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martes, 28 de mayo de 2013

Viejos amigos. Capítulo 28


28. Reflexiones

Durante los días siguientes Eric y Charles discutieron largamente sobre la posición de cada uno acerca de los humanos. Charles pensaba que había que darles una oportunidad. Que aunque algunos humanos odiaban y perseguían a los mutantes, la mayoría aprendería a aceptarlos y a respetarlos, y algún día podrían convivir en paz.
Eric era más radical. Creía que los humanos no se merecían ninguna oportunidad, que jamás podrían convivir como iguales y que siempre les odiarían y perseguirían. Los mutantes, decía convencido, eran el paso siguiente en la escala evolutiva y en el planeta no había sitio para los dos.
-No puedes hablar en serio-dijo Charles después de una de esas veces.
-Jamás bromearía con algo así, Charles.
-Sé que te han dado motivos para desconfiar de ellos, Magnus, pero estás hablando del exterminio de toda la raza humana. Un exterminio similar al que tú sufriste. No puedes considerar siquiera esa idea.
-Son ellos o nosotros, Charles. Por Dios, abre los ojos. Algún día habrá una guerra. No digo que sea hoy o mañana, pero algún día estallará. Humanos y mutantes. Me pregunto de qué lado estarás.
-Soy mutante y lo llevo en la sangre, pero no quiero ni guerras entre ambos bandos ni muertes innecesarias.
-Claro, Gandhi-ironizó Eric-Y todos nos cogeremos de la mano y bailaremos en círculos. Por Dios, Charles, despierta. Sé realista. Las cosas nunca serán así.
-Tengo fe en la raza humana.
Eric meneó la cabeza.
-Necio. Eso es lo que eres. Un necio. Crees en algo que no existe.
-¿Sabes? Me encanta tratar estos temas contigo. Para mí son los mejores momentos del día. No tengo ocasión de aburrirme. Espero que nunca pase de una simple discusión-dijo Charles, mirándolo a los ojos.
-Sí-coincidió Eric, sonriendo por primera vez-No me gustaría quedarme como el chico de la playa.
Los dos rieron brevemente, aliviando la tensión.
Siguieron jugando al ajedrez, pero Charles continuó pensando en ello.
Eric tenía un punto de vista algo radical, ¿pero llegaría el día en que hiciera algo más que hablar?
La verdad es que no se lo imaginaba como su enemigo.

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