22. John Doe
Al día siguiente, el paciente
conocido como John Doe abrió los ojos y se irguió en la cama,
confuso. ¿Qué sitio era aquel?¿Y qué hacía allí? No recordaba
nada.
Se frotó los ojos y se levantó.
Aquello parecía un hospital. Un momento. ¿Un hospital?¿Acaso lo
había conseguido?
David, que así se llamaba, cogió
la ficha que había al pie de su cama y leyó el lugar y la fecha,
olvidándose de leer el resto del informe, y sonrió.
Lo había conseguido. Estaba en
Israel. El viaje había sido un éxito.
Ahora sólo tenía que encontrarle y
matarle. Y todo sería distinto.
David salió de la habitación y
empezó a recorrer el pasillo. Mientras caminaba echaba un vistazo al
interior de las habitaciones, pero todas estaban vacías. Parecía
que lo habían aislado. Y con razón. si supieran de lo que era
capaz...
Una de las habitaciones estaba
ocupada.
David se asomó y observó con
asombro a la mujer que estaba tendida en la cama.
-No puede ser.
David entró en la habitación y se
acercó a la mujer.
-¿Mamá?
Ella siguió observando el techo.
David le acarició el pelo.
-Qué joven estás. No te preocupes,
mamá, cuando le mate tú, yo y papá estaremos juntos. Seremos una
familia de verdad.
Entonces Gabrielle parpadeó.
Y una voz furiosa tronó desde la
puerta.
-¿Qué estás haciendo aquí?
Espera un momento-la voz de Eric cambió de tono un instante
después-Tú eres John Doe. Te has despertado. Menos mal. Así podrás
contarnos lo que te pasó.
-Lo único que voy a decirte,
Magneto, es que he venido a matarte y no me iré sin conseguirlo.
-¿Cómo dices?¿De qué estás
hablando? Creo que no te entiendo. Yo me llamo Magnus, no Magneto.
Eric Mag...
Un haz de energía lanzó a Eric por
el aire. Rompió la puerta de la habitación de en frente y rodó por
el suelo.
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