Bueno,
la cosa es esta: para que no volviera a ocurrir lo del 11-S, Harold
Finch, un millonario excéntrico, creó una máquina que espía a
todo el mundo a diario mediante las cámaras de vigilancia, y así
puede predecir futuros atentados terroristas. El problema es que la
máquina no solo predice atentados terroristas, sino también
crímenes normales y corrientes, irrelevantes. Harold se sintió en
cierto modo culpable, ya que esas muertes bien pudieron evitarse, así
que como le Gobierno no iba a hacer nada, decidió ocuparse él de
estos casos irrelevantes, y para ello recluta a John Reese, un
veterano agente de campo de la CIA (un asesino letal entrenado por el
Gobierno, vamos), que lleva una larga temporada viviendo como un
vagabundo.
John
lleva todo este tiempo viviendo en una espiral de autodestrucción,
desde que supo que una antigua novia murió en un accidente estando
el fuera del país, en una misión (cuando regresó ya era tarde), y
se limita a vivir el día a día. En el piloto, arrestan a John por
darle una paliza a cinco chavales que pretendían robarle, y la
detective Carter, al pasar sus huellas por el ordenador, descubre que
tiene cuatro o cinco cargos de asesinato en varios estados, y cuando
va a buscarle resulta que han pagado su fianza. Ha sido Harold,
claro, que le propone que le ayude en su labor de salvar a gente
inocente. John, de entrada, lo rechaza, aunque luego cambia de idea y
gracias al trabajo que le da Harold encauza su vida y se convierte en
un hombre nuevo.
El
sistema es el siguiente: la máquina le da a Harold un número de la
Seguridad Social. Esa persona va a estar implicada en un crimen, pero
puede ser la víctima o el agresor, y el trabajo de Harold y John es
averiguarlo. John se encarga del trabajo de campo; seguir a la
“persona de interés”, pincharle el móvil y si la cosa se pone
fea, intervenir. Mientras, Harold se ocupa de recopilar información
vía ordenador, es el apoyo logístico.
![]() |
John Reese, el tío del traje |
Esta es
una serie procedimental, con lo que en cada capítulo se ocupa de un
caso diferente, pero a lo largo de la temporada ocurren varias cosas
en común. Aparte de pillar al malo de turno, John tiene que eludir
el radar de la detective Carter, que le anda detrás; enfrentarse a
un tal Elías, hijo bastardo de un importante capo de la Mafia que ha
comenzado una guerra contra los rusos para hacerse el dueño de las
calles de Nueva York, además de llevar a cabo una venganza personal
contra su padre por haber asesinado a su madre cuando era niño;
también tiene que enfrentarse a una organización de policías
corruptos llamada HR, que a veces trabajan para Elías, y hacia la
mitad de la temporada aparece la CIA, que han descubierto que John
está vivo y pretenden darle caza, y luego también el FBI entra en
escena. Y por último también hay un hacker que se cuela en el
ordenador de Harold, reventándoselo, que parece saber cosas sobre la
máquina y que pretende llegar hasta ella. En el último capítulo
descubrimos quién es.
La serie
es alucinante. Está repleta de acción y tiene un ritmo rápido que
te mantiene pegado al asiento. La serie está producida por J. J.
Abrams, que siempre hace unas series geniales, así que no es ninguna
sorpresa.
Era
difícil creer que Michael Emerson te pudiera hacer olvidar a
Benjamin Linus, pero con Harold Finch lo consigue, un personaje tan
enigmático como aquél. Y qué decir de Jim Caviezel, que como John
Reese hace que te olvides de Jack Bauer. El tío se enfrenta el
solito a 5 o 10 tipos como si nada y se los carga sin despeinarse.
¿Os imagináis a estos dos juntos? Ganas de ver ya la 2ª temporada.
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