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martes, 14 de mayo de 2013

Sherlock Holmes y el Secreto de la Pirámide

Me gusta Sherlock Holmes desde niño; me he leído sus libros y relatos al menos dos veces y visto casi todas sus películas y series (incluso aquella serie de dibujos en la que los personajes eran perros, qué mítica) Esta no podía ser menos y la habré visto tranquilamente una docena de veces, y es de las mejores que se han hecho nunca. No se basa en ningún relato sino que es una historia original en la que Holmes y Watson se conocen de adolescentes en un colegio privado. Este Holmes está un poco alejado de su versión adulta, no es tan seguro de sí mismo ni lo tiene todo controlado, además de que es algo impaciente, pero ya apunta maneras. Pese a su juventud es un férreo defensor de la lógica y la deducción y en el colegio es conocido por su mente perspicaz (su primer encuentro con Watson es similar al oficial, le echa un vistazo y deduce de él casi todo lo importante). La diferencia es que aquí vemos a un Sherlock enamorado y algo celoso y eso es algo que sorprende a los que lo conocemos desde hace años.

Mientras nuestros personajes prinicpales se conocen y descubrimos cómo es la vida en el colegio, en las calles de Londres dos caballeros mueren de aparente suicidio (uno se tira por una ventana y otro se arroja bajo un carruaje), pero Holmes cree que hay una conexión entre ambas muertes y trata de convencer a Lestrade de que lo investigue, pero éste no quiere oír hablar del tema, así que se ocupa él con ayuda de Watson. Luego, cuando el tío de Elisabeth (la chica por la que Sherlock siente algo), un profesor jubilado que vive en el ático del colegio y que está siempre haciendo extravagantes experimentos científicos, también se suicida, el caso se vuelve personal y Holmes, Watson y la propia Elisabeth, descubren una relación entre los tres fallecidos, y que tras sus muertes está una antigua secta egipcia, el Rametep, que rinde culto al dios Osiris y realiza sacrificos humanos en su nombre, y a cuyo líder lo mueve la venganza.

La película es muy buena, tanto la historia como los personajes (esta versión juvenil de Holmes y Watson no tiene comparación) y los efectos especiales, para su época, fueron el no va más, aunque ahora son solo pasables. Una cosa más. Como he dicho antes, la he visto como un millón de veces, pero no fue hasta la última vez que la pusieron por la tele que descubrí esa escena que hay tras los créditos, el malo sobreviviendo y registrándose en un motel con el nombre de Moriarty. Para quedar con la boca abierta. Tantos años viéndola y los muy joninos cortando la película en los créditos, privándonos de este gran momento. Pa matarlos, vamos.

1 comentario:

  1. Me encantaba de chico esta película, y recuerdo muy bien la última escena!

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