno, de todas formas ha sido una buena lectura y la
disfruté tanto como la primera vez. Ahora a ver si dentro de unos
meses me vuelvo a leer la segunda parte.